lunes, 19 de mayo de 2014

Memoricidio


Memoricidio

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Hace algunos años que cierta memoria hemipléjica obliga a la población de esta parte del hemisferio a recordar lo ocurrido en la década del ’70. Dado que los medios masivos de “incomunicación” sólo cuentan una parte –y tendenciosamente– de la historia presentamos aquí la carta que recibiera Ricardo Curutchet, famoso periodista católico, en 1975 (plena democracia argentina). La misma fue remitida luego del asesinato de dos señeros exponentes del catolicismo argentino, los profesores Jordán Bruno Genta y Carlos Sacheri, cuyo testimonio martirial cumple este año 4 décadas. Así narró el episodio María Lilia Genta en 2007: «Acaban de cumplirse en estos días, treinta y tres años en que, un ‘joven idealista’ descargó once balazos -a quemarropa- sobre mi padre cuando salía de su casa, la misma en la que yo vivo ahora. Fue un 27 de Octubre de 1974, a las diez de la mañana de un bellísimo domingo de primavera. Jordán B. Genta se dirigía a oír misa. El “ERP 22 de Agosto” (la guarida se encontró, a unas cuadras de la casa, años después), que se atribuyó el crimen, tuvo la “amabilidad” de informarnos con exactitud sobre el por qué “ajusticiaron” a Genta y a Sacheri. Fue durante la Cuaresma de 1975 en una carta-amenaza dirigida a Ricardo Curutchet, fundador y por entonces director de la revista “Cabildo”. Ricardo se había jugado por estos dos filósofos católicos. Fueron tapa y tema de la revista en ocasión de sus muertes. Pues bien, aquella misiva decía que mi padre y Sacheri habían sido muertos por ser “soldados de Cristo Rey”; y por el mismo motivo lo condenaban a muerte, también, a Ricardo. Antes de reproducir este documento (que, en su momento se publicó en “Cabildo” y como solicitada en el diario “La Prensa”) aclaro que mi padre ya venía recibiendo amenazas por teléfono desde un año y medio antes, todos los sábado, puntualmente, a las once de la mañana. La voz anónima repetía siempre lo mismo: “si usted sigue enseñando lo que enseña, le pasará lo mismo que al Almirante Berisso” (este marino había sido asesinado, en un resonante atentado, unos meses antes). Mi padre siguió y la “sentencia” se cumplió. Se me ocurre que es un aporte para las nuevas generaciones conocer este documento sacrílego, lleno de sarcasmo y curiosamente “docto” en cuestiones muy puntuales de Iglesia. ¿Lo habrá escrito algún cura? ¿Un cura de esos que enviaron a matar y a morir a cientos de jóvenes y por cuyas acciones nuestros obispos jamás pidieron perdón? ¡Y hasta a algunos quieren postular como beatos! Amenaza dirigida al Director de “Cabildo” en marzo de 1975.
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  Sr. Director de la revista Cabildo D Ricardo Curutchet ¡Presente! Carísimo hermano en Cristo Rey: Nos dirigimos a usted con la confianza que nos dan los dos contactos mantenidos con la comunidad nacionalista católica y la revista Cabildo, su más digno exponente, en las personas de los queridísimos, aunque extintos profesores Jordán B. Genta y Carlos A. Sacheri. Nos guía la certeza de que seremos atendidos por Vd. con la caridad cristiana que ilumina cual antorcha sagrada, su cosmovisión escolástica, virtud ésta enseñada por Cristo y de la que fueron devotos fervorosos Santo Tomás y San Agustín. No pretenderemos referirnos a las circunstancias del fallecimiento de los profesores nombrados, sólo haremos mención de algunos detalles que los rodean. Enterados de la ferviente devoción que los extintos profesaban a Cristo Rey, de quien se decían infatigables soldados, nuestra comunidad ha esperado las festividades de Cristo Rey según el antiguo y nuevo “ordo missae” y ha permitido que los nombrados comulgaran del dulce Cuerpo de su Salvador para que pudieran reunirse con Él en la gloria, puesto que en este Valle de Lágrimas eran depositarios de la Santa Eucaristía. Como información fidedigna le comunicamos, un tanto apenados, que el difunto Sacheri no comulgó ese aciago domingo en el que concurrió por última vez a la prolongación del sacrificio de la Cruz. Nuestro enviado le dio una oportunidad, pero, oh… desatino, él no supo aprovecharla y lamentamos que esté pagando sus culpas veniales en el purgatorio (no queremos pensar que haya caído en el Fuego Eterno). Como sabemos que Ustedes y sus allegados también profesan con tan sagrada unción una devoción sublime al reinado de Cristo en la Tierra, nos vemos en la obligación de solicitar las fechas que guarden alguna relación con esa festividad sagrada, puesto que según el “ordo missae” no figura en el año litúrgico otra festividad similar en lo inmediato. Para su comodidad nos permitimos sugerirle el Domingo de Ramos, en el que Cristo, montado humildemente en un jamelgo, es coronado victoriosamente Rey de los Cielos y de la Tierra. Para tranquilidad suya le aseguramos que nos comunicaremos con Usted o… con alguno de sus “soldados de Cristo Rey”, quizás de manera un tanto repentina y no exenta de violencia, cuando se hallen en estado de Gracia y hayan participado del Cuerpo y de la Sangre de Nuestro Divino Redentor. Por este sagrado motivo le sugerimos que no haga diagramar la próxima tapa de su digna revista, pues le ahorraremos el trabajo de buscar el tema, tal cual lo hemos hecho en los dos números anteriores y hasta le adelantamos el original. Esperamos que tenga oportunidad de decirnos si es de su agrado; si así no fuera queda a su criterio diagramarla, pero recuerde, el tema lo pondremos nosotros. Esperamos no haber abusado de su valioso tiempo y nos atrevemos a pedirle que interceda ante Dios, con el diálogo de los justos, por la salvación de nuestras almas. Nos despedimos ofreciendo a Dios Padre, por Cristo, con Cristo y en Cristo todo el honor y toda la gloria de nuestras acciones, por los siglos de los siglos. Amén. Fdo. Ejército de Liberación 22 de Agosto». Repitamos una vez más la frase de León XIII que siempre nos ha inspirado: “La primera ley de la historia es no atreverse a mentir; la segunda, no temer decir la verdad”.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, IVE