La noche más negra de la izquierda latinoamericana. Por Nicolás Márquez.
A los dictadores Néstor Kirchner y
Hugo Chávez ya se los llevó el diablo, y de postre, el amo del averno
además seleccionó a los hermanos Castro, algo que tanto Cronos como la
biología nos marca como una ingesta inminente.
El ventrílocuo venezolano Nicolás
Maduro, desabastecido, con inflación y con su popularidad en el
subsuelo, perdió las últimas elecciones (diciembre del 2015) por
histórica paliza, en la cual la oposición no sólo al régimen 16 puntos
de ventaja sino que obtuvo 112 escaños contra 55 del chavismo, pasando
ahora a controlar la Asamblea Nacional y poniendo a Maduro y su pajarito
en una situación de crisis terminal irreversible para con su chapucero
proyecto bonapartista y delictual.
En Argentina, la imputada Cristina
Kirchner cayó en desgracia en diciembre del 2015 tras el triunfo de
Mauricio Macri. Desde entonces, ésta se haya no sólo sin poder político
ni convocatoria callejera, sino lo que es más grave, se la ve
arrinconada judicialmente por un sinfín de causas en las que se
encuentra tan salpicada y complicada como su Amado Boudou, el ex
Vicepresidente que ella escogió para compartir, además de afecto, su
latrocinio gubernamental durante sus últimos 4 años de inmoralidad
institucionalizada.
En febrero del corriente, el
narco-mestizo Evo Morales perdió en Bolivia su referéndum constitucional
para habilitar su cuarta reelección, motivo por el cual, a su
publicitada farsa indigenista se le puso fecha de vencimiento. Esto
significó no sólo un durísimo golpe a la plumífera izquierda
altiplánica, sino también a los negociados para-estatales de los
cárteles oficialistas que trafican droga para el mundo. Hoy Bolivia es
el segundo productor mundial de cocaína después de las FARC. Claro que
todo este imperio narco-socialista no lo hizo un analfabeto funcional
como Evo, sino fundamentalmente su monje negro, es decir su
VicePresidente, nos referimos al ex terrorista y convicto Alvaro García
Linera (estuvo 5 años preso por sus actividades delictivas en
el Ejército Guerrillero Túpac Katari ), un gramsciano de tendencia
erótica sospechable que en rigor es el verdadero cerebro de esta estafa
precolombina en retirada.
En las recientes elecciones del Perú
(país gobernado por el ex golpista y niño mimado de Hugo Chávez, el
Presidente Ollanta Humala) acaban de llegar al ballotege dos candidatos
de derecha (Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski), motivo por el cual
la izquierda hoy no puede hacer ninguna revolución sino conformarse con
mirar las elecciones por TV. Mala noticia para el acicalado progresista y
vocero bienpensante Mario Vargas Llosa: Keiko llevaría la delantera en
todas las encuestas.
Sólo sobrevive un poco Michelle Bachelet
en Chile, cuyo segundo mandato es tan desastroso que su popularidad no
sólo cayó al subsuelo ante tanta ineficacia sino que encima, su régimen
está totalmente devaluado por escándalos de corrupción que manchan a sus
allegados más cercanos, empezando por su hijo Sebastián, otro que al
parecer tiene las mismas mañas y la misma moral que su desacreditado
colega argentino: Máximo Kirchner.
Ayer 17 de abril, los medios
informaron que sacudió el Ecuador un terremoto de más de 7 grados en
escala Richter y que dejó un saldo de 233 muertos, o sea que ese país
padeció un contratiempo mínimo si lo comparamos con los diez años de
feroz dictadura que viene encarnando Rafael Correa (la cual ha sido
financiada por las FARC y el Foro de Sao Paulo). En Ecuador hoy priman
no sólo los presos políticos, sino las censuras y los exiliados. En las
últimas elecciones que se dieron en el 2014, a pesar de la represión y
el clientelismo, Correa padeció una contundente paliza en las disputas
por las Alcaldías Nacionales, punto de inflexión que marca un fin de
ciclo en el sufrido país.
Y si
los datos señalados no bastasen como para consolidar la irreversible
tendencia socialista a la auto-demolición (práctica en la que la
izquierda tiene sobrada experiencia internacional), en Brasil hace
días también cayó en desgracia el delincuente trotskista Ignacio Lula Da
Silva, pero hace apenas unas horas también cayó su cómplice y
protectora, es decir la ex guerrillera Dilma Roussef, quien acaba de
perder por paliza en la Cámara Baja donde se discutió y votó a favor de
su destitución y juicio político, trámite que en pocas horas confirmará
sin el menor obstáculo la Cámara Alta y con ello, tanto ella como su
antecesor quedarían no sólo políticamente exterminados sino físicamente
enrejados.
Por todos los antecedentes expuestos más
lo sucedido en el día de la fecha, hoy lunes 18 de abril a las 3 de la
mañana (hora en la que terminamos de escribir estas líneas) podemos
afirmar sin temor al error que estamos viviendo la noche más negra para
la izquierda latinoamericana, y en sentido contrario, es una noche de
paz, regocijo y festejo para todos los hombres libres del continente.