TRABAJADORES DEL MUNDO UNÍOS
Los
medios de comunicación trataron de presentar a Francisco como si
rechazara el regalo de Morales, pero no funcionó; él sonrió y aceptó los
símbolos comunistas
¡Trabajadores del mundo, uníos! Con estas palabras termina el Manifiesto Comunista
de Marx y Engels. Sólo faltó esta consigna explícita en el discurso
que el Papa pronunció en Bolivia al término de la Segunda Reunión
Mundial de los Movimientos Populares, convocado por él. Estas palabras,
sin embargo, eran casi explícitas cuando Francisco dijo
: “. El futuro de la humanidad … está fundamentalmente en manos de la
gente …
Este sistema ya es intolerable: a los trabajadores les resulta
intolerable, a las personas les resulta intolerable. A la Tierra misma,
nuestra hermana, nuestra Madre Tierra, también le resulta intolerable. …
quiero unir mi voz a la suya para pedir las tres “T”… Tierra, Techo y
Trabajo para todos. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la
pena luchar por ellos. Que este grito se escuche en América Latina y en
todo el mundo …”
La exhortación a los “explotados” a “organizarse”
indica la necesidad , según el Papa, de armar una estructura
revolucionaria para dirigir la lucha de clases hacia el objetivo de los
bienes comunes, es decir, hacia la abolición de la propiedad privada
hasta el punto de que se vuelva efectivamente inoperante. Así que, una
vez más, sus palabras coinciden con los del Manifiesto Comunista , que dice:
“La teoría comunista se puede resumir en una sola frase:. La abolición de la propiedad privada”
Esta lucha organizada hasta la muerte para acabar con la
explotación y el sistema económico actual es la vieja lucha de clases
propuesto por el Manifiesto Comunista en su penúltima frase:
“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y
propósitos Abiertamente declaran que sus fines pueden alcanzarse sólo
por el derrocamiento violento de todas las condiciones sociales
existentes Las clases dominantes ya pueden temblar ante una revolución
comunista… Los proletarios no tienen nada que perder más que sus
cadenas. Ellos tienen un mundo que ganar “
Termina con la clásica frase citada:”.¡Trabajadores del mundo, uníos! “
Francisco también atacó la conquista gloriosa de América como si hubiera sido una agresión injusta en contra de “los pueblos indígenas”,
cuando cualquier historiador sabe que esta gran epopeya de la historia
fue una evangelización más que una conquista, y la implantación de una
cultura mil veces superior al canibalismo de las grandes tribus
indígenas (los aztecas, por ejemplo), todos paganos, y como tal, “sentados a la sombra de la muerte” (Lc 1:79). Todo el discurso está lleno de odio, un odio intenso y emocionante capaz de contaminar sus oyentes y el mundo entero;
un odio contra todos aquellos que han ganado algo – por modesto que
fuere – por su propio trabajo, y que, de acuerdo con la ley natural,
como lo enseña la verdadera doctrina social católica, tienen derecho a
mantener como propio-
El discurso papal está muy lejos del amor misericordioso del Redentor
divino que murió en la cruz por los pobres y los ricos y que nunca
incitó a la lucha de clases, sino más bien nos enseñó a amarnos unos a
otros como él nos amó. Es un discurso que no tiene nada de católico.
Para simbolizar aún más la sumisión de Nuestro Señor y de su Iglesia
al comunismo, el Papa Francisco recibió de Morales un Cristo clavado en
un símbolo comunista, la hoz y el martillo. La Nación publicó una
foto del primer momento en que lo recibió, y él parece estar observando
ese símbolo con frialdad y con indiferencia. Sin embargo, una foto
tomada poco después publicada por Clarín lo muestra sonriente,
sosteniendo el objeto con ambas manos, con un collar con una medalla que
es una réplica del mismo crucifijo, que le puso al cuello el tirano
de Bolivia. Él no mostró ninguna ademán de retirarla.
Como siempre, La Nación intentó falsamente decir que hubo un descontento papal, que no existió en realidad, mientras que Clarín subrayó el placer papal. [N.T. El periódico conservador español ABC publicó una foto de Francisco recibiendo el “crucifijo” titulando con grandes caracteres “Evo incomodó a Francisco. Por su parte su columnista Juan Manuel Prada se sacó de la manga “el susto”
de Francisco al recibir el presente] Esa es la práctica general de la
“prensa seria”, envía sus mensajes con insinuaciones e imágenes. Vi
toda la presentación en la televisión y puedo confirmar, como
casi-testigo, que en ningún momento el Papa mostró un signo de rechazo o
dijo cualquier cosa que denotase malestar ante la situación. De
hecho, como se informó aquí , el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, afirmó que Francisco “no tuvo ninguna reacción negativa en particular” al crucifijo ( La Nación, 07 de julio 2015, p. 2).
¡Dios mío! ¿Cuánto tiempo debemos soportar esta confusión perversa?
Lo peor es que a las pobres gentes humildes que escuchan sus palabras,
los “explotados”, como él los llama, les resulta difícil
concebir que el Papa les está engañando e insuflando odio. Para ellos,
él es el Papa e, involuntaria e inconscientemente, regresan a sus
hogares con sus almas corrompidas por el odio que de alguna manera ha
sido dejado en ellos por el Sumo Pontífice. Pidamos a la Santísima
Virgen, la Madre de la Misericordia , que tenga misericordia de nosotros
y nos dé luz para resistir las tentaciones del mal que nos viene de la
misma Cátedra de Pedro, para hacer que amemos cada vez más a nuestro
Señor, Fundador de la Santa Iglesia, y a la institución del papado, a
pesar de que ahora una nube oscura la está oscureciendo hasta hacerla
casi irreconocible. [Algunos subrayados propios]
Publicado 20 de julio 2015 por Tradition in Action