Día del Trabajo: la presidente mostró su ignorancia sobre las crisis sindicales
Ayer, la presidente, al reinaugurar un galpón donde se fabricarán
heladeras Siam que costarán dos veces más que en Chile y tres veces más
que en los Estados Unidos, trató de convertirse en la abanderada de la
segunda industrialización del país, según el gobierno, tan importante
como la que protagonizó el general Perón en sus dos mandatos. Sin
embargo, la realidad demuestra lo contrario, al publicarse el índice de
obreros ocupados, que es el menor de la década y en momentos en los
cuales la industria bandera de este gobierno, la automotriz, atraviesa
una crisis casi terminal, con suspensiones en casi todas las fábricas.
Esto motivó que Ricardo Pignanelli, secretario general del Sindicato de
Mecánicos (SMATA), sostuviera que si declara una huelga les hace un
favor a las fábricas, que producirían así despidos en forma inmediata.
Otra vez la falsificación del pasado
La presidente aprovechó para condenar a los sindicalistas -en obvia
alusión a Hugo Moyano- por convocar a huelgas y ahora a una marcha el 14
de mayo, porque, según su opinión, el país está creciendo, contra la
opinión de muchos economistas que señalan que estamos en estanflación.
Las críticas presidenciales apuntaron a que los obreros en épocas de
abundancia curiosamente realizan más paros y dijo que hace unos días
había conversado con Carlos Zannini, quien le contó que en la década de
los ‘70, en un sindicato de la fábrica Sitrac-Sitram, integrado por
obreros de Fiat Concord y Materfer (la primera fabricaba autos y la
segunda material ferroviario), los obreros hicieron una huelga por una
cuestión culinaria. En el comedor fabril les sirvieron tres veces en una
semana congrio, el pescado chileno del Pacífico, que es poco común que
se coma en la Argentina. En realidad, los obreros de Sitrac-Sitram
estaban en conflicto por definir si pertenecían a la UOM de Augusto
Timoteo Vandor o al SMATA de Dirk Henry Klosterman. Y en el ‘68, antes
del cordobazo de mayo del ‘69, se desató una huelga que llevó a formar
una comisión de fábrica independiente de la UOM y de SMATA, liderada por
Gregorio Flores, del Partido Obrero. Éste desató ese conflicto no por
los sueldos, que se ubicaban entre los más altos de país, sino porque no
les dejaban usar jabón para lavarse las manos en los baños, cosa que
finalmente lograron con esa huelga. Tal vez Zannini no sea en realidad
el cuadro maoísta que purgó cárcel en Córdoba del ‘76 al ’83, sino más
bien un “perejil” pro-chino de clase media que conocía de oídas las
acciones de Sitrac-Sitram, que marcaron la historia de la izquierda
revolucionaria en la provincia mediterránea. Otra posibilidad es que
ella no haya entendido claramente lo que le transmitió Zannini sobre
esos tiempos violentos de Córdoba. Lo que ella quiso decir es que Moyano
hace huelgas sin sentido, ya que los camioneros tienen altos sueldos,
lo que es verdad. Pero no dice cómo los afectan el mínimo no imponible
al impuesto a las ganancias, la inflación y los peligros de despidos.
Esta semana la presidente, al criticar a los economistas, usó una
supuesta frase de Ernesto Jauretche que en realidad había escrito Raúl
Scalabrini Ortiz. Es que ya sabemos que nuestra presidente tiene
veleidades intelectuales con las cuales adorna sus discursos. Y en la
mayoría de los casos comete furcios.