ARA SAN JUAN: las macabras mentiras y negocios petrolíferos del Gobierno con la compañía inglesa Ocean Infinity
Como
una última injuria a los 44 tripulantes desaparecidos con el submarino
ARA San Juan, su búsqueda estuvo llena de engaños a la opinión pública,
contando con la complicidad de los medios afines al Gobierno. Que
ocultaron que Ocean Infinity es una compañía inglesa con filial en EEUU.
Que el Seabed Constructor es un buque de exploración y servicios
petroleros, que fue expulsado de Islandia por efectuar investigaciones
clandestinas disfrazadas de rescate. Que su propietario es la compañía
inglesa Swire. Que el Gobierno llamó a licitación para exploraciones
petroleras, en áreas que el Saebed Constructor estaba barriendo
furtivamente sin conexión satelital, y perdiendo el tiempo, en lugar de
ir directamente al lugar del siniestro. Donde sospechosamente en el
último día de búsqueda lo encontró, al cumplirse el aniversario de su
desaparición. Habiéndose sometido la jurisdicción de dichas
exploraciones a la CPA (Corte Permanente de Arbitraje) de La Haya, donde
está la sede de la compañía angloholandesa Royal Dutch Shell.
Por Javier Llorens – 21-11-2018
Los grandes diarios informaron a
mansalva que era estadounidense la compañía Ocean Infinity, que el
Gobierno contrató en agosto pasado, para que efectuara la búsqueda del
desaparecido submarino ARA San Juan. No obstante una simple consulta en
la web revela que Ocean Infinity Seabed Intelligence (Océano Infinito
Inteligencia del Mar profundo) es inglesa, con domicilio en Grosvenor
Street 6, Londres. Con filial en la city petrolera de Houston, EEUU, en
Broadfield Boulevard 1.400, con quien el Gobierno firmó el contrato
tratando de disimular.
También ocultaron que Ocean Infinity
está dedicada a relevamientos y encuestas hidrográficas, e inspección y
construcción de tuberías petroleras. Ofreciendo un “completo sistema de exploración de los fondos marinos que permite realizar múltiples tareas. Nuestra
amplia gama de sistemas y equipos a bordo permite inspeccionar, reparar
o recuperar los descubrimientos realizados durante un levantamiento…
Nuestro enfoque incrementa dramáticamente la productividad y reduce el
tiempo de inactividad, ahorrando tiempo y dinero a los clientes con
nuestra embarcación multiusos ‘ventanilla única’”
En su portal la compañía destaca que Joshua Broussard es su Director Técnico, quién “tiene
más de 10 años de experiencia en la gestión de proyectos de ingeniería
en tierra y en alta mar para las principales compañías de petróleo y gas
marinas. Su carrera temprana le proporcionó experiencia como
técnico de automatización y controles, trabajando en instalaciones en
tierra y en alta mar. Ha desempeñado funciones de liderazgo en proyectos
para el desarrollo de sistemas de remediación ambiental no tripulados,
sistemas ROV, sistemas de comunicación distribuidos e instalaciones de
equipos robóticos.”
A su vez la propietaria del buque Seabed
Constructor es la tradicional compañía inglesa Swire, que tiene un
siglo y medio de existencia. La que con motivo de las explotaciones de
hidrocarburos offshore que comenzaron en la década del ’70, tras la
decuplicación del precio del petróleo por el embargo petrolero árabe
motivado por la guerra de Yom Kippur, se dedicó a la “prestación de
servicios de apoyo en alta mar a la industria internacional del petróleo
y gas… Incluidas la exploración, perforación y producción, tendido de
tuberías, construcción submarina y movimientos de plataformas”.
Las exploraciones furtivas del Seabed Constructor
Por su parte el buque Seabed
Constructor, o Constructor en el fondo del Mar, como su nombre en inglés
lo indica, está dedicado esencialmente a la actividad petrolera
offshore. Y tiene bandera noruega porque en los papeles pertenece a
Swire Seabed, la filial noruega del grupo Swire. Enfatizando así está
con su nombre, que el objeto de su actividad es el fondo del mar costa
afuera.
En diciembre de 2016, al recibir el Seabed Constructor, que antes se llamaba Olympic Athene, Arvid Pettersen, el CEO de Swire Seabed dijo: “La
decisión de invertir en este barco submarino de alta calidad es parte
de la estrategia de crecimiento a largo plazo de Swire Seabed. Nuestro
contrato con Ocean Infinity permite a la compañía establecer un
departamento de relevamientos [de fondos submarinos] que puede procesar y
presentar grandes cantidades de datos de alta calidad a nuestros
clientes”.
El Seabed Constructor se unió así a la
flota submarina de Swire Seabed, integrada por el Seabed Worker
(Trabajador Fondo Marino), el Seabed Supporter (Apoyador Fondo Marino),
y Seabed Prince (Principe Fondo Marino). Diseñados para realizar una
gama de trabajos de construcción ligera, IMR (Inspección, Mantenimiento y
Reparación) y topografía tanto en el sector de petróleo y gas como en
los renovables. En esa oportunidad Pettersen aseguró que su nuevo barco
trabajará en operaciones globales de AUV (Autonomous Underwater Vehicles
– Vehículos Submarinos Autónomos) como parte de un contrato de seis
años con Ocean Infinity.
Por su parte los grandes medios
argentinos, no solo ocultaron que el Seabed Constructor es un buque de
investigación y operación petrolera, sino además que había sido
expulsado escandalosamente de Islandia a principios del 2017, por la
sospecha de estar haciendo una exploración clandestina, por encargo de
la ignota compañía inglesa Advanced Marine Services. Encubierta como una
operación de rescate de un buque mercante alemán, hundido durante la
Segunda Guerra Mundial. El SS Minden, no obstante que según su
manifiesto de carga no transportaba nada de valor.
Las maniobras realizadas por el Seabed
Constructor con esa excusa, navegando en círculo dentro del mar
territorial islandés, llamaron la atención de la Guardia Costera de ese
país, que envío uno de sus buques y un helicóptero para interceptarlo. Y
ante las respuestas contradictorias dadas por parte de su tripulación,
la Guardia Costera le requirió que regresara inmediatamente al puerto de
Reikiavik. Donde a la par que interrogó a su tripulación, procedió a
investigar sus registros y equipos.
Seguidamente, ante la sospecha que el
Saebed Constructor estaba involucrado en investigaciones marinas
ilegales y no autorizadas en aguas islandesas, le ordenó retirarse del
mar territorial de Islandia. Este antecedente, como se verá más
adelante, aportaría la explicación de porqué extrañamente el Saebed
Constructor tras hallar al ARA San Juan, en lugar de regresar
triunfalmente a un puerto argentino, emprendió un veloz rumbo hacia
Sudáfrica.
No obstante a principios de agosto
pasado, tras idas y vueltas que duraron más de seis meses, el Gobierno
contrató a la compañía Ocean Infinity y al Seabed Constructor, para
buscar al submarino ARA San Juan. Con la cláusula de “éxito” “no cure,
no pay”, por la que convino pagar 7,5 millones de dólares, solo en el
caso de que el ARA San Juan fuera encontrado.
El Seabed Constructor, está equipado con
media docena de vehículos submarinos no tripulados. De la clase AUV,
enteramente autónomos, los que tras cumplir su periplo, vuelven a un
lugar prefijado para entregar la información recogida. Y de la clase
ROV, que a través de cables son guiados por un operador, y están
equipados con luces, cámaras, sonar, y un brazo articulado. Llevando
además todos ellos, un sofisticado instrumental, como magnetómetros
gravímetros y ecosondas, a los efectos de explorar el subsuelo de las
profundidades marinas. Razón por la que Ocean Infinity publicita que sus
embarcaciones son “multiuso”, de “ventanilla única”.
La otra oferta en competencia,
perteneciente a la firma venezolana SEA Sistemas Electrónicos Acuáticos,
en sociedad con la empresa canadiense Ccean Floor Geophysics, fue
desestimada por estar condicionada a distintos eventos, que no permitían
calcular su precio final. Y además previamente había sido anulada la
preadjudicación a favor de la firma española Igeotest Geociencias y
Exploraciones, del argentino Marcelo Devincenzi. Que había ofertado 3,8
millones de dólares, pero recibió una virulenta campaña en su contra por
parte de la gran prensa, como para abrirle el camino a Ocean Infinity.
Tras la desaparición del ARA San Juan aparece el petróleo
Al mes siguiente de la desaparición del
ARA San Juan ocurrida el 15 de noviembre, el 13 de diciembre, al
festejarse el día del petróleo, el ex ministro de Energía y Minería y ex
CEO de Shell, Juan José Aranguren, en el almuerzo organizado por el
IAPG (Instituto Argentino del Petróleo) controlado por la
megapetroleras, anuncio:
“Tenemos una de las áreas del mundo
menos exploradas del mundo que es nuestra plataforma continental, por lo
tanto hoy estamos informando que lanzaremos la Ronda 1 del Plan de
Exploración offshore para julio del año próximo. Esta primera ronda va a
incluir una vasta región de la Plataforma Austral Norte (5.000 km2); la
Cuenca Malvinas Oeste (90.000km2) y la Cuenca Argentina Norte (130.000
km2)”.
Al respecto el comunicado del ministerio afirmaba: “La Costa Afuera argentina es uno de los espacios
más extensos y menos explorados con potencial de recursos
hidrocarburíferos a nivel global, configurando una oportunidad única
para la atracción de inversiones al país, y uno de los proyectos más
importantes que tiene la Argentina para extender el horizonte de las
reservas de gas y petróleo. Los bloques incluidos en la Ronda 1 están
ubicados en las áreas ubicadas en la Cuenca Austral, Malvinas Oeste y el
sector norte de la Cuenca Argentina (ver mapa).
“Se espera recibir las ofertas en el
mes de noviembre de 2018 para adjudicar los Permisos Exploratorios a
finales del mismo año. El ministro destacó también que “esta primera
etapa será seguida en el año 2019 por una segunda Ronda, en la cual
incorporaremos la Cuenca Argentina Sur que cuenta con un área aproximada
de 120.000 km2”.
Respecto estos anuncios resulta notable
la coincidencia del área de búsqueda del submarino San Juan, con las
áreas de exploración petrolera a licitar. Tal como se puede apreciar en
el siguiente mapa, confeccionado por uno de los expertos dedicados a
analizar el siniestro del ARA San Juan. Correspondiendo ambas áreas, la
de búsqueda del ARA San Juan y la de exploración petrolera, a una gran
extensión marítima que va desde Mar del Plata hasta Caleta Olivia,
ciudad donde está radicada la causa por la desaparición del ARA San
Juan.
Las áreas petrolíferas coincidentes con
la de la búsqueda del ARA San Juan, están divididas en el área Argentina
Norte, Malvinas Oeste, y Argentina Sur, y se encuentran ubicadas en el
borde de la plataforma marítima argentina, en cuyo abismo se hundió el
ARA San Juan. Correspondiendo precisamente la última de esas áreas, al
lugar del siniestro de este, conforme se puede apreciar en la imagen de
la portada.
Por su parte la ronda licitatoria 1 que
actualmente se ha convocado a concurso, correspondiente al Area
Argentina Norte, llega hasta las coordenadas 42 º y 57º como se puede
ver en la siguiente imagen, extendiéndose hasta cerca de la ubicación en
que se encontró al ARA San Juan, en las coordenadas 46 º y 60º.
El Gobierno valorizó la información privilegiada obtenida por el Seabed Constructor
El Seabed Constructor comenzó su tarea
de búsqueda del ARA San Juan a principios de septiembre, contando para
ello con un plazo mínimo de 60 días. Y al respecto el periodista de
CLARIN Daniel Santoro, el mismo día que en se conoció el hallazgo del
ARA San Juan, planteo una serie de inquietantes interrogantes, en la nota con su firma “Submarino ARA San Juan: dudas sobre el derrotero que hizo el Seabed para buscarlo –
Dejó para lo último una pista encontrada por un buque chileno. Y
terminó su trabajo en la zona recomendada por Estados Unidos y Gran
Bretaña” (16-11-18).
Santoro dice en su nota: “Más allá del hallazgo, la forma en que se buscó abre una serie de interrogantes
que se preguntan los expertos submarinistas: ¿Por qué los observadores
de la Armada y de los familiares embarcados en el Seabed no tenían acceso al
cuarto de procesamiento ni a las imágenes crudas que mandaban los
minisubmarinos? ¿Por qué el Seabed empezó su primera etapa de la
búsqueda, que duró dos meses, con las áreas no prioritarias fijadas en
el operativo internacional?”
“¿Por qué se buscó recién ahora en la zona que la Armada ya había indicado en noviembre de 2017
como la más probable para encontrarlo? ¿Por qué se mandaron medios a
zonas de las que se sabía que, por estudios de cinemática, era imposible que el San Juan estuviera? ¿Por
qué se tomaron los indicios de supuestos ruidos de golpes en el casco
como válidos o probables cuando toda la evidencia técnica sustentaba sus
descartes como puntos de contacto? Según el contrato, ¿la empresa Ocean
Infity podrá hacer uso de toda la información estratégica del lecho marino argentino que juntó en estos días? Y la última duda: ¿se esperó buscar en esta área para llegar cerca de la fecha del primer aniversario y así tener más impacto?”
“Una de las respuestas… es que el 6 de noviembre el Gobierno lanzó una licitación para la búsqueda de petróleo y gas en el mar argentino y hay 20 multinacionales interesadas. Algunas de las áreas a licitar coinciden con las áreas rastreadas para buscar el San Juan.”
Stripteasedelpoder trato de averiguar
concretamente que áreas habían sido barridas por el Seabed Constructor
en su búsqueda del ARA San Juan. Solicitando para ello al sitio de
información marítima Vessel Finder (Buscador de Buques) los trayectos
efectuados por el Seabed Constructor entre el 1 de septiembre y el 16 de
noviembre de este año.
Y vía mail, con la firma de Alexander
Tonev, obtuvo la inusitada respuesta de que no existían registros de los
trayectos del Seabed Constructor durante ese interregno, como se puede
apreciar en el siguiente facsímil. Planteando así el hecho de qué, como
un macabro cazador furtivo de información geológica marítima, el Seabed
Constructor se habría desplazado durante esas operaciones, sin conexión
satelital, para no dejar rastro alguno de su tortuoso operar.
Lo que Santoro evitó enteramente
profundizar es que si el Seabed Constructor obtuvo información geológica
furtiva, de esa manera artera y macabra, ella extrañamente fue
valorizada por el mismo Gobierno Nacional. Con el decreto que el
presidente Mauricio Macri firmó el 1 de octubre del corriente (872/18),
al mes del inicio de las operaciones por parte del Seabed Constructor.
Instruyendo a la secretaria de Energía a que llamara a Concurso Público
Internacional para la adjudicación de las áreas integrantes del Area
Argentina Norte .
Por su parte el secretario de Energía
Javier Iguacel, doce días antes de que se anunciara el hallazgo del ARA
San Juan, ratificó esa sorpresiva valorización gubernamental de la
información furtiva que en forma macabra habría obtenido el Seabed
Constructor, con el dictado de una resolución convocando a dicho
concurso (65/18).
La huida del Seabed Constructor hacia Sudáfrica y la confusión de la prensa
Otra notable evidencia de la mala fe y
el macabro accionar de Ocean Infinity y su buque Seabed Constructor,
para obtener información geológica furtiva y lucro económico colateral
con su venta, contando para ello con la complicidad objetiva del
Gobierno, consiste en el hecho de que inusitadamente, en lugar de
regresar triunfalmente a Argentina, para desembarcar a los miembros de
la Armada y los familiares de las víctimas y florearse de su éxito,
emprendió una rauda huida hacia Ciudad del Cabo en Sudáfrica, desde
donde había venido.
Puerto desde donde se reembarcara a la
tripulación argentina hacia nuestro país, por vía aérea. Prometiendo
además entregar 67 mil imágenes capturadas sobre los restos del
submarino ARA San Juan. Cuando no le habría demandado más de medio día
de navegación acercarse a la costa argentina para desembarcar a los
argentinos, reabastecerse, y entregar dicha documentación a la jueza
federal con sede en Caleta Olivia, Marta Yáñez, actuante en el siniestro.
Pero no lo hizo, seguramente invadido
por el sano temor, a raíz de lo sucedido en Islandia, que ella u otro
juez ordenara una requisa del buque, para incautar toda la información
obtenida durante el periplo de búsqueda del ARA San Juan. Y para evitar
ello, habría demandado los servicios de un buque tanquero para poder
repostar combustible en alta mar, y emprender la huida hacia Ciudad del
Cabo.
Esta actitud opaca por parte del Seabed
Constructor, se vio completada con la confusa y contradictoria cobertura
que hizo la gran prensa argentina del acontecimiento del hallazgo del
ARA San Juan. Como para aturdir a la opinión pública, pese el autobombo
que se hace, asegurando que suministra información verificada por un
editor responsable, que más bien parece responsable de fake news.
Como el caso de CLARIN, cuyos detalles
respecto el hallazgo dependían del cronista que lo tratara. Brindando
así sucesivas versiones altamente contradictorias, de que el Seabed
Constructor había omitido revisar el punto del hallazgo. Que cuando ya
estaba rumbo hacia Sudáfrica reviso la cartografía, y tuvo que regresar
para verificarlo. Que no, que lo había dejado para el final, porque se
trataba de un área dificultosa, habiendo comenzado por las más fáciles.
Que el lugar del hallazgo se trataba de
un punto “C” altamente probable, que había sido señalado por el sonar de
alta performance del buque chileno “Cabo de Hornos”, dando cuenta de la
existencia de un objeto de 60 metros, del largo del submarino. Que no,
que era un punto “b”, siendo lo más probable que fueran formaciones
rocosas.
Que era el lugar donde se habían
detectado golpes en el casco. Que no, que era el lugar más probable, por
haber sido señalado por la CTBTO (Organización del Tratado de
Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares) que había registrado una
“anomalía hidroacústica”, consistente en una potente
explosión-implosión.
Llegando el cronista de florida verba
Nicolás Wiñazki, a la cumbre de la improvisación y desconocimiento del
tema, al señalar que esa anomalía había sido detectada por “un organismo internacional encargado de la seguridad de los submarinos que surcan furtivos los mares del mundo” (“Un año de misterios, errores, adivinos y conspiraciones”,18/11/18)
A todo esto se sumó el extraño anticipo
que se le escapó al presidente Macri, al expresar el 16 de noviembre en
el acto de conmemoración del aniversario de la desaparición del ARA San
Juan, un día previo a su hallazgo: “quiero
decirles que tengo la profunda esperanza, que esta bandera, en días,
pronto será plantada en el mar argentino, en el recuerdo de nuestros 44
tripulantes, que quedarán en la memoria y en el corazón de todos los
argentinos para siempre.”
Lo que hizo sospechar a familiares de los marinos desaparecidos, que todo estaba previsto y guionado.
Lo cual también lo revela la frase que lanzó el abogado Luis
Tagliapietra, padre de unos de los marinos desaparecidos, al dar a
conocer el hallazgo: “¡Los encontramos. Como en una historia de película cuando ya parecía todo terminado!”
Habiendo existido previamente, amplio
márgenes de tiempo y espacio, como para que el Seabed Constructor
efectuara una pre exploración petrolera. Cuyos datos adquirieron un alto
valor venal, que se puede estimar en cientos de millones de dólares, y
geopolítico, con el paralelo llamada a concurso de exploración convocado
por el Gobierno.
Así el Seabed Constructor no cobrará por
“ventanilla única” por sus servicios, como dice su propaganda, sino que
lo hará a través de dos ventanillas. La del Gobierno, y la de los mega
intereses existentes en torno la explotación del petróleo. Haciendo un
altamente lucrativo negocio, con la complicidad del Gobierno, a costa de
los 44 marinos fallecidos del ARA San Juan, y la tremenda angustia y
desazón de sus familiares.
Todo se cuece en La Haya, sede de la Royal Dutch Shell, para todo el mundo
La resolución del secretario de Energía
Iguacel llamando a concurso para la explotación de las áreas en
cuestión, donde yacen los tripulantes del ARA San Juan, prevé la no intervención de la justicia argentina
en el caso de conflictos con el contratista, si el monto de este supera
los 20 millones de dólares, que son monedas en el mundo del petróleo.
Consagra así para esos territorios
marítimos argentinos donde se produjo la tragedia del ARA San Juan, la
extraterritorialidad y prorroga de jurisdicción a favor de tribunales
arbitrales internacionales. Con sede en un Estado que sea parte en la
Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias
Arbitrales Extranjeras.
Esa Convención de la ONU, conocida como
CNUDMI, fue firmada por Argentina y otros 23 países en el año 1958. Pero
luego se agregaron a ella otros numerosos países, entre ellos las dos
potencias petroleras de EEUU y el Reino Unido, siendo actualmente 159.
Los que en esencia se obligan a reconocer y ejecutar en sus países,
cualquier sentencia arbitral que recaiga contra países miembros de la
convención.
Resultando así algo mucho más peligroso
que el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a
Inversiones) del Banco Mundial, que ha deparado amargas experiencias a
Argentina. Al establecer una especie de justicia universal, como la que
se intentó aplicar con el embargo a la fragata Libertad en el puerto
africano de Ghana, para ejecutar una sentencia que había dictado el juez
estadounidense Thomas Griesa en Nueva York. Lo cual fue anulado por el
Tribunal Internacional del Derecho del Mar, con sede en Hamburgo, por
considerar que se trataba de un buque de uso militar que podría derivar
en un casus belli.
No obstante esa dura experiencia
reciente, el actual Gobierno insiste en adherirse a esa justicia
universal, mediante la intervención de tres árbitros, cuyo fallo será
inapelable. Dos de ellos nombrados por las partes, y el tercero en caso
de controversia -junto con otros asuntos- por el Secretario General la
Corte Permanente de Arbitraje (CPA) con sede en La Haya. Lo que en
definitiva supone entregarse en manos del diplomático holandés Hugo Hans Siblesz, quien se desempeña actualmente en ese cargo, el que es inveteradamente cubierto por un ciudadano holandés.
La Haya es la sede del gobierno
holandés, pero no su capital. Y actualmente desde el 2005, es también la
sede y residencia fiscal de la legendaria petrolera angloholandesa
Royal Ducth Shell PLC, que tiene su domicilio social en Londres, en cuya
Bolsa cotizan principalmente sus acciones.
Tanto el Reino Unido, como Holanda,
Dinamarca, y Noruega, le deben su actual bienestar, que está en los
niveles más altos del mundo, a la explotación del gas y petróleo en el
Mar del Norte. Por ello se puede decir que son países que apestan a
petróleo, aunque traten de disimularlo. El que actualmente está en vías
de declinación, y por ello buscan fuentes alternativas de cualquier
manera. Existiendo además un importante equipamiento ocioso, como da
cuenta el Seabed Constructor.
Siendo esta la única explicación de la
obstinación del Reino Unido respecto las Malvinas, máxime ante la
posibilidad actual de que Escocia, que detenta la jurisdicción sobre el
petróleo, se escinda del Reino Unido, con motivo del Brexit. Con la
excusa de defender la autodeterminación de 1.500 isleños, no obstante
haber hecho todo lo contrario en el archipiélago de Chagos, expulsando
a su población nativa.
Y también es la explicación de la
macabra conducta de Ocean Infinity y el Seabed Constructor, contando con
la complicidad del Gobierno, que explotaron la tragedia de los 44
tripulantes del ARA San Juan, para hacerse furtivamente dueños de la
valiosa información geológica del subsuelo donde estos yacen.-