FRANCISCO CARADURA
EL PONTÍFICE |
EL USURPADOR |
Tomado de Católicos Alerta
Mientras
mis novicios y hermanos modernistas han pasado tres días literalmente
pegados al televisor para ver en directo retrasmisiones papales, yo he
intentado mantenerme al margen de los discursos, abrazos, besamanos,
besuqueos y compadreos que han tenido lugar en Tierra Santa.
Me había propuesto no escribir ni comentar nada sobre el Viaje del Siglo,
dado que no tendríamos por dónde empezar ni por dónde cortar. Después
ha venido la consabida rueda de prensa del regreso, sobre la cual
también me propuse no hacer comentarios. Ya se sabe que en estas
regurgitaciones de la vuelta a casa, se pueden decir muchas barbaridades
e insulseces de esas que hacen mucho daño a la opinión pública,
atontada y lisonjera. Menos mal que el viaje de Tel-Aviv a Roma es
corto. No quiero pensar lo que puede dar de sí la rueda de prensa que
tenga lugar en el próximo viaje, volviendo desde Corea del Sur.
Pero
hay algo que he visto en la última parte de la entrevista “papal”, que
me ha impulsado a escribir, porque quisiera compartir con mis amables
lectores la juerga que ha provocado en mí. El médico me recomendó hace
años que me tomara a broma los problemas más serios, enfocando por otra
vía los sufrimientos y disgustos que me suscitaban, evitando así que el
marcapasos se estropeara. Pero la verdad es que cuando me entra un
ataque de risa, el marcapasos se pone a toda velocidad y me produce un
cosquilleo interior que provoca un inevitable efecto hilarante. Como me
dé en el Coro, contagio a media comunidad y no podemos acabar el rezo de
vísperas, de la risa que se propaga por doquier.
Esto es lo que me ocurrió ayer cuando leí la respuesta que dio Francisco a la pregunta de un periodista sobre
la beatificación de Pío XII. No se lo van ustedes a creer, pero el
“Papa” dijo con toda soltura que es imposible por el momento, ya que
todavía no hay milagro. Vean la respuesta completa:
«La causa de Pío XII está abierta. Yo me informé: todavía no hay ningún milagro y si no hay milagros no puede avanzar ¿no? Está parada allí. Debemos esperar la realidad, cómo va la realidad de esa causa y luego pensar en las decisiones. Pero la verdad es ésta: no hay ningún milagro y se necesita por lo menos uno para la beatificación. Ésta es la situación actual de la causa de Pío XII. Y yo no puedo pensar ¿lo beatificaré o no?, porque el proceso es lento».
Me dio la risa y casi me caigo y hago trizas las bisagras del canterano en que me apoyaba.
¿Que el proceso es lento? ¿Que si no hay milagros no se puede avanzar?
Me
parece recordar que algunos de los procesos de última generación han
sido no solamente rápidos, precipitados y acelerados, sino reclamados
por los tiempos políticamente correctos que se venían encima. Tanto el
proceso de Juan XXIII como el de Juan Pablo II no se han cocido a fuego
lento, que yo sepa. Y hacer que en el domingo de la misericordia pudiera
llevarse a cabo la “canonización” del polaco, y juntarla en la Semana
Fantástica de Rebajas con la del Papa Bueno, hizo que dichas rebajas se
desataran hasta el punto de que el propio Francisco decidió como
“Pontífice” -que para esto sí que le gusta decir y demostrar que no es
sólo el “Obispo” de Roma-, perdonar al bueno de Juan XXIII su segundo
milagro. Porque no había manera de encontrar alguien que hubiera rezado
al “papa” que convocó el Concilio y había prisa.
Como
estamos en un “Pontificado” de gestos, mucho hay que pensar (y no todo
bueno), del significado de ambas posturas. Gesto de hacer la vista gorda
y aprobar a Juan XXIII sin milagro, y gesto de exigir todas las
legalidades y papeleos a Pío XII.
Ya
estamos acostumbrados a estas distintas gesticulaciones con los vivos.
Gestos de rigor y fuerza con los Franciscanos/as de la Inmaculada por un
lado; comprensión y no-tiene-importancia-alguna con los pecadillos de juventud de Ricca, el del ascensor. Y así podríamos seguir…
Claro
que el periodista que le plantea esto a Francisco, justamente cuando
acaba de besuquearse con los rabinos amiguetes, que odian a Pío XII,
actúa con bastante imprudencia y Francisco tiene que salirse por
peteneras. El judaismo internacional, que tuvo que ver en tiempos cómo
uno de sus rabinos más afamados -el de Roma-, se convertía por
la acción de Pío XII y se bautizaba con el nombre de Eugenio en señal
de agradecimiento al Pontífice, es ahora el que ve cómo otro
“Pontífice” reza ante la tumba de Teodoro Herlz, padre del sionismo.
Por cierto, el mismo sionismo que maneja ese mundo capitalista,
financiero y de venta de armas que tanto dice aborrecer Francisco.
En
fin, no quiero enzarzarme de nuevo. Voy a ver si le pido a Pío XII la
conversión de alguno de mis novicios, o al menos que me conceda la
gracia de ver a mi Prior estar alguna vez en el convento y no andar
dando clases de yoga por ahí, o que destruya el virus viajero que
tienen casi todos los “Obispos”. No sé, algo con que podamos alegrar al
“papa” Francisco, que debe estar deseando que le comuniquen el milagro
de Pío XII.
Aunque yo creo que ya tenemos uno para ser estudiado. Ha sido el Papa Pacelli el que ha evitado la destrucción total de la gruta de
la Natividad en Belén, tras la visita de Francisco. Consiguió del Señor
que el fuego pudiera ser sofocado milagrosamente. Y es que Dios también
habla con gestos, aunque sea con dos días de retraso.
Visto en “Tradición Digital” (Los entrecomillados son nuestros)