El Tesoro de EE.UU. podría entrar en quiebra el 17 de octubre
El
secretario del Tesoro de EE.UU., Jacob Lew, advirtió este miércoles a
los legisladores del Congreso que, si no se eleva el techo de deuda el
17 de octubre, la institución habrá agotado sus recursos y no podrá
afrontar los gastos del Estado.
"El
Tesoro calcula ahora que las medidas extraordinarias se habrán agotado
para el 17 de octubre", avisa Lew a través de una carta enviada a la
Cámara de Representantes, controlada por la oposición republicana, en la
que también advierte de que repetir los problemas de 2011 a la hora de
autorizar un incremento en el límite de deuda causaría un "daño
significativo a la economía".
"En ese punto, estimamos que el Tesoro contará solo con unos 30.000
millones de dólares para hacer frente a las obligaciones del país, una
cantidad insuficiente para cubrir los gastos de determinados días, que
pueden llegar a 60.000 millones de dólares", agrega.
Si no tenemos a mano dinero suficiente, sería imposible para EE.UU. cumplir con sus obligaciones por primera vez en la historia
"Si no
tenemos a mano dinero suficiente, sería imposible para EE.UU. cumplir
con sus obligaciones por primera vez en la historia", añade Lew, quien
advierte de que la reciente legislación aprobada para dar prioridad a
unos pagos sobre otros "no protegería la buena fe y el crédito de EEUU".
El techo de la deuda de 16,7 billones de dólares se alcanzó en mayo, y a
partir de ese momento el Tesoro tomó "medidas extraordinarias para
evitar un cese de pagos" como, por ejemplo, dejar de invertir en fondos
públicos de retiro. Los
republicanos buscan condicionar el aumento del techo de la deuda a
medidas de reducción del gasto y el déficit, principalmente para
suprimir el financiamiento de la reforma de la salud de Barack Obama,
conocida como 'Obamacare', que fue aprobada en 2010 y entrará plenamente
en vigor en 2014. El
Congreso de EE.UU. vuelve a enfrentarse a la perspectiva del cierre de
una parte de los servicios públicos que dependen del poder ejecutivo.
Tiene una semana para alcanzar un acuerdo sobre el techo de la deuda o
una redistribución de los gastos.
Prestar billones a EE.UU, ¿camino directo hacia una guerra?
China y
Japón llevan en disputa casi medio siglo por las islas Diaoyu/Senkaku.
Ahora más que nunca el mundo, en especial Estados Unidos, observa con
gran atención el conflicto diplomático: ¿Qué intereses internacionales
esconde?
EE.UU.
intensifica su fuerza militar en el Lejano Oriente y las autoridades
chinas han expresado su preocupación por las intenciones de las
autoridades japonesas de desplegar radares de defensa antimisiles de
EE.UU. en su territorio.
"Hemos recibido informes al respecto y expresamos nuestra grave
preocupación. Los Estados que están construyendo un sistema de defensa
antimisiles para protegerse contra los misiles de Corea del Norte
impactan negativamente en la resolución de las cuestiones relacionadas
con la península de Corea y el mantenimiento de la seguridad y la
estabilidad en la región", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones
Exteriores de China, Hong Lei.
"EE.UU. realiza una política muy astuta en la región interfiriendo en
el conflicto entre China y Japón, ya que actualmente es muy lucrativo
para el país", destaca el periodista Serguéi Vasilénkov en un artículo
en la página web del diario ruso 'Pravda'. El concepto 'amenaza china'
se escucha cada vez con más frecuencia en entrevistas a miembros del
Gobierno estadounidense.
EE.UU.
realiza una política muy astuta en la región interfiriendo en el
conflicto entre China y Japón, ya que actualmente es muy lucrativo para
el país
EE.UU. no
oculta que ha tomado rumbo hacia la contención activa de China. Y Tokio
ha seguido siempre los pasos de Washington. "Parece que todo es muy
simple: Washington pone en práctica su propia política en la región
Asia-Pacífico contra China a través de Japón", opina el periodista.
Pero hay otras causas también. Además, el interés de EE.UU. en este
conflicto tiene trasfondo económico. Japón y China son los mayores
acreedores de la economía de EE.UU. y los titulares de valores de
Estados Unidos. El conflicto de intereses entre Tokio y Pekín sobre las
islas Senkaku (Diaoyu en su denominación china) estuvo precedida por un
evento bastante inquietante para el dólar en la región de Asia-Pacífico.
En 2011 China, Corea
del Sur y Japón acordaron estudiar la posibilidad de realizar sus pagos
recíprocos en sus propias monedas nacionales. Todos los analistas
financieros son conscientes de que la transición de los principales
países a monedas nacionales será un nuevo desafío para la posición del
dólar como moneda principal de pago en Asia.
¿Guerra a cambio de deuda?
En
diciembre de 2011 los líderes de Japón y China acordaron promover el uso
del yen y el yuan en lugar del dólar en las transacciones entre
empresas. Y en el transcurso de 2012 la deuda de EE.UU. con China y
Japón siguió creciendo. A finales de octubre 2012, la deuda nacional de
Estados Unidos con China alcanzó 1,16 billones de dólares; y con Japón,
1,13 billones. "Los
principales prestamistas de los Estados Unidos prácticamente acordaron
salir de la zona del dólar, lo que Washington no puede permitir. En una
situación de esta índole aunque no hubiera un conflicto sobre las islas
en disputa, Washington tendría que meter cizaña y enemistar a sus
principales acreedores. Y al Gobierno de EE.UU. se le ocurrió un plan
muy sencillo, pero al mismo tiempo eficaz", explica Serguéi Vasilénkov
en referencia al plan de EE.UU. de obligar a comprar sus armas como
método de reducir su deuda nacional.
"Y las armas se pueden comprar solo si el país se está preparando para
un conflicto militar. Tal vez, esta es la razón de un cambio drástico en
la política estadounidense. Si en 2010 EE.UU. trataba de apaciguar el
conflicto entre Tokio y Pekín, en 2012 después de que manifestantes
chinos boicotearan empresas japonesas en China, EE.UU. reprobó la
posición de China y prometió apoyo 'moral' a Japón", agrega el
periodista. Por lo
tanto, el conflicto por las islas en disputa es muy beneficioso para
EE.UU., que está preocupado por su hegemonía ya que en caso de una
guerra tanto China como Japón tendrán que gastar sus reservas en moneda
extranjera y prestar más atención a las armas y su propia seguridad. El
periodista destaca que es importante que EE.UU. no vaya demasiado lejos
en su juego de guerra, de lo contrario todo el mundo se verá afectado
por este conflicto, que no se limitaría solo a China y Japón.
Japón, a pesar de la menor fortaleza de su Ejército, tiene una gran
ventaja: un aliado (Estados Unidos) que, de acuerdo con un tratado
internacional, debe intervenir en caso de agresión contra Japón. China a
su vez podría buscar la ayuda de su principal aliado: Rusia. "Si en un
conflicto militar se involucran los cuatro países más desarrollados del
mundo (Rusia, China, EE.UU. y Japón), todo el mundo entiende que no
pasará nada bueno. Y la probabilidad de una tercera guerra mundial en
este caso sería muy alta. Y nadie quiere permitirla", resume Vasilénkov.