CUANDO NO PUEDEN DECIR LO QUE PIENSAN
Por Gloria Ines Capovilla
*
En el reino animal se encuentran ejemplos válidos para poder juzgar
algunas conductas humanas. Lo del tero por ejemplo, que grita en un lado
pero pone los huevos en otro.
El Gobierno aplicó unos seis millones de multas a supermercados que
violaron el acuerdo de precios. No cobró ni un centavo. Todos apelaron.
Esta es la razón de peso, más bien de muchos pesos, por lo que pegaron
gritos, chillidos y gruñidos por los proyectos de ley que tienden a
frustrar estas maniobras.
Como esta actitud nos da pena, vale hacer similar reflexión por algunos
comentarios adversos (algunos falsos o mentirosos) al anteproyecto del
Código Penal. So pretexto de defender a las víctimas, en realidad están
defendiendo a algunos victimarios. Ignacio Ramonet decía que hay
información que oculta información. En el campo, con la sabiduría propia
del gaucho, se dice “hay que pegarle al chancho para que aparezca el
dueño”. Aclaremos, ¿quiénes son algunos victimarios (los dueños) a que
aludimos? Son aquellos que nunca van presos merced al Código amorfo y
centenario. Obviamente, no son los perejiles. En términos generales, son
los que tienen recursos económicos para evadir la ley o el apoyo de
grandes estudios jurídicos para escoger vericuetos jurídicos para
eludirla, las grandes corporaciones económicas nacionales o extranjeras,
o los medios de prensa hegemónicos, que siembran terror con la amenaza
de sus tapas. Esta no es una
afirmación retórica: el anteproyecto establece sanciones nuevas para
las sociedades y las personas físicas que forman monopolios, oligopolios
y/o carteles; quienes produzcan desabastecimiento; los que paguen
coimas o quieran pagarlas (caso Ticket Canasta); los que hagan maniobras
contra la competencia; quienes incurran en cohecho financiero; aquellos
que contaminen el ambiente; los que violen normas sanitarias; los que
sometan personas a la trata (quisieron engañar a la admirada y respetada
Susana Trimarco); también pena a los que trafiquen armas, etc. ¿Usted
lo sabía?
Creo que es válido resaltar que las sanciones que está aplicando el
Poder Ejecutivo son por la violación de los supermercados a la palabra
empeñada, a los pactos, convenios o acuerdos que celebraron con el
Gobierno. Realmente, una animalada. Párrafo aparte merecen los acuerdos
con los laboratorios (como reflejo condicionado recordé la ley Oñativia y
el golpe contra el presidente Illia), que se comprometieron a bajar los
precios a los existentes en el mes de diciembre de 2013 y actualizarlos
con un tope del 4 por ciento a partir de marzo. En este caso, estamos
hablando del acceso a los remedios, que es un verdadero derecho humano.
El pueblo va a estar atento y vigilante respecto del cumplimiento del
acuerdo logrado por la Presidenta Coraje. Nunca es triste la verdad,
pero si no cumplen les daremos remedio.
Hablando de animales, digamos que también el anteproyecto dio cabida al
gataflorismo de aquellos que aplaudieron al Gobierno por la integración
plural de los especialistas y luego, ante una canchereada táctica y
demagógica (pero de vuelo gallináceo), pusieron palanca en marcha atrás.
Nosotros, los oficialistas, nos enorgullecemos de las decisiones de
estadista de la Presidenta, que quiere que las sanciones se cumplan
(solve et repete) o sea, primero pague y después chille (recuerdo que
los que chillan son los monos, aunque algunos gruñen como los gorilas).
Casi parece obvio reiterar que, con el pueblo movilizado, con Néstor
antes y con Cristina ahora, por más que se junten los teros, los
chanchos, los monos y los gorilas, los poderes económicos concentrados,
especuladores, acaparadores, desabastecedores y desestabilizadores, no
van a gozar de impunidad.
* SOCIOLOGA- UBA).