viernes, 12 de octubre de 2012

¡QUE BARBARO!... SE DIO CUENTAAAA

Hay una sola palabra y una sola opción: aplaudirla.

La Presidente expresa en sus discursos las bases de un relato que agiganta los logros, incentivado por el aplauso obediente de los funcionarios.
Autor: Julio Bárbaro
Hay una sola palabra y una sola opción, aplaudirla. Y ese discurso se va transformando en la realidad de ellos, los gobernantes, y descubren de pronto que hay opiniones distintas, que se reflejan en los medios y deciden imponer la dictadura del relato.
  • ¿Como sería la realidad si todos aplaudimos al unísono, si sólo se expresan los que están de acuerdo, si logran imponer un mundo oficialista?
  • La desmesura del discurso para describir la magnitud que ellos le asignan a sus logros.
Imaginan que sus virtudes convierten en innecesarias las opiniones que las cuestionan, les resulta tan obvio que son perfectos que pueden darse el lujo de eliminar la democracia.
El que opina distinto es enemigo, de derechas, monopólico, sólo el mal puede negar las virtudes del bien. Y golpista de los setenta o gestor de los noventa. Y en eso estamos.
A veces pareciera que se dilapida la fortuna recibida. El triunfo no sirvió para encaminar su último gobierno con sabiduría hacia la pacificación sino para despertar el sueño de quedarse para siempre. Y cuando ese sueño asoma, la sociedad se aterra ante la pesadilla.
  • En ese mundo de ficción, la PresidentE imagina que los que aplauden son todos, y los que la aplauden no soportan que exista quien no esté dispuesto a compartir su alegría.