Memoricidio
Hace algunos años que cierta memoria hemipléjica obliga a la
población de esta parte del hemisferio a recordar lo ocurrido en la
década del ’70. Dado que los medios masivos de “incomunicación” sólo
cuentan una parte –y tendenciosamente– de la historia presentamos aquí
la carta que recibiera Ricardo Curutchet, famoso periodista católico, en
1975 (plena democracia argentina). La misma fue remitida luego del
asesinato de dos señeros exponentes del catolicismo argentino, los
profesores Jordán Bruno Genta y Carlos Sacheri, cuyo testimonio
martirial cumple este año 4 décadas. Así narró el episodio María Lilia
Genta en 2007: «Acaban de cumplirse en estos días, treinta y tres años
en que, un ‘joven idealista’ descargó once balazos -a quemarropa- sobre
mi padre cuando salía de su casa, la misma en la que yo vivo ahora. Fue
un 27 de Octubre de 1974, a las diez de la mañana de un bellísimo
domingo de primavera. Jordán B. Genta se dirigía a oír misa. El “ERP 22
de Agosto” (la guarida se encontró, a unas cuadras de la casa, años
después), que se atribuyó el crimen, tuvo la “amabilidad” de informarnos
con exactitud sobre el por qué “ajusticiaron” a Genta y a Sacheri. Fue
durante la Cuaresma de 1975 en una carta-amenaza dirigida a Ricardo
Curutchet, fundador y por entonces director de la revista “Cabildo”.
Ricardo se había jugado por estos dos filósofos católicos. Fueron tapa y
tema de la revista en ocasión de sus muertes. Pues bien, aquella misiva
decía que mi padre y Sacheri habían sido muertos por ser “soldados de
Cristo Rey”; y por el mismo motivo lo condenaban a muerte, también, a
Ricardo. Antes de reproducir este documento (que, en su momento se
publicó en “Cabildo” y como solicitada en el diario “La Prensa”) aclaro
que mi padre ya venía recibiendo amenazas por teléfono desde un año y
medio antes, todos los sábado, puntualmente, a las once de la mañana. La
voz anónima repetía siempre lo mismo: “si usted sigue enseñando lo que
enseña, le pasará lo mismo que al Almirante Berisso” (este marino había
sido asesinado, en un resonante atentado, unos meses antes). Mi padre
siguió y la “sentencia” se cumplió. Se me ocurre que es un aporte para
las nuevas generaciones conocer este documento sacrílego, lleno de
sarcasmo y curiosamente “docto” en cuestiones muy puntuales de Iglesia.
¿Lo habrá escrito algún cura? ¿Un cura de esos que enviaron a matar y a
morir a cientos de jóvenes y por cuyas acciones nuestros obispos jamás
pidieron perdón? ¡Y hasta a algunos quieren postular como beatos!
Amenaza dirigida al Director de “Cabildo” en marzo de 1975.
* * *
Sr. Director de la revista Cabildo D Ricardo Curutchet ¡Presente!
Carísimo hermano en Cristo Rey: Nos dirigimos a usted con la confianza
que nos dan los dos contactos mantenidos con la comunidad nacionalista
católica y la revista Cabildo, su más digno exponente, en las personas
de los queridísimos, aunque extintos profesores Jordán B. Genta y Carlos
A. Sacheri. Nos guía la certeza de que seremos atendidos por Vd. con la
caridad cristiana que ilumina cual antorcha sagrada, su cosmovisión
escolástica, virtud ésta enseñada por Cristo y de la que fueron devotos
fervorosos Santo Tomás y San Agustín. No pretenderemos referirnos a las
circunstancias del fallecimiento de los profesores nombrados, sólo
haremos mención de algunos detalles que los rodean. Enterados de la
ferviente devoción que los extintos profesaban a Cristo Rey, de quien se
decían infatigables soldados, nuestra comunidad ha esperado las
festividades de Cristo Rey según el antiguo y nuevo “ordo missae” y ha
permitido que los nombrados comulgaran del dulce Cuerpo de su Salvador
para que pudieran reunirse con Él en la gloria, puesto que en este Valle
de Lágrimas eran depositarios de la Santa Eucaristía. Como información
fidedigna le comunicamos, un tanto apenados, que el difunto Sacheri no
comulgó ese aciago domingo en el que concurrió por última vez a la
prolongación del sacrificio de la Cruz. Nuestro enviado le dio una
oportunidad, pero, oh… desatino, él no supo aprovecharla y lamentamos
que esté pagando sus culpas veniales en el purgatorio (no queremos
pensar que haya caído en el Fuego Eterno). Como sabemos que Ustedes y
sus allegados también profesan con tan sagrada unción una devoción
sublime al reinado de Cristo en la Tierra, nos vemos en la obligación de
solicitar las fechas que guarden alguna relación con esa festividad
sagrada, puesto que según el “ordo missae” no figura en el año litúrgico
otra festividad similar en lo inmediato. Para su comodidad nos
permitimos sugerirle el Domingo de Ramos, en el que Cristo, montado
humildemente en un jamelgo, es coronado victoriosamente Rey de los
Cielos y de la Tierra. Para tranquilidad suya le aseguramos que nos
comunicaremos con Usted o… con alguno de sus “soldados de Cristo Rey”,
quizás de manera un tanto repentina y no exenta de violencia, cuando se
hallen en estado de Gracia y hayan participado del Cuerpo y de la Sangre
de Nuestro Divino Redentor. Por este sagrado motivo le sugerimos que no
haga diagramar la próxima tapa de su digna revista, pues le ahorraremos
el trabajo de buscar el tema, tal cual lo hemos hecho en los dos
números anteriores y hasta le adelantamos el original. Esperamos que
tenga oportunidad de decirnos si es de su agrado; si así no fuera queda a
su criterio diagramarla, pero recuerde, el tema lo pondremos nosotros.
Esperamos no haber abusado de su valioso tiempo y nos atrevemos a
pedirle que interceda ante Dios, con el diálogo de los justos, por la
salvación de nuestras almas. Nos despedimos ofreciendo a Dios Padre, por
Cristo, con Cristo y en Cristo todo el honor y toda la gloria de
nuestras acciones, por los siglos de los siglos. Amén. Fdo. Ejército de
Liberación 22 de Agosto». Repitamos una vez más la frase de León XIII
que siempre nos ha inspirado: “La primera ley de la historia es no
atreverse a mentir; la segunda, no temer decir la verdad”.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, IVE