martes, 19 de noviembre de 2019

El Ataque al Corazón de la Iglesia - Capítulo 3 - La Contrarreforma Católica (Parte 1 de 8)

(5) Leonardo Castellani
CRISTO y los F A R I S E O S
Corrección notas Pbro. Ratios Biesffo
EDICIONES JAUJA MENDOZA - ARGENTINA
 Resultado de imagen para CRISTO Y LOS FARISEOS
           Prefacio.......................................................................................7
                      Prólogo..................................................................................... 11
  Cristo y los fariseos 1era.Parte..............................................19 
  El dulce Nazareno....................................................................29
                    Los tres atentados.................................................................. 35
                    La provocación.........................................................................43  
                    La sociología de los fariseos................................................. 51 
                    La defensa................................................................................53 
                    Elenchus contra pharisaeos.................................................. 71 
                    ¿Con qué autoridad?...............................................................87 
                    Las mujeres..............................................................................95 
                    Como ovejas sin pastor..........................................................99 
                    Un Galileo de la psicología...................................................103 
                    La cárcel de Oscar Wilde......................................................113
                    Apéndices Parábola del Fariseo y el Publicano.................131 
                    Parábola del Sepulcro y las Víboras........ ...........................141
                    Sobre tres modos católicos de ver la Guerra Española....153
                    La última Parábola ................ ...............................................167 
                    El retiro de la Iglesia .............................................................173

                                                            Índice General
                                                       Leonardo Castellani
                                                           Segunda Parte
 

                  Cartas a los Religiosos Sobre la Obediencia.......................183 
                  Sobre la Pobreza.....................................................................195 
                  Sobre la Castidad....................................................................209 
                  Sobre el Gobierno...................................................................223
                  Indice analítico y onomástico................................................231 

                  Libros del autor.......................................................................235 
                  Instituto Padre Leonardo Castellani.....................................241 
                  Obras a editar..........................................................................242 
IV
La Última Parábola 48

Pag. 167
 Yo sabia que no podía acabar bien; pero nunca soñé que fuera a sucumbir de un modo tan espantoso. Mi consejo no le faltó. Fue más o menos éste: «Hay que partir de este principio: es forzoso contemplar a los poderosos. Y no es difícil hacerlo si uno se pone a ello. Es algo indispensable. Hay que tomar a los hombres como ellos son y no como queremos que sean. Con el que tiene el poder, es inútil querer hacerse el tremendo. Hay que ponerse en razón.» «Tu estilo de escribir es magnífico. Hay solamente las frasecitas. Son una frase aquí, otra allá, a veces ninguna, a veces dos o tres, que irritan a muchos y que suprimidas no perjudican para nada la belleza literaria del conjunto. También hay que resignarse a no tocar algunos temas demasiado candentes, que de cualquier modo que uno trate, descontentan a alguno inevitablemente.» ■„ «Después de esto hay que ganar a Caifás. Caifás, en el fondo te aprecia. Por más que está ocupado en otros asuntos, no es hombre desprovisto de gusto literario. Un día dijo de vos: 'Compone espléndidamente. La decadencia es perfecta, las metáforas son abundantes, los tropos son originales, lástima esas demasías que echan a perder todo, SI este hombre entrase de una buena vez con toda el alma por el camino que le señalan la ley y la voz de sus buenos superiores, podría hacer un bien inmenso, sin dejar de ser un escritor genial',* «Tus parábolas son muy buenas; algunas son pequeñas obras maestras del género. Eres un verdadero genio, te aseguro que eres genial. El Hijo Pródigo es una cosa intachable, lo mismo que la de los Talentos, aunque aquí ya la doctrina es un poco rara. La del Rico en el Infierno ya es bastante fuerte, un poco violenta, los ricos se pueden ofender de ella. La del Mayordomo Infiel, yo la entiendo bien, pero creo que es más bien para hombres muy inteligentes. Ahora, la de ios Operarios en la Viña ya son palabras mayores, creo hubiese sido mejor suprimirla. Decididamente. Una parábola de menos no puede perjudicar la fama de un escritor ya reconocido como vos. Hay mucha gente a quienes ha caído muy mal, que la ha tomado muy a mal.» «No estamos en Nazareth, ya no somos criaturas. En una gran ciudad como ésta, hay que enterarse que además de la Naturaleza hay una gran realidad: la política. El lirio de los campos, las aves del cielo, el sembrador, ¡muy bien! Allá en el dulce ambiente pastoril, el Reino de los Cielos, el Padre Celeste, la Causa de la Verdad está tan cerca de uno, tan a mano, que uno parecería los toca, toca el cielo con las manos... Aquí hay que contar con los mecanismos interpósitos, toda la organización oficial con los cuales también se va hacia Dios, aunque menos directamente. Que ese organismo tiene fallas, evidente: se trata de hombres no de ángeles. Que tienen puntos podridos, suponiendo que así sea, no los podemos curar nosotros por ahora. No tenemos los instrumentos.» . Desde el cerro de Arcalón veíamos la sinagoga de Cesarea, el gran edificio chato entre sus andamios como un animal dormido. Yo le dije: «Te repito que Caifás en el fondo no es inaccesible. Lo.has disgustado mucho, lo has molestado mucho (sin querer, desde luego), lo has ofendido mucho, creo que está enflaqueciendo por causa tuya; pero en el fondo es un pontífice, es un hombre consagrado a Dios ante todo. El trabajo enorme que le inflige el manejo de los caudales del templo, ¿qué ser humano podría soportarlo a no ser por Dios? No ha tomado mujer a causa de eso. Caifás es accesible. No se trata exactamente de prohibirte la predicación. Se trata solamente de encauzar tu predicación de acuerdo a las normas. Al fin y al cabo son superiores tuyos y todo lo que hay en ti les debe estar ciegamente sometido; si se equivocan, ellos darán cuenta a Dios, es una gran tranquilidad de conciencia eso de poder resignar en otro la propia conciencia.» «Hay que agarrar con fuerza esta idea: la Verdad debe ser administrada. La Verdad pura no es potable al hombre. La verdad necesita filtro, necesita paliativos y necesita administración. ¿Y quién debe administrarla sino el que oficialmente ha sido nombrado para eso?» «Tienes que darte cuenta de cuán gran florecimiento religioso representa ese gran edificio, y todas las capillas, leccionarios y adoratorios repartidos por toda esta gran ciudad paganizada y turbulenta. Adorar a Dios en espíritu y en verdad está muy bien, pero ¡eh! no es espíritu sólo el hombre. La plata es necesaria para todo, incluso para la religión. No te imaginas la masa de bien espiritual en almácigo que representa ese gran edificio que ahora se construye, el bien que se podrá hacer a los fieles en esa casa de Dios, que dirige tan acertadamente el arquitecto Jonatás: pero eso va a costar tres millones de sextercios y vos sos un hombre que nunca ha sabido lo que es ganar la plata. Es muy lindo abrir el Libro y decir: El profeta Isaías dijo: El espíritu de Dios me ha mandado a evangelizar la aridez; venid y yo os mostraré brotar la fuente de aguas vivas. Pero para decir eso hay que tener un techo, sobre todo si llueve. Para tener un techo hay que tener un gran salón. Para tener gran salón se precisa plata, mucha plata. Y la plata hay que administrarla bien. Cualidad en que nuestro gran Caifás, como no me negarás, no le cede la palma a ninguno. ¡Eh, eh!, es fácil despreciar a tos que no tienen facilidad de palabra; pero la predicación ¿por ventura es todo? La administración es lo más necesario que hay en cualquier sociedad humana.* «Ellos están en el medio de la política; yo y vos, nazarenos humildes, poetas de pueblo, escritores de tres al cuarto, ¿qué necesidad tenemos de tocar temas candentes, habiendo tantos temas sobre qué escribir con gusto y satisfacción de todos? Me dices que el predicador tiene ante todo que hacerse oír, porque un predicador que no le atienden, y nada, es la misma cosa. Y para hacerse oír hay que hablar del Reino, pues todo el mundo hoy día está embalado con el famoso Reino. Muy bien. Una cosa es hablar del Reino en general, como se debe hablar; otra cosa es descender al pormenor, hasta llegar a aludir a los herodianos, a los hilleitas, a los saduceos, y lo que es más grave, a los romanos. ¡Ay, ay, ay! La religión no tiene nada que ver con esas cosas, y a nosotros lo que nos interesa solamente es la religión. El religioso debe respirar religión, debe comer religión, debe hablar religión y debe vivir religión en todos sus momentos; como hicieron aquellos grandes padres nuestros los profetas, que eran pura religión ambulante. Nada más que religión pura. Eso no ofende a nadie.» «Ahora, si es verdad lo que me han contado, que has comenzado a aplicarte a Ti mismo las profecías y (lo que es muy propio de tu ingenuidad) a tomar las palabras de los Libros Santos ¡literalmente!, entonces, qué quieres que te diga, francamente, hemos sido amigos desde la niñez, y por mí, yo no deseo repudiar tu amistad, pero hay cosas que pasan los límites y que yo, sinceramente, te lo digo con toda la franqueza de la amistad, ¡yo no las entiendo!» Así mismo se lo dije; y que Dios me mate si miento.
* * *
¡Pobre Jesús! Yo veía que por ese camino no podía acabar bien; pero nunca jamás soñé, ¡Dios mío!, que debía acabar ¡crucificado! ¡Gran Dios! ¡Crucificado!
El Retiro de la Iglesia 49
V

Pag.173
 — ¿Creen ustedes que antes del fin vendrá una gran apostasía? — Eso es de fe —intervino Mungué— . San Pablo lo dice y Nuestro Señor mismo afirmó: "Cuando Yo vuelva, ¿creéis que hallaré fe en la tierra?—¿Creen ustedes que una apostasía general sería posible si la Iglesia estuviera vigente, llena de pureza, de justicia, de caridad y de luz? Es imposible. La gran apostasía hace concebible la gran persecución; pero la gran apostasía no es concebible sin una contaminación... —Siempre ha existido contaminación — dijo la señora— y existirá, según la parábola de la cizaña: "hasta el tiempo de la siega..." —Justamente — dijo el viejo— y hacia el tiempo de la siega es cuando el lolio, que esa planta y no la cizaña ni el abrojo indicó el Divino Maestro, es cuando el lolio se parece más al trigo... — ¡Ojo! — dijo Mungué— la Iglesia siempre se distinguirá , de las sectas, por sus cuatro notas: una, santa, católica y apostólica.
Los PapeIes de Benjamin Benavides, Parte III, Capitulo VI. 50 Sobre la Gran Apostasia, ver // Tesatonicenses 2, 3-11. 11 Lucas 18, 8,
—Ni los faros se ven bien en tiempo de niebla —pronunció sibilinamente el rabino... —jEso es herejía protestante! —acusó Fulgencio— ¡El error de la Iglesia invisible! El viejo lo miró en silencio un instante, y prosiguió: — La condición del mundo cuando vuelva Cristo será análoga a la que tenía cuando lo dejó. El Rey de los Profetas para ver al mundo futuro, desde aquel montículo de Jerusalén desde el cual se veía el Templo, y ¡ay! el Calvario, no tuvo más que mirar su propia situación presente, ponderarla con amargura, y ampliarla en todas direcciones [„.] — ¿De modo que entrará a reinar el fariseísmo en la Iglesia, como antafto en la Sinagoga? —dije yo alarmado— . La promesa de Cristo de asistencia perenne a su Iglesia y su conducción por el Paráclito... eso parece destruirla de raíz. —Y la destruye —dijo el Mónaco —¿Por qué? — dijo el rabino— . Las mismas promesas o parecidas fueron hechas a la Sinagoga por los profetas; y justamente en el punto en que esas promesas estaban por fallar, envió Dios a su Hijo para mantenerlas; el cual dijo: "En la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y fariseos; haced pues todo lo que os dijeren, pero no hagáis conforme a sus obras."®1 Pues la doctrina no faltó nunca; faltó el ejemplo. — Pero eso es sumamente peligroso de predicar —dijo Mungué—, porque el pueblo perderá la confianza en la Jerarquía. — Yo no lo predico: solamente lo temo — dijo mansamente el judío.
” Mateo 23, 2-3.
—Es que no lo debe decir siquiera, ni pensar, ni soñar — dijo Fulgencio. —En nombre propio, no —dijo él— . Pero soñarlo ¿y quién pondrá puertas al soñar? Ya lo soñó Juan en el Apokalypsis, según creo. —¿Dónde? —desafió Mungué. — En cuatro lugares: la Iglesia de Laodicea53, la Segunda Bestia*4, la Medición del Templo55 y la Gran Ramera**. — ¡Pamplinas! — dijo Fulgencio— . "Clara non sunt explicanda cum oscuris." Esos lugares son oscuros; la promesa de Cristo es clara. El judio dejó caer los brazos con desaliento y se puso con aire cansado a hojear su Biblia. — ¿Qué demonios es propiamente el fariseísmo? —dije yo, — ¿Pues no lo conoce usted? — dijo el judío, cansado— . Está en los Evangelios. —En el Eletichus contra fariseos, Mateo, Capítulo 23 —dijo el teólogo. — En todo el Evangelio —bramó el viejo— Cristo no hizo más que luchar contra el fariseísmo. "Non sum missus nisi ad oves quae perierunt domus Israel." Fui mandado para las ovejas de Israel que perecieron. — ¡Qué exageración! — gritó Flor de Lino— . ¿Y los milagros? ¿Y la doctrina? ¡Eso es lo principal de la vida de Cristo! —¿Cuál fue la empresa personal de Cristo comgJigm - bre, su hazaña y su trabajo, Tó que unifica toda su acción?
M 3, 14-22. M 13, 11-18, M 11, 1-2. ** 17 pass. ¿Cuál fue el corazón de Cristo, si él fue un hombre de corazón? Ciertamente no fue una dulzura blandengue, un sentimentalismo melancólico, blanducho y llorón hacia los hombres, y aun hacia los animales, como lo pintan hoy, incluso las estatuas de los templos, d'après Renan o d'après Tolstoi — dijo el viejo— . Ésa no fue la personalidad de Cristo, no fue su corazón. — Nosotros somos devotos del Corazón de Jesús —dijo el monje— como el que más. — ¿Cuál fue pues su-personalidad? — interrogó el teólogo Mungué... — La lucha contra el fariseísmo^ ase "pecado contra el Espíritu Santo" que le impedía su manifestación mesiánica y hería terriblemente su amor a los hombres y a los pobres y a los débiles... sin contar su amor al Padre —y a la Verdad. Ésa es la clave de su carácter, quizá la principal, la que engloba todos los rasgos de su espléndida personalidad humana — declaró Benya— . Yo sé lo que es el fariseísmo, aunque no lo sepa definir — añadió— . Lo he probado en mi carne. — ¡Pamplinas! El fariseísmo se acabó. — Nunca —asestó Benya— . Ni ¿se acabará. ¿Qué es lo que puede producir la Magna Tribulación, la peor prueba, si no el Magno Pecado, el peccatum ad mortem37 que efectivamente infirió la muerte al que era la Resurrección y la Vida? "Si eres deveras Hijo de Dios, baja de la cruz y creeremos en TÍ" — dije yo con un vago temblor. — En efecto, ésa es la. esencia del fariseísmo —Benya se volvió hacia mí con una sonrisa aprobatoria— . Crueldad, soberbia religiosa y resistencia a la Fe. Pero Cristo desde la cruz pudiera responderles: "Creed en Mí y bajaré de la cruz." / Juan 5, 16. Mateo 27, 40-42, Cristo y los Fariseos. En efecto, cuando los judíos crean en Él, y los gentiles hayan caído en el pecado de muerte, bajará Cristo de su larga Cruz, que es toda la historia de ta Iglesia. — Ésta conversación no me interesa —dijo Fulgencio. — El fariseísmo viene a ser como... los fariseos son "religíosos profesionales"'... como el profesionalismo de la religión — dije— , recordando una frase de Gustavo Thibon. en todo caso —reflexionó el viejo— . A ver si Podemos describirlo por sus grados: El primero: la religión se vuelve meramente exterior... El segundo: la religión se vuelve profesión, métier, gagne— pain. El tercero: la religión se vuelve instrumento de ganancia, de honores, poder o dinero. — ¡Es como una esclerotización de lo religioso, un endurecimiento o decaimiento progresivo! —saltó el teólogo.”
'Si Bertrand Russell dice que la fe es un acto de voluntad o de sentimiento y no un saber, está un poco justificado muchos que profesan tener fe, puede no haber verdadera. Yo estoy convencido que hay mucha gente que practica una religión, incluso sacerdotes, que no tienen fe verdadera. Es terrible en el sacerdote ese proceso por el cual la afirmación vital que es la fe se transforma en oficio, se va con virtiendo insensiblemerUten hojarasca, palabrería v conceptos. sosteni3o todo por un interés. Bernanos ha descrito ese procesoen su nóvela "La Impostura", los místicos le llaman 'tibieza' y el Apóstol 'fe muerta': fe sin martirio, 'sin sufrimiento, sin incomodidad. Y así, con multitudes de 'almas muertas' se ha formado en el mundo una gran superchería, la mística ha descendido a política, y la Iglesia parece a muchos un imperialismo más, un partido político o una gran sociedad anónima para la exportación del Cristianismo en latas." (Castellani, Psicología Humana, Capit. XI • Las Ideas, Jauja, Mendoza, 1997, p. 296).
—Y después una falsificación, hipocresía, dureza hasta Ia Crueldad... —dije yo. —Jesucristo en el Evangelio condenó a los fariseos — machacó fray Florecita— y con eso basta. El judío se había quedado como absorto. Después prosiguió con una voz hueca y ronca... —Yo tiemblo de decir lo que oso apenas pensar... Mi corazón tiembla delante de Dios como una hoja de árbol al pensar en el misterio del fariseísmo. Yo no puedo indignarme como el Divino Maestro; yo, miserable gusano, le tengo miedo —y de hecho se estremeció bruscamente todo su cuerpo, y dos lágrimas asomaron a sus ojos. — Los otros grados —prosiguió— ya son diabólicos. El corazón del fariseo primero se vuelve corcho, después piedra, después se vacía por dentro, después lo ocupa el demonio. "Y el demonio entró en él' dice Juan de Judas, El cuarto: la religión se vuelve pasivamente dura; insensible, desencarnada. El quinto: la religión se vuelve hipocresía: el "santo" hipócrita empieza a despreciar y aborrecer a los que tienen religión verdadera. El sexto: el corazón de piedra se vuelve cruel, activamente duro. El séptimo: el falso creyente persigue de muerte a los veros creyentes, con saña ciega, con fanatismo implacable... y no se calma ni siquiera ante la cruz ni después de la cruz... "Este impostor dijo que al tercer día iría a resucitar"; de modo que, oh Excelso Procurador de Judea... Guardias al sepulcro,60
611 En El Evangelio de Jesucristo (Homilía del domingo décimo después de Pentecostés), Castellani da estos siete grados:
—Bien, eso pasó una vez y no volverá más... —dijo Fulgencio— . La hipocresía no prospera hoy dia en la Iglesia de Cristo. ¡Está la gracia de Dios! —Dios lo quiera! —dijo Benya— . Pero ésta no es hipocresía vulgar: es diabólica, profunda, inconsciente casi. "Corruptio optimi pessima", es la corrupción de lo mejor, de la religiosidad, cosa que no tiene remedio, como la sal que pierde su salinez. La hipocresía somera que pintó Molière, por ejemplo, es casi inofensiva. Tartufo es un vulgar estúpido. Lo otro es mortífero. Cuando en la Iglesia ha salido un ramo de fariseísmo, Dios lo ha curado, pero alguien lo ha pagado con su sangre, desde Cristo hasta Juana de Arco* y hasta nuestros días. ¡El proceso de Bartolomé Carranza! ¡Y el caso de Jacinto Verdaguer! No digo que estos últimos no tuviesen sus defectos y faltas, los tenían y aun grandes, como Savonarola; pero dieron la vida en el fondo por repugj, nar al fariseísmo. Se entabla una lucha trágica entre la moral viva y la moral desecada, entre la mística real y las "mística convertida en política", que el hebreo alemán Max Scheler ha estudiado bastante bien en una monografía bastante buena... cuyo título he olvidado... ¡ah, sí! El Conflicto Trágico en la Moral. Justamente Max Scheler lo estudia en Cristo. Vence la moral viva — hasta ahora— y siempre; pero sucumbe el que la lleva en sí como una vida y una pasión.
religión se vuelve exterior y ostentatoria. 2) La religión se vuelve rutina y oficio. 3) La religión se vuelve negocio o “granjeria”. 4) La religión se vuelve poder o influencia, medio de dominar al prójimo. 5) Aversión a los que son auténticamente religiosos. 6) Persecución a los que son religiosos de veras, 7) Sacrilegio y homicidio.