La renuncia de Benedicto XVI no ha sido lo que se nos cuenta. Es de
extrema urgencia que todo católico se prepare para confrontar el gran
engaño de los tiempos finales. Y va a ser imposible hacerlo sin conocer a
fondo la naturaleza del enemigo presente con gran poder en el seno
mismo de la Santa Iglesia a día de hoy. Va a ser una respuesta de cada
uno, no hay más crédito: o se estará con Dios y al pie de la cruz de
Jesús, o con el Demonio y el imperio de su Anticristo. He aquí una más
de nuestras aportaciones para darle luz en esa toma de decisión de
consecuencias eternas.