Queridos amigos:
Al decir “ficciones” no tratamos de remedar a Borges, ni de recordar sus maravillosos cuentos recorriendo las páginas de “El jardín de los senderos que se bifurcan” o de “Artificios”. Apenas aspiramos a encontrar la palabra que nos permita describir el cúmulo de situaciones que vivimos y en las que se da a entender lo que no es cierto, se simula, se aparenta, se inventa y se actúa tratando de obligar a la realidad a encajar en los modelos de quienes desean imponer sus visiones y sus ideologías a cualquier costo.
Esta semana la iniciamos con la noticia de que el gobierno argentino había llegado a un acuerdo con IRAN, para avanzar en el enjuiciamiento de los funcionarios iraníes imputados por el atentado terrorista efectuado contra la sede de la AMIA en Buenos Aires hace casi 19 años. El núcleo del acuerdo es la constitución de una Comisión de la Verdad integrada por cinco juristas internacionales, más otros dos propuestos por las partes, e incluye la posibilidad de que los acusados sean indagados en Irán. La comunicación de tan trascendente acuerdo, que modifica la postura Argentina ante la investigación, se produjo de forma desprolija e informal a través de mensajes breves escritos en la cuenta de la red social Twitter por la señora presidente, modalidad que parece ser la adoptada en forma habitual en nuestra nada transparente democracia por un gobierno que saltea tanto a la prensa como a los caminos regulares para difundir la información oficial.
Los debates posteriores y las tardías explicaciones de nuestro Ministro de Relaciones Exteriores parecen propios de una historia de ficción. Desde un metafórico pedestal hay quienes cuestionan que no se contemplaron los procedimientos legales de nuestra justicia, que la creación de la Comisión de la Verdad parece poner en cuestión la culpabilidad de Irán o que se ha puesto en juego nuestra soberanía. Hasta el gobierno de Israel se permitió pedir explicaciones en forma airada y su pretensión fue rechazada en forma más airada aún. Lo cierto es que solo si las partes dejaran de fingir podríamos tratar de desentrañar esta compleja situación.
Veamos. Las primeras investigaciones después del atentado que acusaban a la policía bonaerense demostraron ser falsas y terminaron con el enjuiciamiento del juez de la causa. El terrorista que ejecutó el atentado aparentemente murió con el mismo y la conexión local aún no se ha logrado dilucidar. La imputación efectuada a Irán y sus funcionarios, años después, nos enfrenta al problema de que ya no estamos ante una cuestión judicial sino ante una crisis internacional. Si Irán organizó el atentado en Argentina, contra ciudadanos argentinos (aunque la mutual fuera israelita) lo suyo fue un acto de agresión que podría implicar hasta represalias bélicas. Estados Unidos invadió Afganistán solo porque sus autoridades daban refugio a Osama Bin Laden, autor intelectual del atentado a las torres gemelas. Es obvio que Irán jamás aceptará que sus funcionarios acusados, uno de los cuales es el actual ministro de Defensa, sean juzgados con el riesgo de ser condenados porque ello implicará asumir la responsabilidad de los crímenes cometidos y sus consecuencias morales y materiales.
Por otra parte (y esto no es un dato menor), la justicia argentina no posee una alta credibilidad por la fuerte influencia que acepta del poder político, hecho puesto de manifiesto por su Corte de Suprema de Justicia que ha convalidado la violación de principios universales de la justicia al juzgar a militares acusados de crímenes de lesa humanidad bajo el argumento de que se trata de una “política de estado” que posee amplio consenso social. En este contexto, esperar que Irán entregue a sus funcionarios sería tan impensado como pretender que Argentina entregara a su fiscal que ha sido a su vez acusado por los iraníes. De lo que se trata aquí es de un juego político entre naciones en que la búsqueda de la verdad y la justicia han sido relegadas.
Si Argentina privilegia en sus relaciones internacionales el eje EUA-Israel, continuará con su presión sobre Irán que favorece la política de estos países. Si privilegia su relación con Venezuela y sus aliados iraníes, continuará con esta ficción de acuerdo, que no conducirá a encontrar ningún culpable del atentado pero que permitirá relanzar la relación con Irán. Las víctimas seguirán clamando justicia y la verdad seguirá ignorada, ardiendo en el fuego de los juegos de poder y las ficciones que ensayan los gobiernos. Esto es lo más próximo a la realidad que podemos ver.
Si la ficción del acuerdo con Irán es significativa, la pergeñada por la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños (CELAC) es inconmensurable. En esta organización que reúne a más de 30 Estados entre los que se cuenta la Argentina y que se ha comprometido a defender la democracia y suspender al país en que se rompa el orden constitucional o el Estado de Derecho, acaba de asumir la presidencia por un año el señor Raúl Castro, presidente de la única dictadura de la región. Para aceptar esto, todos los jefes de Estado tienen que fingir que no se dan cuenta de que Raúl Castro recibió el poder de su hermano Fidel luego de más de 50 años de ejercerlo sin elecciones libres, pluripartidismo, prensa independiente, libertad de tránsito ni derechos humanos. Por si fuera poco también aparentan creer que Hugo Chávez, internado en Cuba sin que alguna autoridad independiente haya podido verlo desde hace meses cuando fue operado de cáncer, está en ejercicio pleno del gobierno y les manda misivas que son leídas en público. Sin duda, Borges podría hacer un gran cuento con estas historias si tuviéramos la dicha de que aun viviera.
Hay en el ámbito internacional quienes finalmente se han cansado de las ficciones y comienzan a plantear, lenta pero firmemente, sus posiciones y objeciones. Es el caso del Fondo Monetario Internacional que luego de recibir múltiples excusas y aceptar las consabidas chicanas del gobierno de Cristina Fernández terminó por castigar al país con una “moción de censura” por la falta de credibilidad de los datos de la economía. El problema es justamente que quien engaña con los datos del INDEC es el gobierno de turno pero quienes pierden credibilidad y sufren las consecuencias son la República Argentina y sus sufridos habitantes. La señora presidente se desahogó atacando al FMI desde su cuenta de Twitter, el Ministro de Economía emitió un comunicado enrostrando al Fondo viejos errores pero nada de eso evitará que el 13 de Noviembre el organismo se vuelva a reunir para ver progresos o endurecer sus sanciones. Como vivimos en democracia, nadie nos exime de la responsabilidad de haber elegido un gobierno que tiende a la ficción, a pesar de que había sobradas pruebas de su estilo fantasioso.
Las pruebas de ese estilo están a la vista. La presidente hizo uso de una nueva emisión por “cadena nacional” para anunciar con gran pompa y un número extra de aplaudidores un aumento del 20 por ciento del “mínimo no imponible” que representa menos de la mitad de lo que creció la inflación en los dos años en que no se actualizó ese valor. En la misma emisión, que matizó con reiterados ataques a sus rivales políticos, anunció el aumento obligatorio (por cumplimiento de un fallo de la Corte Suprema) del haber jubilatorio como si diera una graciosa concesión e insistió en el absurdo recurso de mencionar los porcentajes de aumentos sin descontar la desmesurada inflación, en una actitud que implica un marcado desprecio a la capacidad intelectual de los oyentes. Por supuesto que sindicalistas amigos y opositores no se dejan engañar y redoblan sus reclamos en forma cada vez más estentórea.
Otra de las ficciones que ya es casi leyenda es la inexistencia de la crisis energética. En la semana que pasó no tuve necesidad de leer diarios hegemónicos ni escuchar relatos de penurias ajenas ya que experimenté cinco cortes de energía en menos de tres días. Más allá del dudoso placer de cenar y acostarme dos noches a la luz de las velas con temperaturas agobiantes, dejar trabajo sin hacer en la computadora y otros inconvenientes, la cuestión de los cortes de luz apenas se eleva la temperatura es ya un clásico local. El Ministro De Vido, sistemático negador de las evidencias y autor de la tristemente famosa ficción “alguien bajó la palanca” esta vez reconoció la existencia de 2000 cortes y nos alentó con información de que hubo menos cortes que en ocasiones anteriores, lo que no hace sino demostrar que en ocasiones anteriores nos habían mentido más, al negar los cortes generalizados. Esto sirve como prueba de que las ficciones no pueden sostenerse por siempre. Luego de analizar la matriz energética y el estado de los flujos de distribución con técnicos y especialistas, lamento expresar que no tenemos posibilidades de que cambie el estado de cosas en el corto plazo, de modo que el gobierno tendrá que inventar nuevas ficciones o tener la franqueza de reconocer el problema y actuar en consecuencia.
El gobernador Daniel Scioli tampoco puede mantener la ficción de que todo está bien mientras la provincia “no da para más” como dijo uno de sus funcionarios. Luego de intentar tardía y vanamente que se discuta la demorada reforma de la coparticipación ahora acepta cualquier ayuda que le pueda dar el gobierno para salvar el pago de los aumentos salariales a los docentes. Esta situación hace visible su vulnerabilidad y lo limitada que es su libertad de maniobra luego de tantos años de fingir que nada lo inquietaba y de organizar alegres festivales artísticos en la costa. Por su parte, los intendentes de la provincia afines al gobierno nacional quedaron habilitados a recibir fondos en forma directa, buena parte de los cuales salen de las arcas de la ANSES con maniobras políticas y financieras que ya llegan a un nivel que tarde o temprano llevará a que sean escrutadas por la justicia.
Nos queda para comentar la anécdota del señor Del Sel que en una escena de ficción se refirió a la señora presidente con una inaceptable expresión insultante por la que pidió oportunas disculpas. Esto demuestra los riegos que sufren quienes no viven de la política y tienen que trabajar para subsistir, de que se les mezclen los roles laborales y políticos. También demuestra lo que cunden los malos ejemplos ya que el insulto proferido por Del Sel fue el mismo que según los medios utilizó la señora presidente para referirse al ex presidente Domingo Faustino Sarmiento sin que hubiera desmentidas. En favor de Del Sel, tenemos que sus oyentes eran adultos y que pidió disculpas. En el caso de la señora presidente los oyentes eran escolares y las disculpas aun las esperamos quienes respetamos a Sarmiento y a los escolares. En todos los casos hagamos un esfuerzo porque al menos la ficción de que existe respeto entre los oponentes políticos se haga realidad para mantener las disputas en el plano del debate civilizado.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
www.nuevaunionciudadana.org
Twitter: @NevesJuanCarlos
Al decir “ficciones” no tratamos de remedar a Borges, ni de recordar sus maravillosos cuentos recorriendo las páginas de “El jardín de los senderos que se bifurcan” o de “Artificios”. Apenas aspiramos a encontrar la palabra que nos permita describir el cúmulo de situaciones que vivimos y en las que se da a entender lo que no es cierto, se simula, se aparenta, se inventa y se actúa tratando de obligar a la realidad a encajar en los modelos de quienes desean imponer sus visiones y sus ideologías a cualquier costo.
Esta semana la iniciamos con la noticia de que el gobierno argentino había llegado a un acuerdo con IRAN, para avanzar en el enjuiciamiento de los funcionarios iraníes imputados por el atentado terrorista efectuado contra la sede de la AMIA en Buenos Aires hace casi 19 años. El núcleo del acuerdo es la constitución de una Comisión de la Verdad integrada por cinco juristas internacionales, más otros dos propuestos por las partes, e incluye la posibilidad de que los acusados sean indagados en Irán. La comunicación de tan trascendente acuerdo, que modifica la postura Argentina ante la investigación, se produjo de forma desprolija e informal a través de mensajes breves escritos en la cuenta de la red social Twitter por la señora presidente, modalidad que parece ser la adoptada en forma habitual en nuestra nada transparente democracia por un gobierno que saltea tanto a la prensa como a los caminos regulares para difundir la información oficial.
Los debates posteriores y las tardías explicaciones de nuestro Ministro de Relaciones Exteriores parecen propios de una historia de ficción. Desde un metafórico pedestal hay quienes cuestionan que no se contemplaron los procedimientos legales de nuestra justicia, que la creación de la Comisión de la Verdad parece poner en cuestión la culpabilidad de Irán o que se ha puesto en juego nuestra soberanía. Hasta el gobierno de Israel se permitió pedir explicaciones en forma airada y su pretensión fue rechazada en forma más airada aún. Lo cierto es que solo si las partes dejaran de fingir podríamos tratar de desentrañar esta compleja situación.
Veamos. Las primeras investigaciones después del atentado que acusaban a la policía bonaerense demostraron ser falsas y terminaron con el enjuiciamiento del juez de la causa. El terrorista que ejecutó el atentado aparentemente murió con el mismo y la conexión local aún no se ha logrado dilucidar. La imputación efectuada a Irán y sus funcionarios, años después, nos enfrenta al problema de que ya no estamos ante una cuestión judicial sino ante una crisis internacional. Si Irán organizó el atentado en Argentina, contra ciudadanos argentinos (aunque la mutual fuera israelita) lo suyo fue un acto de agresión que podría implicar hasta represalias bélicas. Estados Unidos invadió Afganistán solo porque sus autoridades daban refugio a Osama Bin Laden, autor intelectual del atentado a las torres gemelas. Es obvio que Irán jamás aceptará que sus funcionarios acusados, uno de los cuales es el actual ministro de Defensa, sean juzgados con el riesgo de ser condenados porque ello implicará asumir la responsabilidad de los crímenes cometidos y sus consecuencias morales y materiales.
Por otra parte (y esto no es un dato menor), la justicia argentina no posee una alta credibilidad por la fuerte influencia que acepta del poder político, hecho puesto de manifiesto por su Corte de Suprema de Justicia que ha convalidado la violación de principios universales de la justicia al juzgar a militares acusados de crímenes de lesa humanidad bajo el argumento de que se trata de una “política de estado” que posee amplio consenso social. En este contexto, esperar que Irán entregue a sus funcionarios sería tan impensado como pretender que Argentina entregara a su fiscal que ha sido a su vez acusado por los iraníes. De lo que se trata aquí es de un juego político entre naciones en que la búsqueda de la verdad y la justicia han sido relegadas.
Si Argentina privilegia en sus relaciones internacionales el eje EUA-Israel, continuará con su presión sobre Irán que favorece la política de estos países. Si privilegia su relación con Venezuela y sus aliados iraníes, continuará con esta ficción de acuerdo, que no conducirá a encontrar ningún culpable del atentado pero que permitirá relanzar la relación con Irán. Las víctimas seguirán clamando justicia y la verdad seguirá ignorada, ardiendo en el fuego de los juegos de poder y las ficciones que ensayan los gobiernos. Esto es lo más próximo a la realidad que podemos ver.
Si la ficción del acuerdo con Irán es significativa, la pergeñada por la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños (CELAC) es inconmensurable. En esta organización que reúne a más de 30 Estados entre los que se cuenta la Argentina y que se ha comprometido a defender la democracia y suspender al país en que se rompa el orden constitucional o el Estado de Derecho, acaba de asumir la presidencia por un año el señor Raúl Castro, presidente de la única dictadura de la región. Para aceptar esto, todos los jefes de Estado tienen que fingir que no se dan cuenta de que Raúl Castro recibió el poder de su hermano Fidel luego de más de 50 años de ejercerlo sin elecciones libres, pluripartidismo, prensa independiente, libertad de tránsito ni derechos humanos. Por si fuera poco también aparentan creer que Hugo Chávez, internado en Cuba sin que alguna autoridad independiente haya podido verlo desde hace meses cuando fue operado de cáncer, está en ejercicio pleno del gobierno y les manda misivas que son leídas en público. Sin duda, Borges podría hacer un gran cuento con estas historias si tuviéramos la dicha de que aun viviera.
Hay en el ámbito internacional quienes finalmente se han cansado de las ficciones y comienzan a plantear, lenta pero firmemente, sus posiciones y objeciones. Es el caso del Fondo Monetario Internacional que luego de recibir múltiples excusas y aceptar las consabidas chicanas del gobierno de Cristina Fernández terminó por castigar al país con una “moción de censura” por la falta de credibilidad de los datos de la economía. El problema es justamente que quien engaña con los datos del INDEC es el gobierno de turno pero quienes pierden credibilidad y sufren las consecuencias son la República Argentina y sus sufridos habitantes. La señora presidente se desahogó atacando al FMI desde su cuenta de Twitter, el Ministro de Economía emitió un comunicado enrostrando al Fondo viejos errores pero nada de eso evitará que el 13 de Noviembre el organismo se vuelva a reunir para ver progresos o endurecer sus sanciones. Como vivimos en democracia, nadie nos exime de la responsabilidad de haber elegido un gobierno que tiende a la ficción, a pesar de que había sobradas pruebas de su estilo fantasioso.
Las pruebas de ese estilo están a la vista. La presidente hizo uso de una nueva emisión por “cadena nacional” para anunciar con gran pompa y un número extra de aplaudidores un aumento del 20 por ciento del “mínimo no imponible” que representa menos de la mitad de lo que creció la inflación en los dos años en que no se actualizó ese valor. En la misma emisión, que matizó con reiterados ataques a sus rivales políticos, anunció el aumento obligatorio (por cumplimiento de un fallo de la Corte Suprema) del haber jubilatorio como si diera una graciosa concesión e insistió en el absurdo recurso de mencionar los porcentajes de aumentos sin descontar la desmesurada inflación, en una actitud que implica un marcado desprecio a la capacidad intelectual de los oyentes. Por supuesto que sindicalistas amigos y opositores no se dejan engañar y redoblan sus reclamos en forma cada vez más estentórea.
Otra de las ficciones que ya es casi leyenda es la inexistencia de la crisis energética. En la semana que pasó no tuve necesidad de leer diarios hegemónicos ni escuchar relatos de penurias ajenas ya que experimenté cinco cortes de energía en menos de tres días. Más allá del dudoso placer de cenar y acostarme dos noches a la luz de las velas con temperaturas agobiantes, dejar trabajo sin hacer en la computadora y otros inconvenientes, la cuestión de los cortes de luz apenas se eleva la temperatura es ya un clásico local. El Ministro De Vido, sistemático negador de las evidencias y autor de la tristemente famosa ficción “alguien bajó la palanca” esta vez reconoció la existencia de 2000 cortes y nos alentó con información de que hubo menos cortes que en ocasiones anteriores, lo que no hace sino demostrar que en ocasiones anteriores nos habían mentido más, al negar los cortes generalizados. Esto sirve como prueba de que las ficciones no pueden sostenerse por siempre. Luego de analizar la matriz energética y el estado de los flujos de distribución con técnicos y especialistas, lamento expresar que no tenemos posibilidades de que cambie el estado de cosas en el corto plazo, de modo que el gobierno tendrá que inventar nuevas ficciones o tener la franqueza de reconocer el problema y actuar en consecuencia.
El gobernador Daniel Scioli tampoco puede mantener la ficción de que todo está bien mientras la provincia “no da para más” como dijo uno de sus funcionarios. Luego de intentar tardía y vanamente que se discuta la demorada reforma de la coparticipación ahora acepta cualquier ayuda que le pueda dar el gobierno para salvar el pago de los aumentos salariales a los docentes. Esta situación hace visible su vulnerabilidad y lo limitada que es su libertad de maniobra luego de tantos años de fingir que nada lo inquietaba y de organizar alegres festivales artísticos en la costa. Por su parte, los intendentes de la provincia afines al gobierno nacional quedaron habilitados a recibir fondos en forma directa, buena parte de los cuales salen de las arcas de la ANSES con maniobras políticas y financieras que ya llegan a un nivel que tarde o temprano llevará a que sean escrutadas por la justicia.
Nos queda para comentar la anécdota del señor Del Sel que en una escena de ficción se refirió a la señora presidente con una inaceptable expresión insultante por la que pidió oportunas disculpas. Esto demuestra los riegos que sufren quienes no viven de la política y tienen que trabajar para subsistir, de que se les mezclen los roles laborales y políticos. También demuestra lo que cunden los malos ejemplos ya que el insulto proferido por Del Sel fue el mismo que según los medios utilizó la señora presidente para referirse al ex presidente Domingo Faustino Sarmiento sin que hubiera desmentidas. En favor de Del Sel, tenemos que sus oyentes eran adultos y que pidió disculpas. En el caso de la señora presidente los oyentes eran escolares y las disculpas aun las esperamos quienes respetamos a Sarmiento y a los escolares. En todos los casos hagamos un esfuerzo porque al menos la ficción de que existe respeto entre los oponentes políticos se haga realidad para mantener las disputas en el plano del debate civilizado.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
www.nuevaunionciudadana.org
Twitter: @NevesJuanCarlos