domingo, 24 de marzo de 2013

DEMOS EL GRAN PASO HACIA LA CONCORDIA NACIONAL


El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia debería ser el día en el que se conmemora en Argentina a todas las muertes de civiles y uniformados, mujeres, niños y hombres producidas durante las últimas guerras revolucionaria y contrarrevolucionaria; que enlutaron a la Patria en las décadas de los 60 y 70.
Haciendo un poco de historia reciente, el 2 de agosto de 2002 el Congreso de la Nación Argentina dictó la ley 25.633 creando al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia con el fin de conmemorar a las víctimas del accionar del estado en esos años, pero sin darle categoría de día no laborable. Tres años después, durante la gestión del presidente Néstor Kirchner, se impulsó desde el mismo Poder Ejecutivo Nacional que la fecha se convirtiera en un día no laborable, inamovible.
Sin querer ofender a nadie, sostenemos que esa ley es mezquina, no incluye a las Víctimas del Terrorismo y tampoco a las bajas que sufrieron las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y otros Agentes de diversas reparticiones del estado, quienes cayeron en la feroz guerra fratricida.
El día de ayer la presidente sorprendió ayer con un giro en su discurso y abogó por el diálogo y por el entendimiento de “los 40 millones de argentinos”. El impactante cambio ocurrió durante un acto conmemorativo por los 37 años del último golpe militar. Fue en la Casa de la Memoria y la Vida, donde entre 1977 y 1978 funcionó uno de los centros detención de la última dictadura militar, la primer magistrada reclamó que los argentinos “nos entendamos de una vez por todas” y recalcó: “Lo que quiero es que no peleemos, que nos entendamos. Ahí está la clave.”
En otra parte de su sorprendente mensaje, dijo: “Sería fácil imaginar que quienes cometieron estos hechos fueron monstruos o seres extraterrestres, porque nos dejaría con la conciencia tranquila”. “Pero no –continuó–, los que han hecho estas cosas han sido hombres que cuando llegaban a sus casas dormían con su mujer, besaban a su hijo, acariciaban a su perro, comían en la mesa, y también iban a misa o a cualquier lado”. Y concluyó que “está en cada uno de nosotros hacer el esfuerzo personal para que en cada uno aflore únicamente lo bueno y lo mejor; que tengamos la fuerza suficiente para dejar de lado lo malo, lo feo, el odio”.
Pareciera que la presidente ha tomado conciencia que de la mano del Papa Francisco, ha llegado la hora de la paz, concordia, memoria, justicia e historias completas… bajo el imperio de la igualdad ante la ley.
Somos de opinión que los grandes pasos a dar en pos de esos nobles objetivos son justamente el reconocimiento,  libertad y reparación histórica de todos los compatriotas que combatieron al terrorismo o cayeron como víctimas y bajas en la cruel contienda. Los otros ciudadanos que declararon la guerra revolucionaria ya recibieron todos esos beneficios… ahora debería darse el inmenso paso de la misericordia, amor y perdón para todos los combatientes por igual. 
El día que se adopte esa decisión política e histórica debería ser declarado el verdadero y nuevo Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, para los 40 millones de argentinos y que sea realmente un día de serena y objetiva reflexión, para entonces nunca más repetir los errores del pasado.
Respetuosamente elevamos nuestra petición,
Pacificación Nacional Definitiva
Por una Nueva Década en Paz y para Siempre