Cómo son los millonarios fondos que reciben organismos de Derechos Humanos
El
11 de enero del 2013, en los anexos del Boletín Oficial, se publicó el
detalle de transferencias de las asignaciones de créditos del Programa
16 por parte de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.
Según
la descripción oficial del citado programa, la Secretaría General de la
Presidencia de la Nación asigna partidas que “aseguren la coherencia
política de la acción de gobierno, como así también en la coordinación
del asesoramiento para el establecimiento de objetivos, políticas y
criterios de gestión”.
Por
otra parte, según la descripción del Programa 16, también se “asiste en
el diseño de políticas públicas y en la relación con organizaciones y
sectores representativos de la comunidad” y agrega que “en el 2013 se
prevé la continuidad de los trabajos de infraestructura, remodelación y
equipamiento de la Casa de Gobierno en el marco de mejoras edilicias”,
investigación que quedará para otra oportunidad.
Según
el Presupuesto oficial, Presidencia de la Nación contará con algo más
de 3 mil millones de pesos para el 2013, de los cuales, casi la mitad,
1.400.000 millones, dependerán de la Secretaría General a cargo de Oscar
Parrilli.
Sin
una explicación razonable sobre la manera en que se destinan los
créditos del Programa 16, instituciones culturales y sociales sin fines
de lucro, como Abuelas de Plaza de Mayo, lideradas por Estela de
Carlotto, y la Fundación de las Madres de Hebe de Bonafini, se llevan, en blanco, el grueso de la torta presupuestaria discrecionalmente.
Durante un año, las Abuelas recibirán, solo desde la Secretaría de la Presidencia de la Nación, $7.273.750, o sea $606.145 y
monedas por mes. En cambio, la Fundación de Bonafini, a pesar del
escándalo mediático y la investigación judicial que involucra, al menos,
a su hija Alejandra, recibirá $3.454.600 en un año, algo menos que la mitad que Carlotto.
La
Asociación de Amigos de la Comisión Provincial por la Memoria, un
organismo no ajeno a los escándalos y sospechas de corrupción desde su
mismísima creación, gozará de ingresos por $914.250, mientras que
la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, presidida por Nora
Cortiñas, una mujer que no ha dudado en denunciar y criticar las
arbitrariedades de los últimos dos gobiernos, durante el 2013 obtendrá 289.800 pesos, o sea $24.150 mensuales. La asociación de Cortiñas recibirá menos del 4% que Abuelas de Plaza de Mayo y el 1,45% del total asignado a los organismos por 19.915.792 pesos.
O
sea que Abuelas se quedará con la porción mayoritaria de una torta que
supera ampliamente a lo asignado por Alejandro Tullio, de la Dirección
Nacional Electoral, a los partidos políticos opositores, de acuerdo a la
cantidad de votos obtenidos en la última elección.
Para
que se entienda, la Coalición Cívica de Elisa Carrió recibirá algo más
de un millón de pesos por la votación de casi medio millón de personas,
mientras que el socialismo de Hermes Binner obtendrá algo más de 11
millones de pesos por obtener el 17% de los votos en octubre del 2011.
Aunque no se presentan a elecciones, Abuelas y las Madres de Hebe
reciben juntas, más que cualquier partido político opositor, siempre
hablando con los números oficiales.
En
la nebulosa de las asignaciones, se encuentra a $4.885.492 sin
discriminar y con destino incierto. Otras instituciones sin fines de
lucro que no están detalladas reciben 747.500 pesos, mientras que el
programa de Planeamiento Estratégico y Evaluación de Calidad de la
Educación Argentina, un millón de pesos anuales, siete veces menos que Abuelas de Plaza de Mayo.
Los
fondos que reciben organismos de derechos humanos, como Abuelas y
Madres de Plaza de Mayo, no se agotan solo en la Secretaría de
Presidencia de la Nación. Hay que recordar la abultada pauta oficial en
la radio de las Madres, sumado a los subsidios a la revista “Ni un paso
atrás” antes llamada “Sueños Compartidos”, o las campañas en medios de
comunicación públicos y privados que recibe Abuelas de Plaza de Mayo con
su amplia participación en la ley de servicios de comunicación
audiovisual.
A esta altura de las circunstancias, nadie se debe poner colorado cuando un periodista o un ciudadano hablan de un negocio de los derechos humanos.
Organismos que intentan sobrevivir a la inflación y estancamiento de la
economía, mientras que otros referentes viajan por el país a aplaudir a
intendentes, gobernadores y funcionarios en cuánto acto oficial así lo
requieran con fondos públicos, de todos los argentinos que pagan sus
impuestos.
Luis Gasulla