Respuesta a católica perpleja
A raíz de nuestro post publicado aquí aquí, hemos recibido este comentario que reproducimos y contestamos al mismo tiempo.
Estimado Padre: El pasado domingo 25 de mayo en México, en la
Iglesia de San Francisco de Asís de la ciudad de Monclova, el Obispo del
lugar fray Raúl Vera López, realizó el segundo bautismo a una niña hija
de una “pareja de lesbianas”. ¿Qué debe entenderse cuando las “madres”
respondieron que renuncian a Satanás y a todas sus obras…?
¡Ven Señor Jesús!
Beatriz
Estimada Beatriz: Realmente es así como ud. dice; uno intenta pensar
lo mejor pero la confusión es grande, enorme…; intento consolarme
pensando que, cuando los primeros misioneros llegaron a este continente
americano y especialmente a su México natal, según he leído en las
crónicas, se encontraron con territorios enteros de cuasi posesos o
bien, con obsesiones demoníacas: “Hay que exorcizar antes que
evangelizar” decían.
Y luego de exorcizar muchas de esas prácticas inhumanas (sacrificios
humanos, canibalismo, sodomía) era necesario evangelizar, contando con
la garantía y la renuncia a Satanás, no de los progenitores indígenas,
sino de los mismos misioneros que harían de educadores en sus
reducciones y colegios.
Hoy los tiempos son análogos (no iguales); vivimos en un mundo de
bárbaros pero de bárbaros apóstatas y no paganos; somos bárbaros que
hemos conocido la verdad pero que hemos renegado de ella. Somos bárbaros
que con celulares, tecnología y bienestar, pero pobres, pobrísimos de
Dios.
El gran error del mundo moderno está en el liberalismo, donde cada
uno puede pensar lo que quiera, decir lo que quiera y enseñar, siempre y
cuando no sea “políticamente incorrecto”; porque hay libertad para todo
siempre y cuando se esté en el pensamiento único.
No se puede llamar bien al mal y mal al bien. El pan es pan y el vino es vino.
Le dejo como consuelo, la voz de un santo obispo, canonizado para el V
centenario por san Juan Pablo II; se trata de un obispo silenciado por
el mundo moderno, que quiso que en su epitafio se colocara esta frase:
“el liberalismo es pecado”. Es San Ezequiel Moreno Díaz, obispo de de
Pasto, Colombia, cuyos escritos estoy descubriendo recién ahora; Dios
nos de voces como éstas para quienes, por momentos, quedamos perplejos
ante tanto cambalache:
“No puedo callar: soy Obispo precisamente para enseñar la verdad a
mis diocesanos; soy pastor para dar a mis ovejas la voz de alerta
contra los que, bajo disfraz de ovejas, pretenden introducir en mi
rebaño pastos envenenados, doctrinas condenadas por la Iglesia: hablaré
al menos cuando oiga que se hable contra Jesucristo o su Iglesia,
sembrando entre mis hijos la duda, el desaliento y el error” (San Ezequiel Moreno Díaz, obispo de Pasto, Colombia).
Dios la bendiga
P. Javier Olivera, Ravasi, IVE
P. Javier Olivera, Ravasi, IVE