CFK amenazaría con contestarle al Cardenal Poli si éste critica hoy la corrupción del gobierno
Cuando todavía no se acallaron las voces sobre la carta que Francisco
le habría enviado a la presidente por el 25 de mayo, todavía quedan
dudas sobre la autenticidad de ese documento, no sólo el error
ortográfico que genera desconfianza sino fundamentalmente por el
carácter intimista del texto en el cual el Papa tutea a la presidente. Y
parece impensable que el Sumo Pontífice o el secretario de Estado del
Vaticano, cardenal Pietro Parolin, utilicen el tuteo para dirigirse a un
jefe de Estado. Lo cierto es que la historia oficial de la Santa Sede
dice que la carta o telegrama salió de la Secretaría de Estado en Roma y
fue enviada a la Nunciatura, desde donde se le dirigió a la presidencia
argentina.
Los costos para el Papa
Pero no tiene explicación que el encargado de ceremonial del
Vaticano, monseñor Guillermo Karcher, dijera que la carta era trucha y
que después se haya desdicho, lo que sugiere que existió una presión del
gobierno al Papa para que quedara bien parada la presidente. Hasta se
habla de que CFK lo habría llamado llorando a Francisco regándole que se
concretara la rectificación. Fuentes más cercanas al poder dicen que
CFK amenazó con dejar que la diputada Juliana di Tulio presente los
sonados proyectos de leyes del aborto y de la profundización de la
fertilización asistida. Por si fuera poco, CFK dijo que esperaba una
homilía tranquila del cardenal Mario Aurelio Poli en el Tedeum de hoy.
Pero que, en caso de reiterar éste los conceptos del reciente documento
del Episcopado referido la corrupción del gobierno, ella contestaría
como en su momento el entonces presidente Raúl Alfonsín le devolvió
gentilezas a monseñor Medina cuando habló de la corrupción oficial en
una homilía en la Catedral. Lo concreto es que la línea seguida por el
santo padre con su “cuiden a Cristina” lo estaría perjudicando
seriamente. Habría ya una división creciente en el episcopado entre los
obispos que privilegian la realidad de la violencia, narcotráfico y
corrupción que engendró este gobierno y quieren decirlo, y el Papa y el
rector de la UCA Vicente Fernández, que es muy cercano al gobierno. No
es casual que el cardenal Parolin, hoy secretario de Estado del Vaticano
fue obispo de Caracas durante seis años, apoyó al comandante Hugo
Chávez y ahora sería el que impide una condena del Vaticano a la
represión venezolana. El apoyo o silencio de Bergoglio y Parolin a los
regímenes populistas de Latinoamérica no es compartido por la mayoría de
los obispos, que piensan que la Iglesia debe condenar la violencia y
represión estatales contra las manifestaciones callejeras de la
oposición, cuestionando regímenes que parecen estar agotados y que
utilizan la represión para mantenerse en el poder.
El apoyo que recibió Francisco en los Estados Unidos, con la decisiva
participación de los cardenales de ese país en la votación para
elegirlo Papa, siguió con una tapa en su favor en la revista Rolling Stone, donde apareció como si fuera un rockstar. Sin embargo, la semana pasada, tanto el New York Times como el Washington Post
lo criticaron duramente. El primero, por sus constantes alusiones a la
existencia del diablo, posición que tenía hace tiempo en el Arzobispado
de Buenos Aires, y el segundo, por nombrar a un cardenal alemán para
castigar a las monjas progresistas norteamericanas. Este fin de semana,
Francisco procura recuperar espacio político con su visita a los santos
lugares.