Heinz
Dieterich Steffan nació en Rotenburg an der Wümme, Alemania, en 1943,
es un sociólogo y analista político radicado en México, ha escrito más
de 30 libros sobre la problemática política latinoamericana, y es el
autor de un pequeño libro titulado “El Socialismo del Siglo XXI, libro
que lo ha hecho famoso.
Se dice que Dieterich -amigo personal del actual presidente
venezolano- fue el que adoctrinó al presidente Chávez en este concepto.
Wikipedia nos informa que: “El término adquirió difusión mundial desde
que fue mencionado en un discurso por el Presidente de Venezuela, Hugo
Chávez el 30 de enero de 2005, desde el V Foro Social Mundial.”
La misma fuente nos explica que: “El modelo de Estado socialista del
socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que bebe
directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta
en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de
equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las
organizaciones de base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI
se funda en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha
de clases. Dieterich profundiza la teoría marxista y la actualiza en el
mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las
experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones,
entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la
participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad
libre de explotación.”
Este escritor alemán en su tratado “Propone un modelo económico que
no esté basado en el precio cosas de mercado, fundamento de la economía
de mercado y del capitalismo, a los que considera fuentes de las
asimetrías sociales y de la sobre explotación de recursos naturales.” Y
“Propone lo que denomina una economía de valores fundado en el valor del
trabajo que implica un producto o servicio y no en las leyes de la
oferta y la demanda. Este valor del trabajo se mediría sencillamente por
el tiempo de trabajo que precisa un determinado producto o servicio;
además de los valores agregados a dicho trabajo, es decir, el tiempo de
trabajo que se usó para producir las herramientas o servicios que se
emplean en el trabajo mismo, lo cual a su vez lleva a un ciclo complejo
de tiempos de trabajo sumados recíprocamente.” Y para solucionar el
problema práctico que implica la teoría de la Economía de valores
Dieterich sugiere usar la Rosa de Peters que es una matriz, propuesta
por Arno Peters, que permitiría calcular el valor más próximo posible de
cualquier producto, no basándose en el tiempo invertido, sino en el
socialmente necesario por el gasto total que se consume para la
terminación de un producto listo para el consumo. Estaría en
contradicción al precio de mercado.”
Wikipedia, la enciclopedia digital, resume de la siguiente
manera esta ideología: “El socialismo del siglo XXI supone que es
necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente
controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.”
No sabemos qué opinan ustedes amigos lectores, pero a nosotros nos
cuesta digerir todos estos conceptos, por nuestra parte nos preguntamos
cuantos venezolanos, nicaragüenses, ecuatorianos y bolivianos que son
fieles seguidores del Socialismo del Siglo XXI entienden todos estos
conceptos tan rebuscados. Tampoco nos imaginamos a los venezolanos
siguiendo lo que llaman la “Economía de valores fundado en el valor del
trabajo que implica un producto o servicio y no en las leyes de la
oferta y la demanda”.
Con su verborrea Hugo Chávez Frías afirmó y simplificó en un discurso
a mediados del 2006 que “El Socialismo del Siglo XXI se basa en la
solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la
igualdad” (parecía un masón hablando) Dijo además que “Este socialismo
no está predefinido. Debemos transformar el modo de capital y avanzar
hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.
Si el Socialismo del Siglo XXI se basa en lo que dijo Chávez,
nosotros nos preguntamos entonces a qué tipo de amor, libertad e
igualdad es al que se refirió el presidente venezolano en esa ocasión,
porque si hay algo que el golpista no es, es ser amoroso con la mitad
del pueblo venezolano que no comparte sus ideas, al contrario él es el
que más odio ha promovido entre las clases en Venezuela, y cuando habla
de libertad, acaso no es cierto que en ese país que él gobierna no se le
ve en el exterior y ante organismos internacionales como un gobierno
que coarta las libertades a muchas personas y empresas incluyendo el
cierre de un canal de televisión y varias emisoras de radio y por último
nos gustaría saber de qué igualdad habla, si él precisamente separó a
Venezuela en dos grandes sectores donde solo unos tienen derechos y los
otros no. Aquí un video para que vean lo contradictorio de este
personaje.
Los ciudadanos comunes lo único que entendemos es que este tipo de
ideologías utilizan la democracia como trampolín para llegar al poder,
luego estructuran la sociedad en general y sus instituciones para que
puedan ser dominadas por unos pocos coartando libertades y violando
derechos fundamentales de los que se le opongan en busca de fortalecer
al o los que dirigen y dominan a los demás. Esto ha ocurrido en los
últimos años en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
Carlos Vilchez Navamuel