A propósito de un ominoso art. del periodista Daniel Santoro en Clarín(http://www.clarin.com/politica/alcance-pruebas-acumuladas-AMIA-iranies_0_876512374.html), el Dr. Juan Gabriel Labaké, defensor del argentino Alberto Jacinto Kanoore Edul, involucrado en el atentado AMIA "desde antes" del 18J 1994 con indicios falsos plantados, en su 7ma. nota(adjuntada infra) sobre el acuerdo con Irán para DESTRABAR la vergonzosa por donde se la mite, "causa AMIA(ver: las otras en http://elespejodelaargentina.com/), pone en evidencia la campaña aviesa de Clarín(que tiene el acompañamiento de La Nación), para desautorizar de cualquier manera y mediante cualquier recurso, hasta el más bajo, al tal acuerdo, que se ha convertido en anatema para sus amos sionistas.
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LA SIDE-STIUSSO-CLARÍN-NISMAN CONTRAATACAN:
NUEVO Y FALSO INFORME DE (DES) INTELIGENCIA
Séptima nota
Por Juan Gabriel Labaké
(*)
El diario Clarín publicó en su edición gráfica del 4-3-13 una nota titulada “El alcance de las pruebas acumuladas en la causa AMIA contra los iraníes”, firmada por el señor Daniel Santoro. En capítulo aparte, doy los antecedentes del señor Santoro, no para matar al cartero, sino porque interesa el origen real de los datos que aporta dicha nota para comprender sus objetivos apenas encubiertos.
Desde ya que el origen de la nota en cuestión es directamente la SIDE, de la cual el señor Santoro es colaborador y “vocero” oficioso, sino algo más. Y conviene recordar que, según he demostrado en notas anteriores, en el caso AMIA al menos, la SIDE es Antonio Stiusso, y Stiusso –siempre para el caso AMIA- es la CIA y el Mossad. Lo ratificaremos.
Me detendré en esta nota de Clarín-Santoro porque es evidente que, con ella, el poderoso “lobby” israelí que opera en nuestro país ha comenzado a desplegar su esperable plan B: ante la seguridad de que el Tratado con Irán seguirá adelante y que desnudará la falacia de la investigación “sugerida” por la CIA y el Mossad, y ejecutada por los Dres. Galeano, Canicoba Corral y Nisman, el citado y poderoso “lobby” israelí tratará de deslegitimar las conclusiones a que arribe la Comisión de la Verdad. De esa forma, Israel podrá insistir “ad infinitum” que fue Irán… pero que no se pudo probar porque el gobierno argentino se dejó engatusar por Ahmadinejad… Viejo truco.
Ésa es la técnica clásica de los servicios secretos desestabilizadores de todo el mundo: tratar de impedir por todos los medios y con todos los argumentos imaginables –verídicos o falsos, decentes o indecentes, lógicos o disparatados- cualquier acto que los perjudique. Y cuando ello ya no es posible, desacreditar ese acto, quitarle credibilidad.
La CIA es maestra en ese tipo de maniobras sucias. Y el Mossad, conviene recordarlo, tiene como lema oficial algo doblemente perverso: “A través del engaño harás la guerra”. Es decir, su finalidad es hacer la guerra, y hacerla con engaños.
La nota de Clarín-Santoro
Dicho lo que antecede,
es oportuno analizar la nota de Clarín-Santoro.
1.- La nota comienza
afirmando:
Las pruebas no sólo son
las declaraciones del ex espía iraní Manucher Moatamer y tres testigos de
identidad reservada e informes de la CIA y el MOSAD aportados a la causa por
pedido de la justicia argentina.
Ante todo, Santoro
reconoce que la CIA y el Mossad aportaron esas bochornosas “pruebas”, que
son:
a)- El testimonio de
Moatamer.
Moatamer fue aquel
pintoresco mitómano que se ofreció a declarar en Caracas (antes de la era
Chávez) y resultó ser integrante del grupo terrorista MKO que describo en el
punto siguiente. El Dr. Galeano lo interrogó pocas semanas después del atentado,
en la capital venezolana, y al regresar declaró ingenuamente a la prensa:
“Cuando sepan lo que traigo en este video se van a caer de espaldas”… Lo único que ocurrió
con las fantasiosas e increíbles declaraciones de Moatamer es que Menem se
durmió de aburrimiento cuando Galeano le proyectó el video en el micro-cine de
Olivos. Poco después Moatamer confesó que había mentido ante el juez Galeano
porque quería congraciarse con la CIA para obtener una visa de ingreso a los EE.
UU… donde vive desde entonces.
b)- Tres testigos de identidad reservada.
Lo que no dice el señor
Santoro es que los tres pertenecían al grupo terrorista MKO, financiado, armado,
entrenado y cobijado por EE. UU. Así lo he demostrado en las páginas 155/158 del
capítulo 6 de mi reciente libro “AMIA, Embajada: ¿Verdad o fraude?”. En ese
trabajo mío incluyo las revelaciones del periodista del New York Times, señor
Tim Weiner quien, en su libro “Legado de cenizas-La historia de la CIA”
(Editorial Random House Mondadori, Buenos Aires 2008), afirma que la CIA mantiene
campamentos del MKO en Irak, en los cuales alberga, entrena y provee de armas a
3.000 miembros de ese grupo terrorista. Esos grupos son los que periódicamente
incursionan en territorio iraní y cometen atentados sobre los que suele
informar la prensa mundial.
c)- Informes de la CIA y el
MOSAD aportados a la causa por pedido de la justicia argentina.
A cualquier
periodista normal e independiente se le caería la cara de vergüenza al llamar
“pruebas” a informes de dos servicios secretos de inteligencia que, para colmo,
tienen sobradas sospechas de ser autores de crueldades (no olvidar a Guantánamo,
Abu Ghraib y las mazmorras israelíes para palestinos “rebeldes”) y mentiras escandalosas como aquélla de
las armas de destrucción masiva de Irak.
Por otro lado, es
totalmente falso que esos vergonzosos informes de inteligencia hayan sido pedidos por la justicia argentina, como
aduce el señor Santoro. La verdad es bien distinta. En efecto: en 2002, el
presidente Duhalde envió a Washington al jefe de la SIDE, licenciado Miguel
Ángel Toma, para recomponer las relaciones con la CIA, que habían quedado dañadas por
algunas imprudencias del gobierno del Dr. De la Rúa. Toma se reunió durante dos
días con el director de la CIA, señor George Tenet, lo que fue ampliamente
informado por la prensa de la
época. Como prenda de reconciliación, Tenet ofreció a Toma entregarle un
informe de inteligencia sobre el atentado a la AMIA, preparado por la CIA y “un
servicio colateral amigo” (el Mossad). Toma lo aceptó y con ello sellaron la paz
entre el tiburón y la sardina. De ahí en adelante, la investigación judicial del
caso AMIA se haría exclusivamente sobre la base de ese informe de inteligencia
de la CIA y el Mossad. El acuerdo incluyó que el informe se entregaría a la
SIDE, para que fuera usado exclusivamente por el Ing. Antonio Stiusso, jefe de
contrainteligencia de la SIDE y “hombre de confianza y de mucho prestigio entre
los servicios de inteligencia extranjeros”… según la defensa que hizo de él el
licenciado Toma cuando, en 2004, el entonces ministro del Interior Dr. Gustavo
Béliz atacó a Stiusso. Como se recordará, el “round” lo ganó, obviamente,
Stiusso, el hombre de confianza y de mucho prestigio… El Dr. Béliz debió
renunciar al Ministerio y abandonó la actividad política, al parecer, para
siempre. Stiusso, en cambio, permanece aún como jefe de contrainteligencia de la
SIDE.
A fines de 2002,
llegó a la SIDE el trabajo de la CIA y el Mossad. Inmediatamente, Stiusso
preparó “su” informe (es decir, tradujo al español el de la CIA-Mossad) y lo
envió a la Unidad Especial de Investigaciones AMIA del Ministerio de Justicia.
De ahí pasó a manos del Dr. Galeano y luego a las de los Dres. Canicoba Corral y
Nisman. Desde entonces, la única verdad santa y excluyente en la causa AMIA es
el informe de la CIA-Mossad. Todo
ello, incluido dicho informe, está en el expediente del caso AMIA como
material estrictamente
confidencial… aunque su texto circula por Internet, de donde yo lo
obtuve.
2.- Continúa la nota
de Santoro-Clarín:
Hay, entre otras evidencias, un detallado cruce de llamadas telefónicas,
realizadas con el programa informático Excalibur, de varias semanas antes del 14 de julio
de 1994 hacia la zona de la Triple Frontera, desde donde se supone llegó el detonador para hacer
explotar el amonal colocado en la Trafic. Unas de ésas son de un brasileño
llamado André Marquez que figura como dueño de un celular usado para hacer
misteriosas llamadas desde Foz de Iguazú (Brasil) a Buenos Aires y El Líbano.
Las llamadas comenzaron durante el operativo de preparación y finalizaron el 14
de julio.
Este párrafo no tiene
desperdicio, por ello lo analizaré frase por frase.
a)- El
cruce de llamadas telefónicas realizadas con el programa informático
Excalibur, de varias
semanas antes del 14 de julio de 1994 hacia la zona de la Triple
Frontera.
Conviene responder a
Santoro con palabras emanadas del riñón del propio FBI. En una nota publicada en la
revista semanal norteamericana “The Nation” el 16 de mayo de 2010, el
investigador Gareth Porter escribió:
En ausencia
de pruebas concretas, la SIDE volvió al “análisis de enlaces” de los registros
telefónicos para hacer un caso circunstancial de culpabilidad contra Irán. Los
analistas dijeron que una serie de llamadas telefónicas realizadas entre el 1
de julio y 18
de julio de
1994, a
un teléfono móvil en la ciudad fronteriza brasileña de Foz de Iguazú debe haber
sido hecho por el grupo “operativo” organizador del atentado - y que una llamada
supuestamente hecha con un teléfono celular perteneciente a Rabbani, puede estar
conectada a este mismo grupo. Bernazzani del FBI me dijo que estaba consternado
por el uso que hacia la SIDE del análisis de enlace para establecer una
responsabilidad. “Puede ser muy peligroso”, me dijo. “Usando este análisis, se
podría vincular mi teléfono a bin Laden”. Bernazzani dijo que las conclusiones
alcanzadas por los investigadores argentinos no eran más que “especulación” y
dijo que ni él ni los funcionarios en Washington habían tomado esto en serio
como una prueba contra Irán.
Aclaro que James
Bernazzani era en ese momento jefe del Departamento de Lucha contra Hezbollah e
Irán del FBI, y
hoy es director de la Oficina del FBI en
Nueva Orleáns.
El lector sacará sus
propias conclusiones sobre la veracidad y credibilidad de Santoro y de
Clarín en este
tema.
b)-
(…) desde donde
(la
Triple Frontera) se supone llegó el detonador para hacer
explotar el amonal colocado en la Trafic.
Note el lector que
Santoro usa la forma más impersonal, difusa e irresponsable que existe en
nuestro idioma: se supone… Quien la
escribe no se responsabiliza de nada. Ni de su veracidad, ni del nombre de su
autor, ni de nada. Pura maldad de inteligencia secreta, propia de quienes hacen
la guerra a través del engaño.
c)- Unas de esas
(llamadas) son de un
brasileño llamado André Marquez que figura como dueño de un celular usado para
hacer misteriosas llamadas desde Foz de Iguazú (Brasil) a Buenos Aires y El
Líbano. Las llamadas comenzaron durante el operativo de preparación y
finalizaron el 14 de julio.
Lo más misterioso es
de dónde saca Santoro que esas llamadas eran misteriosas.
También es sumamente
misterioso el personaje André Marquez
en sí: en el expediente judicial nada hay que lo identifique verosímilmente.
Todo es se supone…
Sobre esas llamadas
volveré un poco más
adelante.
3.- Sigue
Santoro:
Otras pruebas conseguidas
por el ex juez federal Juan José Galeano y los ex fiscales Eamon Mullen y José
Barbaccia y luego pulidas por su sucesor el titular de la Unidad Fiscal Especial
AMIA, Alberto Nisman, son la enorme cantidad de correos diplomáticos
enviados por Irán a la Argentina antes del
ataque.
Los tres días previos
al ataque llegaron al país “una decena de estos correos”, algunos
particularmente llamativos, como el que vino de Brasil. Uno de los correos que
entró por esos días a la Argentina desde Chile fue Balesh Abadi, otro de los
sospechosos.
Observará el lector que
Santoro sigue llamando “prueba” a hechos tan vagos y anodinos como el ingreso a
la Argentina de personas que él (es decir, la SIDE-CIA-Mossad) denomina correos diplomáticos enviados por Irán,
sin molestarse siquiera en demostrar tal
extremo. Es todo conjetural, y las conjeturas no valen como prueba en ningún
código procesal penal del mundo, menos aún las conjeturas de servicios secretos
tan poco afectos a la verdad como la SIDE, la CIA y el Mossad, según se
desprende de los ejemplos que ofrecí más arriba.
Por otro lado, cualquier periodista normal e independiente se
cuidaría muy bien de mencionar las “pruebas” aducidas por los Dres. Juan José Galeano y los
ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, luego de que los tres fueron
separados de sus cargos y condenados por corruptos, ya que “coimearon” a un testigo, para armar una prueba falsa en esa causa. De paso, conviene
recordar que uno de los partícipes en ese delito tan grave fue el presidente de
la DAIA Dr. Rubén Beraja.
Finalmente, Santoro nos
facilita el nombre de uno solo de esos “correos diplomáticos”, el señor Balesh
Abadi, a quien califica como otro de los
sospechosos, sin darnos el menor indicio, no ya una prueba, que avale su
acusación de ser sospechoso.
En definitiva, una
fantasía interesada más (por no decir un invento más) de la SIDE, transmitida
por su vocero señor Santoro a través del diario Clarín del grupo inversor
Goldman Sachs, pieza clave del ”lobby” norteamericano pro Israel estrechamente
cercano al Departamento de Estado.
Las cosas van tomando
su verdadero color.
4.- Más de la nota de
Santoro
Uno de los indicios
tiene que ver con las actividades que hizo en la Argentina el ex agregado
cultural Moshen (por Mohsen) Rabbani, el
principal sospechoso de haber hecho inteligencia sobre la AMIA. Días antes la
SIDE lo fotografió buscando una Trafic en la avenida Juan B. Justo. Se lo
vincula con el colombiano Samuel Salman El Reda quien se supone (¡otra vez, se
supone…!) ayudó a armar el coche bomba y
a traer el conductor suicida, quien usaba el nombre de guerra “Ahad (el único)”
y provenía de una familia que integraba los grupos terroristas que maneja el
partido libanés Hezbollah.
Remarco el palabrerío,
hueco de todo fundamento y credibilidad, con que el señor Santoro, copiando a la
SIDE-CIA-Mossad, pretende convencernos de:
a)- Que Rabbani está vinculado con el colombiano
Samuel Salman El Reda. Como anécdota cómica y para solaz de mis lectores,
relato que, mientras esperaba que me atendieran en una de las salas de
interrogatorios de la Fiscalía Especial AMIA que dirige el Dr. Nisman, me
entretuve largo rato contemplando un inmenso organigrama que abarcaba íntegramente la pared y que
contenía todos los supuestos antecedentes del fantasmal señor El Reda, sus parientes y amigos,
sus posibles o fantasiosas conexiones, sus supuestos o reales viajes, etc., etc.
Y al final del organigrama, que
coincidía con el final de la pared…
nada de nada. ¡Todo un símbolo de esta investigación judicial fantasmal y
fantasiosa.
b)- Que se
supone que El Reda ayudó a armar
el coche bomba (el cual, en realidad, nunca existió…) y a traer el conductor suicida (quien,
según datos oficiales y documentados del gobierno libanés aportados por mí al
expediente, murió dos meses después de “suicidarse” en el atentado a la AMIA…).
c)- Que El Reda provenía de una familia que integraba los
grupos terroristas que maneja el partido libanés Hezbollah. ¡Cuánta
imaginación!
Además de ese palabrerío hueco y fantasioso, tan
propio de los servicios secretos, Santoro repite la fábula de “Rabbani comprando
una Trafic”. Nuevamente dejemos que Gareth Porter le
responda debidamente. En su nota publicada por “The
Nation” el 16 de mayo de 2010, afirma el investigador
norteamericano:
James
Bernazzani, el jefe de la oficina del FBI para Hezbolá, fue instruido en
octubre de 1997 para reunir un equipo de especialistas para ir a Buenos Aires y
poner el caso AMIA a descansar. Bernazzani, ahora jefe de la oficina de la
agencia en Nueva Orleáns, en una entrevista en noviembre de 2006, dijo cómo
llegó a descubrir que la investigación argentina del atentado a la
AMIA no había
encontrado evidencia real de la participación iraní o de la participación de
Hezbolá. Las únicas pistas que relacionaban vagamente a los iraníes con el
atentado en ese momento, según Bernazzani, eran una cinta de vigilancia del
agregado cultural iraní Mohsen Rabbani, (que lo muestra) en búsqueda de una
camioneta blanca Trafic, para la comprarla, y un análisis de las llamadas
telefónicas realizadas en las semanas antes del bombardeo.
Poco
después del atentado, el mayor periódico de Buenos Aires, Clarín, publicó una
historia, que dejo filtrar el juez Galeano, de que la inteligencia argentina
había grabado a Rabbani buscando una Trafic blanca “meses” antes del atentado.
Un resumen de las órdenes de detención de Rabbani y otros seis iraníes en 2006,
seguía haciendo referencia a “documentos indiscutibles” probatorios de que
Rabbani había visitado concesionarios de automóviles en busca de una camioneta
como la que supuestamente fue utilizada en el atentado. De hecho, el informe de
inteligencia sobre la vigilancia de Rabbani presentado a Galeano diez días
después del atentado, demuestra que el día que Rabbani buscaba una Trafic
blanca, fue en un concesionario de automóviles el 15 de mayo de 1993 - quince
meses antes de la explosión y mucho antes de que los fiscales argentinos
hubieran proclamado que Irán decidió como objetivo la AMIA.
Me ahorro el comentario:
la grosera falacia de Santoro-Clarín queda al descubierto naturalmente, igual
que su condición de voceros de la SIDE-CIA-Mossad, en la causa AMIA al
menos.
5.- Santoro finaliza su
nota con una verdadera guinda que corona su torta de fantasía, cocinada por
encargo:
Es sabido el apoyo
logístico, financiero y religioso que Irán le da al Hezbollah, cuyos miembros
son musulmanes chiitas como los iraníes, en el conflicto del
Líbano.
En este eslabón sí son
las declaraciones de los testigos de identidad reservada los que dan indicios de
cómo se habría tomado la decisión política de hacer el atentado en Buenos Aires,
luego de que Menem había retirado a la Argentina del Movimiento de Países No
alineados. El principal fue el ex jefe del servicio secreto de la cancillería
iraní Abolghasem Mesbahi, quien fue un testigo clave para que la justicia alemana condenara a funcionarios
iraníes por el crimen
disidentes kurdos en el bar Mykonos de Alemania.
La decisión, según
Mesbahi y otros testigos, se tomó en el llamado Comité de Asuntos Especiales del
gobierno iraní de entonces, que integraban Alí Khamenei, Alí Akbar Rafsanjani,
Ali Akbar Velayati y Alí Fallahihan, “en una reunión celebrada el 14 de agosto de
1993 en la ciudad iraní de Mashad”. Ahora, según fuentes judiciales,
Nisman estaría preparando una ampliación de esta acusación pero la decisión del
Gobierno de firmar el memorándum retrasó sus
planes.
Vale la pena desmenuzar esta parrafada. En su primer parte
asegura:
a)- Es sabido el apoyo
logístico, financiero y religioso que Irán le da al Hezbollah, cuyos miembros
son musulmanes chiitas como los iraníes, en el conflicto del
Líbano.
No se entiende cuánto de satánico tiene que unos chiitas ayuden a otros
chiitas. ¿O nosotros no nos ayudamos entre los cristianos, y enviamos dinero a
las misiones en paises lejanos? ¿Qué hace, si no, nuestra admirable y benemérita
Caritas? ¿O es que la CIA, el Mossad y la SIDE no financian a sus periodistas
amigos?
Tampoco se entiende que sea muy satánico que un país ayude a sus aliados
frente al enemigo común. Es
cierto que el presidente iraní gusta decir que correrá a los israelíes al mar,
por el que llegaron desde Europa para invadir Palestina. Pero de la misma manera
es verdad que Israel pretende y amenaza, a su vez, con bombardear a Irán y
destruir sus plantas nucleares para que no alcance a tener las bombas atómicas
que desde hace años tiene Israel. Es ese mismo Israel el que en 2006 invadió y
destruyó al Líbano para ser luego vencido y expulsado de esas tierras ajenas, en
una hazaña de los libaneses de Hezbollah a quienes proveyó de armas
Irán.
Todo eso es cierto. ¿Por qué sería malo, entonces, que Irán diga (hasta
ahora, sólo lo dice en las tribunas políticas) que desea destruir a Israel, y no
lo sea que Israel amenace seriamente (lo frena sólo EE. UU.) destruir a Irán y haya
destrozado dos veces al Líbano en el escaso cuarto de siglo que va desde
1982 a
2006?
Uno puede tener sus afectos o sus intereses en uno u otro bando, o en
ninguno, pero no es legítimo ni decente catalogar “ex cathedra” a uno como santo
y al otro como demonio sólo por intereses o afectos personales. Lo del “eje del
bien” y el “eje del mal” es una vergonzosa película ya vista, cuyos resultados
aterran por su ferocidad genocida.
Continúa la parrafada de Santoro:
b)- En este eslabón sí son
las declaraciones de los testigos de identidad reservada los que dan indicios de
cómo se habría tomado la decisión política de hacer el atentado en Buenos Aires,
luego de que Menem había retirado a la Argentina del Movimiento de Países No
alineados.
A confesión de parte…
Ya no puede haber
dudas: toda esta fábula se basa
sólo en las declaraciones de los testigos
de identidad reservada. Pero ni siquiera esos terroristas del MKO son
categóricos, por lo que Santoro se ve obligado a usar el verbo “haber” en su
forma condicional: dan indicios de cómo
se habría tomado la decisión
política de hacer el atentado en Buenos Aires.
No conozco un solo caso
en la jurisprudencia nacional y la extranjera en el que un juez haya aceptado
como prueba los dichos de un terrorista que funciona como “testigo reservado” de
uso múltiple (y cobijado por la CIA) y que, para colmo, hable en
condicional.
Lo de que el atentado
lo decidió Irán luego de que Menem
(es decir, porque Menem) había
retirado a la Argentina del Movimiento de Países No alineados es tan pueril
que no necesita refutación alguna, aunque sí un reclamo formal: que no nos tomen
el pelo ni ofendan nuestra inteligencia por escasa que la
crean.
c)- El principal fue el ex jefe del servicio
secreto de la cancillería iraní Abolghasem Mesbahi, quien fue un testigo clave
para que la justicia alemana condenara a funcionarios
iraníes por el crimen
disidentes kurdos en el bar Mykonos de Alemania.
En las páginas 144/152
de mi citado libro he aportado pruebas irrefutables sobre este oscuro e
impresentable “testigo” llamado Abolghasem Mesbahi.
Resumo:
·
Nunca fue jefe ni siquiera “soldado raso” del servicio secreto de la cancillería
iraní.
·
Es un delincuente común que se fugó de Irán cuando un juez comercial lo condenó a la cárcel
por estafas reiteradas. Personalmente he aportado a la causa AMIA la fotocopia
de los numerosos cheques sin fondo que emitió y que dieron origen a la
mencionada condena judicial.
·
INTEPOL le ha dictado orden de captura internacional (el código
rojo) por ser un estafador prófugo, condenado en su país.
·
Es, comprobadamente, integrante destacado del grupo terrorista MKO.
·
Es cierto que sirvió de testigo en el caso del atentado en el bar Mykonos de Alemania. Como también es
cierto que en ese juicio actuó de la misma forma y en el mismo carácter que en
el de la AMIA: fue uno de los “testigos reservados” que ofreció la CIA, la cual
lo protegía desde hacía tiempo en Alemania con la colaboración del servicio secreto
germano. Es decir, es un testigo a medida y a pedido… de la
CIA.
·
Santoro mentó la soga en casa del ahorcado al citar a Mesbahi, pues
el fiscal iraní –señor Rumiani- que respondió el impresentable exhorto de los
Dres. Canicoba Coral y Nisman, usó justamente el caso de Mesbahi como ejemplo de
los testigos falsos y protegidos por la CIA que ofrecimos como “prueba”, del
cual dio todos sus antecedentes descalificantes que acabo de mencionar, y muchos
más.
·
Además, eso prueba, de paso, que el famoso crimen del bar Mykonos
fue otro atentado de “falsa
bandera”, perpetrado ¡vaya a saber por quién! (aunque es fácil colegirlo…) para
endilgárselo a Irán. La CIA tiene una larga historia en eso de fabricar
atentados de falsa bandera, que comenzó con el auto-hundimiento del acorazado
Maine en la bahía La Habana en febrero de 1898. Por otro lado, el Mossad no se
queda chico en ese rubro “industrial”.
Para completar mi
análisis sobre el “testigo” Mesbahi, transcribo otro párrafo de la ya citada
nota de Gareth Porter:
Luego, en
2000, otro desertor apareció en la superficie con una nueva historia de la
responsabilidad iraní. Abdolghassem Mesbahi, dijo que una vez fue el tercer
hombre en el ranking de los servicios de inteligencia de Irán, declaró ante
Galeano que la decisión de bombardear la AMIA se había tomado en una reunión de
altos funcionarios iraníes, entre ellos el Presidente Akbar Hashemi Rafsanjani,
el 14 de agosto de 1993. Mesbahi fue desacreditado prontamente. Bernazzani me
dijo que funcionarios de inteligencia estadounidense creen que, en 2000, Mesbahi
hacía tiempo que había perdido el acceso a la inteligencia iraní, que era
“pobre, incluso estaba en bancarrota” y listo para “dar testimonio ante
cualquier país en cualquier caso que involucra a Irán”.
Está todo
dicho.
d)- La decisión, según Mesbahi y otros testigos,
se tomó en el llamado Comité de Asuntos Especiales del gobierno iraní de
entonces, que integraban Alí Khamenei, Alí Akbar Rafsanjani, Ali Akbar Velayati
y Alí Fallahihan, “en una reunión celebrada el 14 de agosto de
1993 en la ciudad iraní de Mashad”.
Para refutar este
dislate de Santoro (que copia el similar de los Dres. Galeano, Canicoba Corral y
Nisman) baste decir que el fiscal iraní señor Rumiani, en su escrito de responde
a nuestro exhorto, ha demostrado la falsedad de tal aserto. Incluso ha enviado a
nuestro país pruebas de que ese día 14
de agosto de 1993, al menos dos de los funcionarios acusados estuvieron toda la
jornada cumpliendo sus tareas oficiales en Teherán, distante
1.000
kilómetros de la ciudad de Mashad.
Y concluyo con dos nuevas y definitorias citas de la nota del
investigador norteamericano señor Gareth
Porter
Bernazzani admitió que hasta el
año 2003, el caso contra Irán era meramente “circunstancial”. Pero según él hubo
un gran avance ese año, con la identificación del presunto terrorista suicida
como Ibrahim Hussein Berro, un militante libanés de Hezbolá, que, de acuerdo con
un programa de
radio del Líbano, fue muerto en una operación militar contra
las fuerzas israelíes en el
sur del Líbano en septiembre 1994, dos meses después del
atentado a la AMIA. “Estamos satisfechos de haber identificado al atacante sobre la
base total de flujo de datos”, me dijo Bernazzani, citando “una combinación de
evidencia física y testimonios de testigos.” Sin embargo, la identificación de
Berro, también, estuvo marcada por pruebas fabricadas y
manipulación.
Bernazzani
me dijo que el
equipo del FBI en Buenos Aires había descubierto pruebas de ADN
que se supone que habrían sido del atacante suicida y se hallaban en un armario
de evidencias y Nisman tomó una muestra de ADN de uno de los hermanos de Berro,
durante su visita en septiembre de 2005. “Supongo, aunque yo no lo sé, que una
vez que tuvimos el ADN del hermano, ellos lo compararon”, dijo. Pero Nisman
afirmó a un periodista en 2006 que las muestras estaban contaminadas.
Significativamente, la acusación argentina contra los iraníes no hace mención de
las supuestas pruebas de ADN.
(…)
En una
entrevista que realicé en mayo pasado a James Cheek, el embajador de Clinton en
la Argentina en el momento del atentado (si mis lectores lo
recuerdan, fue el embajador, hincha de San
Lorenzo, que perdió su
tortuga…), me dijo:
“Que yo sepa, no hubo ninguna evidencia real de la responsabilidad iraní. Nunca
probaron nada”. La pista mas caliente en el caso, recordó, era un desertor iraní
llamado Manoucher Moatamer, que “supuestamente tenia toda esta información”.
Pero Moatamer resultó ser sólo un bajo funcionario insatisfecho sin el
conocimiento de la toma de decisiones gubernamentales que había proclamado. “Por
fin se decidió que no era creíble”, recordó Cheek.
Ronald
Goddard, entonces subjefe de la Misión de EE.UU. en Buenos Aires, confirmó el
relato de Cheek. Afirmó que los investigadores no encontraron nada que vinculara
a Irán con el atentado. “Toda la cuestión de Irán parecía endeble”, dijo
Goddard.
La
estocada final del periodista del diario Clarín deja ver la pata de la sota.
Dice Santoro como cierre de su nota:
Ahora, según fuentes
judiciales, Nisman estaría preparando una ampliación de esta acusación pero la
decisión del Gobierno de firmar el memorándum retrasó sus
planes.
Digamos ante todo que
el fiscal Nisman viene preparando una
ampliación de esta acusación desde hace ocho años. Me consta. Y nunca nos ha
aportado nada serio. Todo se reduce a los “se supone” de la CIA-Mossad-SIDE, ya
las declaraciones de “testigos” como los impresentables Moatamer y Mesbahi.
Quizás sea casualidad,
pero lo real que he constatado en estos ocho años de actuar como abogado
defensor de los Kanoore Edul, es que el Dr. Nisman, cada vez que viaja a EE. UU.
para reunirse con sus correligionarios del American Jewish Committee y del “lobby” pro Israel AIPAC, vuelve
“con nuevas pruebas y
revelaciones totalmente fidedignas… que volcará en una ampliación de sus
investigaciones que inculpan, con toda seguridad a los iraníes”…
La novedad de hoy es
que esta ampliación era la definitiva… ¡y justo se la viene a retrasar el
inoportuno Tratado con Irán…! ¡Qué mala suerte la del Dr.
Nisman!
Lo dicho: han comenzado
a desplegar su esperado y desesperado plan B… la retirada.
Antecedentes de Daniel Santoro
A principios de 2006 se
supo, con estupor, que un grupo de
“hackers”, o piratas electrónicos, había ingresado en los sitios web y en las
casillas de correo-e de varios funcionarios, jueces, periodistas y empresarios.
Uno de los periodistas que fueron víctimas de esa deleznable acción de
piratería, era el señor Daniel Santoro, del diario Clarín.
Lo que se supo de
Santoro, que se especializó en calumniar a mi defendido Alberto Jacinto Kanoore
Edul, era gravísimo.
Por eso, decidí
enviarle una carta por vía electrónica que, por su importancia para este caso,
transcribo en sus partes principales:
Buenos Aires, 25 de mayo
de 2006.
Sr. Daniel
Santoro
Diario
CLARÍN
De mi
consideración:
Reciba usted mi
solidaridad y apoyo en su campaña por descubrir a los autores del deleznable
atropello a la intimidad, que habría sufrido usted por la difusión de su
correspondencia por Internet y de algunos supuestos datos de su vida
profesional.
(…)
Pero ese infame delito de
los ladrones de Internet deja en descubierto otro problema de fondo. En sus
manifestaciones públicas, ni usted, ni los otros damnificados, ni el Estado como
tal han negado la autenticidad del material electrónico robado y difundido luego
por los delincuentes. Y en algunos casos lo difundido por esos delincuentes no
son sólo intimidades, sino graves y presuntos datos que rozan lo
delictivo.
(…)
Concretamente, en la
versión que he recibido a través del sitio “Seprin”, correo-e
newsletter@seprin.com, una persona
que le escribe a una periodista, o ex periodista, amiga suya, le dice
textualmente:
“NO JODAS A
MIS AMIGOS. Y NI ME CONTESTES PORQUE ME VAS A OBLIGAR A “CONTAR QUIEN SOS POR
LOS MEDIOS, VOS, Y TODOS LOS QUE COBRAN DE LA SIDE, SANTORO, (…) Y ESA MERSA,
MEJOR NO ME HAGAS HABLAR”.
Y Seprin
agrega sobre usted:
“Sospechado de ser uno de
los periodistas integrantes de la lista de ‘colaboradores’ en los medios, de la
Secretaría de Inteligencia de Estado
(SIDE)
“Sindicado como uno de
los principales periodistas a sueldo de la SIDE, encargado de difundir y
sostener la teoría de la
Pista Iraní, impulsada por el Juez Juan José GALEANO.
“Santoro además llegó más
lejos aún al hablar puntualmente del “comando suicida que se inmoló en la Trafic
que se incrustó contra la AMIA (que) era el libanés Ibrahim Hussein
Berro”.
Como usted bien sabe, soy
abogado defensor de
Alberto Jacinto Kanoore Edul y de su anciano padre,
injustamente acusados de ser autores del atentado a la AMIA. También le consta a usted
que Kanoore Edul ha sido falsa y maliciosamente sindicado por la SIDE (muy
especialmente por el Ing. Antonio Stiusso, jefe de Contraespionaje de la SIDE)
como “la base en la Argentina de la pista Irán-Siria-El
Líbano-Hezbollah”. Y, finalmente, usted
sabe con seguridad (porque fue oficialmente reconocido) que esos falsos
“datos de inteligencia” le fueron aportados a la SIDE por la CIA
anglo-norteamericana y por el Mossad israelí.
Por otro lado, estimo que
su buena memoria le permitirá recordar que usted ha difundido numerosas veces,
en el diario
Clarín, esos falsos datos contra Kanoore Edul y la pista Irán-Siria, etc.
(…)
Esa insistencia suya
sobre la “culpabilidad” y los fantasiosos nexos de Kanoore Edul constituyen, por
sí mismos, un hecho sospechoso y
grave. Pero, si fuera cierto lo difundido por los piratas electrónicos y por
Seprin, lo suyo sería mucho más grave, pues estaría usted formando parte de una
peligrosa y enorme conspiración internacional, junto con la SIDE, la CIA y el
Mossad, para inculpar a uno o varios inocentes, y encubrir de ese modo a
los verdaderos culpables.
Desde que me hice cargo
de la defensa de los Kanoore Edul, vengo sosteniendo que las sospechas apuntan a
la SIDE, la CIA y el Mossad, como inventores e impulsores de la falsa pista
iraní-siria-libanesa, en la que engloban maliciosamente a mi defendido. Y
siempre me llamó la atención su conducta hacia los Kanoore Edul. Como usted
comprenderá, como defensor de ellos tengo la obligación de investigar a fondo
este asunto y hacerlo conocer públicamente.
(…)
Por eso mismo, espero su
respuesta y sus aclaraciones sobre este tema que lo involucra a usted en forma
muy directa, e interesa a mis defendidos en grado sumo.
(…)
A la espera de sus
novedades, lo saludo atentamente.
Juan
Gabriel
Labaké
Hasta hoy, esa clara y
precisa carta mía no ha tenido respuesta alguna por parte de Daniel Santoro, siendo que
su recepción me fue confirmada electrónicamente.
El lector ya puede
juzgar quién es Daniel Santoro y por qué, para qué y por encargo de quién
escribió “su” nota en Clarín.
Del Viso, 10 de marzo de 2013.
(*) Abogado. Diputado nacional (1973/1976). Embajador (1989/1992).
Abogado defensor de Isabel Perón en los juicios
del Proceso Militar. Abogado defensor de Alberto Kanoore Edul en el caso
AMIA.
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