Bajo la nueva gestión de Grasso, sigue todo igual: continúan los mismos, la culpa es de Roquel y de Cantín nadie se acuerda
27/07 – 16:40 – Pablo Grasso, el nuevo intendente
interino que asumió tras la renuncia de Raúl Cantín, empezó con el pie
izquierdo. No puede resolver el problema municipal, no ha convocado a
los municipales, utiliza la cadena de la alegría para dar señales de lo
que no se anima a decirle cara a cara al SOEM, sigue con los
trabajadores en la puerta, dijo que “nadie llegará con la valija”
(olvídense del pago) y por si esto fuera poco, mantiene en sus cargos a
los mismos depredadores del patrimonio y las finanzas de la
municipalidad de los últimos 3 años y medios, que acompañaron a Cantín y
son culpables primarios de la debacle municipal.(Por Rubén Lasagno)
El ex concejal y actual intendente interino, Pablo Grasso, asumió el día viernes 25, hasta el momento no convocó al SOEM,
uno de los mayores problemas que tiene para arrancar su gestión, pero
durante el fin de semana, se cuidó de cumplir las órdenes superiores,
entre ellas, las de dejar en su cargo al Secretario de
Desarrollo Comunitario, Daniel Álvarez, funcionario del área durante
toda la gestión del ex intendente, responsable directo del vaciamiento
municipal y las irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas,
pero con la chapa de impunidad de ser el chofer de la presidenta, cuando
la mandataria recala en Río Gallegos y ser el canal de fondos que envía
Alicia Kirchner, para aplicar en materia social.
Otro de los inamovibles, es el Secretario de Obras Públicas y
Urbanismo de la municipalidad, el arquitecto Gastón Forneris, también
acompañante de la desastrosa gestión de Cantín y quien como Álvarez,
debiera estar investigado por el manejo de fondos para la obra pública
municipal, donde se han detectado e informado todo tipo de
irregularidades y sobreprecios.
Grasso, aún no ha convocado al titular del SOEM, Pedro Mansilla, a
mantener una reunión previa a los acuerdos generales, aunque sea para
imponerse de la situación, algo innecesario si se piensa que como
presidente del HCD, Grasso está al tanto de todo y tiene pleno
conocimiento de la gravedad del problema. Sin embargo, el nuevo
intendente, eligió la vía indirecta para decirle a Pedro Mansilla
(Secretario General), que de plata no se puede hablar.
En medios locales de la denominada “cadena de la alegría”,
la misma en la que habló Máximo y facturan sin cesar con cargo al erario
público, aunque sean pocos los que los lean y menos los que se hacen
eco de sus dichos y notas, Grasso hizo referencia a la necesidad de que
los trabajadores municipales levanten el paro como señal de buena
voluntad y dijo “nadie va a venir de afuera (a Río Gallegos) a
limpiar ni a traer dinero, por lo cual todos se deben poner a trabajar
para reflotar la situación” y aclaró que nadie debe seguir esperando que vengan “con la valija”,
una desafortunada acotación de Grasso, teniendo en cuenta que los
máximos referentes del partido al que pertenece, están sospechados de
haber movido valijas y bolsos de dinero, producto del lavado y los
sobreprecios en la obra pública.
El principal problema de que “no hay plata”, no les
fue comunicado a los trabajadores, quienes están esperanzados que la
“nueva gestión” resuelva el problema de los salarios, el aguinaldo y el
15% adeudado, además de normalizar el pago de los sueldos, el cual en
poco días más deberán hacerse efectivos.
El nuevo intendente, ha tomado un sendero sinuoso, en vez de caminar
por la ruta principal y como Cantín, prefiere comunicar a través de
entrevistas pautadas, las cuales hacen aparecer como un llamado
circunstancial de alguna radio, en vez de utilizar el “cara a cara”,
tan importante en este momento, en que la gestión de Cantín se encargó
de profundizar una brecha en el diálogo con el sindicato, lo que ha
generado aún más conflicto y demanda mayor sinceramiento de las
relaciones institucionales.
Grasso pretende, que el sindicato se dé por enterado (por los medios)
de que se puede hablar de cualquier cosa, menos de plata y es
precisamente plata, lo que el intendente interino debe tener en su caja
para comenzar a revertir la situación de conflicto. No entender esto, es
haber cambiado algo para que nada cambie y es entonces cuando debemos
preguntarnos, ¿Realmente el FPV buscaba sacar a Cantín por inútil, o
darle impunidad quitándolo del foco del conflicto, mientras ganaba “aire
político” con la gestión de Grasso, para lanzar a su verdadero
candidato, Francisco Angelsio?. Si esto es así, el actual intendente sin
plata, será la lápida de toda aspiración del FPV a la municipalidad de
Río Gallegos, por mucho tiempo.
De todos modos, nada de los planes político podrán ser realidad, si
no pagan la deuda con los trabajadores y se comienza a reestructurar las
áreas caídas, darle funcionalidad al trabajo municipal, reactivar la
cadena de recaudación y sanear la ciudad. Pero para eso se necesita algo
más que palabras y buenas intenciones; no es posible pedir paz, cuando
no se ha decidido finalizar la guerra. En otros términos, Grasso no
puede pedir que los demás se sacrifiquen si él no dá señales claras de
que es diferente a Cantín y hasta el momento, dejando a los
funcionarios claves del ex intendente en puestos donde debe renovar los
aires y transparentar la gestión y declarando en los medios que no tiene
plata porque en la caja encontró 364 mil pesos, lo que tendría que
haberlo expresado ya en una mesa con el gremio y denunciado ante la
justicia, el ex concejal está siendo una clara prolongación de la
gestión anterior y pone su cara, creyendo que el cambio de nombre
funcionará como un arte mágico, para que todos vuelvan a creer que se
viene un cambio.
Además, Grasso incurre en los mismos vicios que arrastró Cantín,
haciendo responsable de la catastrófica situación municipal al ex
intendente Radical Héctor Roquel, quien hace casi cuatro años se alejó
de la gestión; el ex concejal cometió el grave pecado de saltar con
memoria selectiva el objeto de los padecerse de los rigalleguenses: Raúl
Cantín, pretendiendo enfocar las culpas, irresponsablemente, hacia
alguien que dejó el cargo en manos de su propio partido.
Dicho esto, está claro que Pablo Grasso cree en la posibilidad de
arreglar este tremendo dislate, al que nos llevó el oficialismo, es con
palabras, promesas y pedidos de reflexión.
Fuentes muy confiables del propio FPV, nos aseguran que la ayuda
financiera llegará, pero no es la forma en que inicialmente estaba
pactada, por cuanto, luego de nuestra nota, advirtiendo que la aparición
imprevista de los fondos funcionaría como una confirmación del
autogolpe instituido por el mismo Partido, buscan la forma de
“legalizar” el ingreso de las partidas para lo cual (indicaron las
fuentes) no sería imposible que “vuelvan a utilizar a la provincia como
aportante de los fondos, aún cuando el gobernador haya dicho
personalmente hace poco tiempo, que la provincia no puede ayudar al
municipio, por fuera de la coparticipación establecida”.
Dicho esto, los tiempos se acortan. Grasso tiene cada vez menos
margen de maniobras para encontrarle una solución a todos los problemas
que asoman en la administración municipal. Cualquiera de las opciones
que busque, le dejarán un efecto residual políticamente adverso. Su
única salida es despegarse completamente de Cantín y sus secuaces. Dar
clara señal que cambia 180º el rumbo de la anterior administración; pero
nada de eso ocurre ni ocurrirá porque no es autónomo y todo tiende a
parecerse a lo que estuvo establecido desde el 2011 a la fecha.
Sin plata, sin sinceramiento, sin diálogo cara a cara, sin limpieza
de los funcionarios responsables y sin ánimo de mejorar de cara al
futuro, será muy difícil para Grasso construir hacia delante, menos aún,
si permite que el bagaje de funcionarios políticos que le dejó Cantín,
sean pasados a planta sin objetar este otro gran fraude a la
administración municipal en los que han incurrido sistemáticamente todos
los intendentes, incluyendo de la oposición, pero que institucionalizó
como una (mala) costumbre de la política prebendaria, el FPV, que ha
hecho de Estado (municipal, provincial y nacional) una agencia de
colocación, donde se pagan con puestos de trabajos, los favores
políticos recibidos y se asegura el pasar de los amigos. Si Grasso tiene
aspiraciones a ser electo como Intendente, debe cambiar desde los
cimientos la matriz corrupta de Cantín, o perecerá en el intento.
(Agencia OPI Santa Cruz)