El "Dólar Moreno" coincide con los pronósticos de los grandes bancos de inversión
Fue un acto de sinceramiento verbal (habrá que esperar para ver si se
traslada a la política) el pronóstico del secretario de Comercio,
Guillermo Moreno. El valor del dólar oficial a $6 para fin de este año
reconoce un ritmo de devaluación en torno al 20% y mucho mayor del dólar
“promedio” de $5,10 que consignó el Presupuesto.
Subiría desde el 14% del 2012 y marcaría un precio para la divisa más en
sintonía con lo que muestran los contratos de futuros del dólar.
Los Non Deliverable Forwards (NDF) son contratos que se negocian en Nueva York. En esa plaza no interviene el Banco Central, como sí lo hace en MAE y Rofex (donde por lo general muestran precios más bajos). Se podría decir que quienes pactan en ese mercado lo hacen en forma más “libre”.
El contrato para fines de diciembre de este año cotiza en 6,40 pesos, muy cerca del “dólar Moreno”. Siempre mostró precios más altos que las consultoras privadas que operan en la plaza local. Que el “dólar Moreno” ahora esté en sintonía con los pronósticos privados es una novedad.
También los cálculos de varios bancos de inversión están en sintonía con el vaticinio de Moreno. El promedio entre más de quince entidades de primera línea señala que el cierre del dólar a fin de año marcará un precio de 5,90 pesos.
Si bien hay matices ya que Morgan Stanley tiene al tipo de cambio en $7 y es el que más devaluación prevé, desde el otro lado del mostrador, Credit Agricole tiene un vaticinio a 5,40 pesos.
En el grupo de las entidades que operan en la Argentina, el banco Santander cree que el dólar llegará a $6,10, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) pondera un $5,90, HSBC contempla un tipo de cambio de $5,70 y Citibank pronostica un dólar a 6 pesos.
Si se confirma que la devaluación del tipo de cambio oficial llegará a 20% este año, el Gobierno deberá tocar las tasas de interés. Se estima en el mercado que la Badlar (la mayorista para depósitos superiores a 1 millón de pesos), actualmente en torno al 15,2%, debería subir a por lo menos el 18,5 por ciento.
Sucede que la única manera para que la suba del dólar no se traslade directamente a precios es fomentar (de alguna manera) el ahorro en pesos. Con tasas altamente negativas y una inflación galopante, el costo del dinero deberá subir.
La dinámica cambiara también dependerá de cómo evolucione la brecha entre el oficial y "blue". Si se mantiene la actual en torno al 50%, el billete en el canal informal debería cerrar el año en 9 pesos. Un pronóstico que ni siquiera Moreno puede predecir.
Los Non Deliverable Forwards (NDF) son contratos que se negocian en Nueva York. En esa plaza no interviene el Banco Central, como sí lo hace en MAE y Rofex (donde por lo general muestran precios más bajos). Se podría decir que quienes pactan en ese mercado lo hacen en forma más “libre”.
El contrato para fines de diciembre de este año cotiza en 6,40 pesos, muy cerca del “dólar Moreno”. Siempre mostró precios más altos que las consultoras privadas que operan en la plaza local. Que el “dólar Moreno” ahora esté en sintonía con los pronósticos privados es una novedad.
También los cálculos de varios bancos de inversión están en sintonía con el vaticinio de Moreno. El promedio entre más de quince entidades de primera línea señala que el cierre del dólar a fin de año marcará un precio de 5,90 pesos.
Si bien hay matices ya que Morgan Stanley tiene al tipo de cambio en $7 y es el que más devaluación prevé, desde el otro lado del mostrador, Credit Agricole tiene un vaticinio a 5,40 pesos.
En el grupo de las entidades que operan en la Argentina, el banco Santander cree que el dólar llegará a $6,10, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) pondera un $5,90, HSBC contempla un tipo de cambio de $5,70 y Citibank pronostica un dólar a 6 pesos.
Si se confirma que la devaluación del tipo de cambio oficial llegará a 20% este año, el Gobierno deberá tocar las tasas de interés. Se estima en el mercado que la Badlar (la mayorista para depósitos superiores a 1 millón de pesos), actualmente en torno al 15,2%, debería subir a por lo menos el 18,5 por ciento.
Sucede que la única manera para que la suba del dólar no se traslade directamente a precios es fomentar (de alguna manera) el ahorro en pesos. Con tasas altamente negativas y una inflación galopante, el costo del dinero deberá subir.
La dinámica cambiara también dependerá de cómo evolucione la brecha entre el oficial y "blue". Si se mantiene la actual en torno al 50%, el billete en el canal informal debería cerrar el año en 9 pesos. Un pronóstico que ni siquiera Moreno puede predecir.