jueves, 24 de enero de 2013

MAFIAS Y AMENAZAS DE MUERTE SACUDEN SIN TAPUJOS A TUCUMÁN


OPINIÓN:
En una entrevista publicada por el Diario Perfil en Buenos Aires, bajo el título “Tucumán, la impunidad y las otras Maritas Verón”, la periodista Agustina Grasso relata con objetividad y crudeza que el fallo que absolvió a todos los imputados en el caso Verón descorrió el telón sobre los hermanos Ale y Paulina Lebbos, asesinada en el año 2006, víctima de los “hijos del poder”. El trabajo silencioso de las familias víctimas fue clave ante un Estado ausente. En dicha nota, manifesté que en Tucumán existe miedo, en los Fiscales y en la Corte y en los círculos de la Legislatura miran al sudeste. Por eso es que hay tanta impunidad. Existe una alianza entre el poder político, el juego y el fútbol que vienen desde hace veinte años atrás. Las mafias se manejan con impunidad y policías corruptos siguen relacionados con eventos de igual naturaleza.
Uno de los casos más trascendentes en la provincia, después de lo de Marita Verón es el caso de Paulina Lebbos. Ella tenía 23 años y estudiaba Comunicación Social. Estaba de novia y tenía una hija de 5 años. El 26 de febrero de 2006 esa vida se terminó. Paulina desapareció. A partir de ese día comenzó una búsqueda desesperante por parte de sus familiares y conocidos. Hasta que quince días después, el 11 de marzo del mismo año dos jóvenes vieron un cuerpo con la cabeza rapada al costado de la ruta 341, camino a Raco. Era Paulina. La autopsia determinó que murió por asfixia. Alguien la ahorcó y antes la habían violado. Pistas que no conducen a ningún lado. Con el paso del tiempo todo fue cambiando. A medida que pasaron los días, se desvió el curso de la investigación, plantando datos falsos más que buscar la verdad. Desbarataron el lugar del hecho. Escondieron las primeras fotos tomadas en el lugar y tomaron otras después de cambiar la escena, adulteraron las actas y falsificaron firmas de testigos”, detalla el padre de Paulina. Alberto Lebbos, un hombre que al momento de morir su hija era subsecretario de Juventud provincial, se dedicó a buscar a los asesinos de Paulina por su cuenta ya que no sabía en quién confiar. Se convirtió en una Susana Trimarco. Relaciona el caso con los llamados hijos del poder. “Lo que pasó es que hubo una fiestita y se les fue la mano, como pasó con el caso María Soledad.” Hasta el día de hoy, no hay ningún detenido y la causa está paralizada desde hace años. En este sentido, Lebbos repite una y otra vez un hecho que no quiere pasar de largo: el gobernador de la provincia, José Alperovich, en abril de 2006 dijo públicamente que sabía el nombre del asesino de Paulina y que faltaban pocas horas para atraparlo. “Todavía le estoy reclamando a Alperovich ese nombre. Nunca lo dijo y tampoco se lo llamó a citar”. El clan Ale estaba a cargo de la flota de remises Cinco Estrellas, que trasladaron a Paulina la última noche que se la vio con vida y a Marita (Verón), la última vez que alguien la vio. La esposa de La Chancha, María Jesús Rivero, una de las imputadas absueltas en el caso de Marita Verón, estaba a cargo de ese negocio también. A los Ale se los acusa de manejar redes de trata, juego, prostíbulos y whiskerías. También pasaron de ser jefes de la barra brava a hacerse cargo del club San Martín de Tucumán. Ahora se encuentran en libertad y se los acusa por usurpación de campos y otros ilícitos.
Estos hechos editados con fecha 06/01/2013, por el Diario Perfil de Buenos Aires, fue el disparador para que semanas después el Estudio Jurídico de quien suscribe recibiera amenazas de muerte anónimas conjuntamente con todo su bufete. Amenazas que fueron denunciadas y como siempre quedaron en saco roto. Semanas después, también fue amedrentada Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, supuestamente por una interna policial en la provincia que no quiere que se investigue la trata de personas y los allanamientos de prostíbulos.
Susana Trimarco recibió la solidaridad del primer mandatario y su novel ministro.
Simultáneamente, el Fiscal Federal Gustavo Gómez utiliza a full su cuenta de Twitter (@Fiscalfederal) para opinar sobre temas "calientes" de la realidad de Tucumán. Señala el Magistrado enfáticamente “Alguien tiene que parar la interna policial en Tucumán", apuntando hacia el Gobernador y el nuevo Ministro de Seguridad Ciudadana.
Hoy la revista Contexto en mi provincia da cuenta que cientos de afiches con la foto de Paulina Lebbos y un desesperado pedido de justicia sorprendieron esta semana a los tucumanos que caminaban por las calles de Buenos Aires, Mar del Plata y Córdoba, entre otras ciudades turísticas del país. "Gobernador Alperovich: diga el nombre del asesino de Paulina y deje de proteger a los encubridores", puede leerse en los carteles. "Es una forma de mostrarle al pueblo y a las autoridades, especialmente a la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), lo que está pasando en Tucumán", explicó Lebbos.
Lebbos recordó que pronto (el 26 de febrero) se van a cumplir siete años del crimen de la joven estudiante de Ciencias de la Comunicación. "Esta situación es tremenda, va a pasar lo mismo que con el caso Marita (Verón) que terminó todo en la impunidad", reclamó el padre de la víctima.
Hace dos semanas, Lebbos le pidió una audiencia a la Presidenta para ponerla al tanto del caso. "Lo hice porque se me agotaron todas las instancias, ya no sé qué hacer. Estoy esperando que me responda", contó.
Desde que el cuerpo de la joven de 24 años apareció sin vida en la zona de Tapia, su padre reclama sin cansancio que el hecho se esclarezca. "Acá ha ocurrido un crimen horrendo y nadie hace nada, cada vez es peor. Lo más grave es que en la causa se está organizando una maniobra infernal de encubrimiento", denunció.
Esta reiteración de hechos que se va agudizando cada vez más con el tiempo, la vengo denunciando desde mi actuación como Fiscal y Juez de Instrucción en mi provincia – más de 20 años –. Pero la mafia no retrocede. Las asociaciones ilícitas, no solo se encuentra muy difundida sino que también impera en amplios sectores de la sociedad, en la jamás alcanzo los alarmantes niveles que adquiere en la actualidad, y lo que es peor, el grado de resignación, de tolerancia y hasta de paciente aceptación con el que se la ve en estos día. Los ciudadanos, participamos de la angustia general difundida en la sociedad a la que pertenecemos y tenemos derecho a manifestar esa angustia y adherirnos al clamor público. Tenemos la obligación de pedir que el Estado, la Justicia, La Legislatura, procuren los medios adecuados para que las mafias, el crimen ejecutado por organizaciones tenebrosas, la delincuencia armada de estructura tácticas que apelan a la corrupción como uno de sus implementos más eficaces, sean combatido de la mejor forma posible. Debemos formar parte de una sociedad que no se resigne a la impunidad como si se tratase de una fuerza de la naturaleza. La corrupción que "se está haciendo carne en la Argentina" y convirtiendo en el pan nuestro de cada día".
Ante el mal que todos vemos y lamentamos, es necesario reaccionar buscando la forma de purificar la sociedad.
Durante mi actuación en la justicia tuve oportunidad de intervenir y juzgar a parte de esa mafia. En aquella oportunidad al igual que hoy recibí terribles amenazas, que no me amedrentaron. Pero aquella instancia pasó; ya no soy un funcionario de la justica ni mi función es la de juzgar a nadie pero si representar a las querellas como abogado penalista. Creo que la población de Tucumán tiene una idea – cierta– sobre lo que son y lo que representan estos grupos que amedrentan e intimidan. Mi impresión se limita a adherir a las manifestaciones de Susana Trimarco y de Alberto Lebbos, además de la impresión general. De todas maneras el debate sobre esta mafia nos alerta: los argentinos y especialmente los tucumanos en estos momentos, estamos ante la evidencia de mafias que extiendan su poderío hasta ciertos despachos que debieran mantenerse inconmovibles.
Que los hechos explicitados por citar los más notorios entre muchos crímenes impunes –, haya inquietado a la opinión público poniéndola a la prensa en estado de constante vigilancia, es bueno y saludable. Si la opinión pública no reacciona en contra de ellas sería muy difícil que se pudiera hacer algo por eliminarlas, que es lo que la sociedad necesita para su tranquilidad. Y si efectivamente reacciona tendrá por delante una larga lucha, ya que las mafias no renuncian fácilmente a las conquistas que ella ha realizado, pero lucha que vale la pena librarse pues en ella se juega el destino de la patria de nuestros hijos.
Por último deseo nuevamente agradecer al Club Gente de Prensa a nivel nacional y a todos aquellos que se solidarizaron con las amenazas a mi Estudio Jurídico, reiteración maquiavélica y pérfida de anteriores balaceras. Como a diarios como Ciberjure en el exterior; Perfil, Clarín, Crónica y Análisis y El Quijote Siglo XXI a nivel nacional y Contexto y El tribuno a nivel Provincial, que tuvieron la generosidad de difundir mis notas y publicaciones.

DR. JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@gmail.com
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