FALACIAS, OMISIONES Y TIPS DE MANUAL
Sin
lugar a dudas, en estas últimas horas Cristina Kirchner ha entrado en
un estado de demagogia pura. Quizás en la Argentina no lo notábamos
tanto debido a que no charla con los periodistas. Estos, hábiles en
detectar políticos “sanateros” habrían hecho sacar lo peor de sí hace
unos cuantos años atrás.
Pero
en Harvard, con la libertad y pureza de conciencia que poseen los
jóvenes, ante la mirada de toda una universidad como esa, nuestra
Presidenta tuvo que sacar las armas que posee todo político
clientelista.
Estos
fueron algunos de los tips que suelen usar los políticos para engañar.
Así los utilizó Cristina para llevar agua a su molino:
-Omisiones:
se presenta información incompleta, excluyendo posibles problemas,
objeciones, dificultades, lo que resulta en la presentación de una
realidad falseada, sin incurrir directamente en la mentira.
Cristina
dio muchísima información incompleta, como cuando habló de que no había
un cepo cambiario, sobre su patrimonio. Se olvidó de decir de dónde
sacó su marido el dinero que le heredó y por qué las causas judiciales
siempre cayeron en manos de jueces amigos.
Tampoco
habló sobre cómo hizo su fortuna en el sur, solo se limito a decir que
ya la tenía de antes. Tampoco aclaró el enorme incremento en su fortuna
al que hizo referencia el estudiante de 2003 en adelante, solo dijo que
era una “exitosa abogada” pero el único que ejercía la abogacía era
Néstor y dejó de hacerlo mucho antes de ese año. ¿Cómo se explica lo que
pasó con su patrimonio después del 2003? Algo que omitió haciendo una
gambeteada al mejor estilo Maradona.
-Decir y no decir nada: es hablar mucho, con palabras grandilocuentes, pero sin decir nada.
Esto
se pudo ver cuando un joven le pregunto sobre si ella tenía intención
de un tercer mandato a lo que ella respondió: “No es el deseo de esta
Presidenta una reforma Constitucional porque no depende de mí. Vivo y
gobierno día a día como si fuera el último. Ya no planifico tanto como
lo hacía antes, no se trata de lo que yo quiero, sino de lo que puedo o
debo”. Como se ve, dijo mucho pero no dijo nada. No dijo si se
postularía o no para un tercer mandato.
-Falacias:
argumentos que equivocan las relaciones lógicas entre elementos, o bien
adoptan premisas evidentemente inaceptables. Para mayores detalles, ver
falacia. Entre ellas se encuentran la falacia de causa falsa, el
argumento circular, el argumento ad hominem, y la apelación a una
autoridad irrelevante para el caso citado.
Cuando
la Presidenta dijo que ella hablaba con millones de argentinos,
incurrió en el arte de la falacia. Claro que ella habla con millones de
argentinos, lo que no hace es dejar que los millones de argentinos
hablen con ella. También dijo —medio en voz baja— “y con periodistas”.
Claro, con periodistas oficialistas como Sandra Ruso que la entrevistó
para hacer un libro sobre su vida. Como se ve, aparenta ser correcto,
pero es una respuesta incorrecta, una mentira.
-Demonización:
esta aproximación consiste en asociar una idea o grupo de personas con
valores negativos, hasta que esa idea o grupo de personas sean vistos
negativamente.
Táctica
usada cuando Cristina le dijo al estudiante “vos sos argentino y estas
acá, problema de dólares no debes tener. Hay estudiantes que no pueden
llegar a la matanza y vos estás en Harvard. ¿Te parece justo hablar de
cepo cambiario? Hay algunos que se enojan mucho porque tal vez no puedan
justificar los dólares que tienen o el dinero que tienen”.
Claramente
es la seguidilla a la demonización que se le está haciendo a la clase
media argentina en todos los medios oficialistas, que por poseer un poco
más que otros se los trata de desprestigiar y se trata de acallar su
voz.
-Tácticas de despiste:
consiste en desviar la discusión desde un punto delicado para el
demagogo hacia algún tema que domine o donde presente alguna ventaja con
respecto a su oponente o contrincante. No se responde directamente a
las preguntas ni a los desafíos.
Esta
fue la táctica que uso la Presidenta con el joven que preguntó sobre la
inseguridad y la inflación. No solo esquivó la pregunta, sino que se
fue por las ramas con el tema Clarín. Para cuando terminó de hablar,
después de un prolongado tiempo, la pregunta del estudiante había
perdido todo significado. Es más, ya ni el joven recordaba lo que le
había preguntado, y la muy hábil demagoga le dijo que le repita la
pregunta. El joven tuvo que hacer un momento de pensamiento profundo
para recordar qué había preguntado. Cristina puso un tono burlón, pero
así y todo el alumno logró recordar la pregunta. Sin embargo, la
Presidenta volvió a incurrir en la misma herramienta demagógica
anterior.
-Estadística fuera de contexto:
consiste en utilizar datos numéricos para apoyar una hipótesis o
afirmación, pero que estando fuera de contexto no reflejan la realidad.
Aquí también se cuenta el uso tendencioso de estadísticas, también
conocido como demagogia numérica.
-Redefinición del lenguaje:
mediante la eliminación progresiva o eliminación de las palabras que
menoscaban su posición, intentar modificar o hacer desaparecer la forma
de pensar que se opone a sus argumentos.
Como se ve, Cristina es una experta en falsear el discurso e incurrir en mentiras y omisiones de toda índole.
José María González
FUENTE :
http://www.periodicotribuna.com.ar/12669-una-a-una-las-mentiras-de-cristina-en-harvard.html