La república universal en marcha. Por Cosme Beccar Varela
La reunión
del llamado G20 que se realizará en Buenos Aires del 29 de Noviembre al
1 de Diciembre de este año le costará al país una enormidad de plata y
a los porteños una molestia descomunal. Nadie nos preguntó si queremos
que la argentina forme parte de ese grupo misterioso ni tampoco nos
preguntaron a los sufridos habitantes de esta ciudad si queríamos que la
citada reunión se hiciera aquí a ese costo y con esas molestias.
Pero se hará de todas maneras a pesar de que el gobierno macrista ha
demostrado su incompetencia insanable en materia de seguridad al no
poder controlar el ingreso del omnibus que transportaba a los jugadores
del equipo del Club Boca Juniors al estadio del Club River Plate. Como
parece que vendrán (o pensaban venir hasta este último bochorno) los
Jefes de Estado más importantes del mundo, sería prudente que si lo
hacen, vengan cada uno con su propio ejército de custodios. No vaya a
ser que terminen todos volados de un bombazo… Eso no nos ayudaría en
nada a salir de la situación caótica en que se encuentra el país bajo la
pata de “cambiemos”.
Sin perjuicio de ese aspecto anecdótico del asunto, es necesario que
la gente sepa qué es el “G20”. El G20 no es nada más ni nada menos que
un gobierno mundial unificado, o, como lo llaman los masones en sus
viejos planes “La República Universal”. La desaparición de las naciones y
de los gobiernos soberanos y su reemplazo por un mundo sin fronteras en
lo que respecta a la individualidad nacional aunque continuarán como
sistema carcelario que impedirá la posibilidad de salir o entrar en un
país si así lo resuelve el gobierno universal; un plan político único;
un pensamiento único enteramente materialista, inmoral y ateo; una
policía mundial unificada (ya no habrá lugar donde exilarse, por
ejemplo, pues la policía de los países supuestamente “libres” serán
ejecutora de las requisitorias de las tiranías más siniestras sin que le
importe un bledo la “Declaración de Derechos Humanos”), una Agencia
Impositiva única; toda la moneda en una sola mano y la libertad personal
abolida.
Todo esto, desde luego, dicho en un lenguaje ambiguo porque tampoco
interesarán ya las ideas (ni el lenguaje que las expresa) sino los
hechos producidos por el poder único. Ese poder podrá decir “blanco” y
hacer “negro”, “bien” y hacer el “mal”, decir “si” y es “no”. El G20 ha
inventado un idioma que está lleno de palabras que no dicen nada (algo
así como el Concilio Vaticano II), pero a la hora de mostrar los
significados ostentarán el crimen, el fraude, el robo, la usurpación, la
mentira hecha realidad y todo lo que se les dé la gana a los dueños del
mundo.
El
G20 se compone de 20 “naciones” (ahora deberían llamarse apenas
“espacios”, no “naciones”) que incluyen el 66% de la población mundial y
el 85% del producto bruto mundial y además, de las organizaciones
mundiales más importantes como las Naciones Unidas (ONU), el Fondo
Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Consejo de
Estabilidad Financiera (FSB), la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
Es decir, lo que no está oficialmente dentro del G20 es la “sobra”
que puede sólo ser invitada a alguna reunión, si quieren los
Presidentes” anuales de la organización. Dicho sea de paso, ese
presidente es un pelele que no significa nada, baste decir que el de
este año es Mauricio Macri y no hará ni dirá nada que no le manden decir
o hacer y eso será recibido con absoluto desprecio por los que
realmente mandan.
El “lema” de la reunión levanta un poco el velo de lo que es en
realidad el G20. El de este año es “Construyendo consenso para un
desarrollo equitativo y sostenible”. Si se piensa que integran el G20
no sólo EEUU, Inglaterra y Francia sino también Rusia y China
comunistas, podemos darnos una idea de cuál puede ser la base de ese
“consenso”: una pasta maloliente en la que el hedor dominante lo
proveerán los países comunistas.
Si quiere darse una idea del “bla-bla-bla-” despreciable y tramposo
de esta reunión, transcribo con repugnancia algunas frases del mensaje
liminar que emitió Su Excelencia Inutilísima el Presidente de la reunión
Mauricio Macri:
“La globalización ha transformado nuestras economías, sociedades y
prácticas de trabajo. Ha sido una piedra angular del crecimiento y el
desarrollo, pero sus beneficios no han sido compartidos equitativamente.
Este es el momento en que debemos renovar nuestros compromisos con la
meta más amplia de no dejar a nadie atrás. Este es el momento de
construir nuevos puentes alrededor del mundo.
“Tanto durante como luego de la crisis financiera, el G20 demostró
ser un foro efectivo. Durante los últimos diez años, tuvo éxito en
impedir una depresión global, fortalecer la arquitectura financiera
internacional, reformar el sistema financiero y hacer más equitativa la
tributación internacional. El G20 ha brindado un ámbito para que los
Líderes entablen un diálogo permanente y constructivo sobre las
cuestiones globales más apremiantes del siglo XXI.”
El muy infeliz firma lo que pongan delante y no se da cuenta que en
esas mismas palabras está la ridiculización de su gobierno y la
demostración de que no somos más que un sirviente inservible de esa
nueva locomotora política inventada por la masonería. Vea si no estas
frases: “Durante los últimos diez años, (el G20) tuvo éxito en impedir
una depresión global, fortalecer la arquitectura financiera
internacional, reformar el sistema financiero…”
Eso
de “evitar la depresión”, y “fortalecer la arquitectura financiera
internacional” dicho por el campeón del endeudamiento improductivo de la
nación y de la caída fenomenal de la producción nacional, en íntima
asociación con sus antecesores a los cuales le unen una idéntica
desfachatez y corrupción análogas, es de un ironía negra.
Vendrán -si vienen los amos del mundo con sus ejército privados- nos
mantendrán en prisión domiciliaria durante tres dias, con la ciudad
cortada en pedazos inaccesibles, nos costará un ojo dela cara y después
se irán habiéndonos dejado aún más amarrados al carro de los vencedores
de la tierra, entre ellos a la China comunista con la cual Macri firmará
40 “convenios” de los que sin duda el que saldrá ganando será el
inmenso país comunista y a los pobres infelices que no tenemos ni idea
lo que pasa, nos quedará menos libertad, menos dignidad, menos defensas
según Derecho y menos ganas de seguir viviendo.
Para terminar, y como moño del misterioso paquete del G20, quisiera
agregar que, como Ud. se imaginará, en 3 días, por más que vengan los
“capi dei capi” no se resolverá nada. Los que en realidad deciden no los
conoce nadie y en la jerga del G20 se los llama curiosamente, los
“sherpas”. Así los describe la enciclopedia electrónica:
“Los líderes de los países integrantes están representados durante
las reuniones preparatorias por los sherpas quienes coordinan la
política del G20 en el país, asesoran al líder y negocian en su nombre.
En el Canal de Sherpas los representantes de los líderes de Estado del
foro establecen y tratan las prioridades temáticas no financieras como
el compromiso político, la lucha contra la corrupción, el desarrollo, el
comercio y la energía, entre otros. Además del sherpa, cada país
miembro del G20 es representado en estas reuniones por el ministro que
atiende cada tópico. El sherpa luego asesora a su jefe de Estado o
Gobierno respecto a los temas discutidos y participa en la
planificación, la negociación y la implementación de las propuestas que
surjan en las reuniones.” Entonces, ¿para qué todo ese “show” carísimo
de esta “cumbre”?
¡Me imagino el trabajo que tendrá el “sherpa” de Macri para que
entienda lo que le dice! Probablemente le haga firmar lo que se le dé la
gana sin esperar que lo lea, sabiendo que es inútil.
(Que la Virgen de la Medalla Milagrosa, cuya fiesta se celebra hoy, nos proteja)
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