miércoles, 21 de noviembre de 2018
Poesía que promete
HABLA EL ARA SAN JUAN
No me esperen en tierra donde al
aire
lo azotan voces de congoja y
ansias,
ni en escolleras guarden
vigilancias
o en varaderos grises, sin
donaire.
No hay regreso a las dársenas
del suelo,
las radas, las bahías
claviformes,
pero todos aquí, en sus
uniformes
llevan la gloria que no está de
duelo.
No tampoco residan en estuarios
echando anclas, gruesos
arganeos;
de sal marina son nuestros apeos
y el timonel reparte
escapularios.
El casco aunque partido sigue
enhiesto,
corales rojinegros lo
embanderan,
ya escuadrones de algas merodean
rindiendo honores en perenne
gesto.
Los viejos manatíes forman
guardia
de la proa a la popa y en la
vela
un mantarraya se hizo escarapela
encabezando una ancestral
vanguardia.
Todo es celeste y blanco y hay
llanuras,
cordilleras, mesetas, cañadones,
es la patria argentina en sus
hondones
la patria de agua que adornó
bravuras.
Cuarenta y cuatro nautas sin
neblinas:
somos una hermandad de
navegantes,
con ojos de batalla, agonizantes
unidos a las tumbas de Malvinas.
No me lloren en tierra. No
lloremos.
Soy féretro de héroes, su ataúd.
Caben himnos con rezos, gratitud
y una promesa intacta:
¡volveremos!
Antonio Caponnetto