La corporatocracia no es perfecta, y los mensajes se filtran. La mentira mundial impuesta por los medios masivos funciona como un globo, algunas áreas son más delgadas y permeables. Y la verdad es que el pacifismo no siempre funciona, como lo aseguró Ben Kingsley, el actor británico ganador del premio Oscar en Hollywood en 1982 por su papel del líder pacifista Mahatma Gandhi: El pacifismo es "necesario, pero no siempre funciona", sentenció. "Es difícil de decir. Si en lugar del Reino Unido otro país hubiera estado en la India, probablemente habría sido peor", expuso Kingsley con seriedad, quien sostuvo que el pacifismo "es necesario, pero no siempre funciona".Un activista español declaró que "El pacifismo no sirve para nada", porque "está entra dentro de los planes del gobierno, que la gente sea pacífica, salga a la calle, se manifieste y se vuelva a su casa contenta". "¿El gobierno se ha inmutado por las manifestaciones? ¡Ni en broma! ¡Porque no le importa! ¡Hay que tocarles los cojones un poquito, pero no hacemos nada, en lugar de ello la gente se acomoda en la presunta -normalidad democrática-".
Mansoor Hekmat (Junio 1951 - Julio 2002) fue un líder político y teorista iraní, tenía razón cuando dijo que ellos -los pacifistas- pueden vivir en un mundo en el que mueren niños de inanición, en donde la mafia se mueve a sus anchas, en donde la injusticia es el pan de cada día y hay personas que viven en un valle de lágrimas. Mientras que no haya 'violencia', para ellos el mundo es perfecto.
"Si aceptamos la ley del karma y el renacimiento que Gandhi suscribió, su pacifismo todavía parece muy inmoral. ¿Por qué debe ser visto como ético que salvaguardar la propia felicidad (o incluso la felicidad de los demás) en la próxima vida sea a expensas de la agonía manifiesta de los niños en esta?", pregunta Sam Harris, Autor, neurocientífico, filósofo norteamericano. "Estoy pensando aquí en lo que se denomina pacifismo absoluto - es decir, la creencia de que la violencia nunca es moralmente aceptable, ya sea en defensa propia o en nombre de los demás. Este es el tipo de pacifismo que Gandhi practicaba, y es la única forma que parece llevar con ella las pretensiones de impregnabilidad moral".
La realidad es que, cuando un patógeno infecta un cuerpo humano los glóbulos blancos salen a combatirlos y eliminarlos, destruyendo y matando cualquier amenaza. Esto es el sistema inmunlógico humano. ¿Que pasa si consideramos a un país como una gran entidad? Nosotros somos las células Y lo mismo pasa a nivel planetario. ¿Nos dice esta realidad biológica algo a cerca de las "manifestaciones" pacificas y su utilidad?
El argumento es espléndidamente resumido por V, el personaje de la máscara de Guy Fawkes en V de Venganza cuando le dice e Evey que "la violencia puede ser usada para el bien", lo cual destruye cualquier pretensión pacifista, tanto radical como moderada. De hecho esta afirmación -que debería ser de perogrullo- va más allá de la aplicación de la violencia por parte del órgano de justicia de un país. Después de todo un país se considera falsamente una república, y ya no quedan repúblicas en el actual sistema de bancocracia.
República (del latín RES PVBLICA, «la cosa pública, lo público»), en sentido amplio, es un sistema político que se fundamenta en el imperio de la ley (constitución) y la igualdad ante la ley como la forma de frenar los posibles abusos de las personas que tienen mayor poder, del gobierno y de las mayorías, con el objeto de proteger los derechos fundamentales y las libertades civiles de los ciudadanos, de los que no puede sustraerse nunca un gobierno legítimo. Si las corporaciones están exentas de esta regulación, entonces no hay república.
En la canción Polla Dura No Cree en Dios de la banda musical española El Mägo de Oz, el grupo claramente establece que el personaje es "pacifista sin bandera, pues luchar por la paz, es como fornicar por la virginidad", lo cual es un razonamiento, tristemente, defectuoso.
El pacifismo no funciona frente a dictadores irracionales, las corporaciones y los bancos son dictadores irracionales.
Hablar de pacifismo en medio de un armamentismo creciente e inquietante no es realista. Será bueno seguramente para tranquilizar a quienes creen, con justa razón, que es mejor convertir la espada en arado, como dice la Biblia, para aliviar la pobreza de tanta gente en sus respectivos países, pero no sirve para evitar las confrontaciones bélicas, los ataques biológicos de la industria farmacéutica, la dictadura genética de corporaciones como Monsanto, o el bombardeo masivo de mentiras por parte de la prensa cooptada, menos aun cuando sus propiciadores son líderes económicos y políticos mesiánicos, sionistas y dictatoriales como los Rothschild o los Rockefeller, que no entienden razones y sostienen posiciones irreconciliables con el sentido común.
Mientras la paz y la soberanía en un país resultan amenazadas por la espada de bancos y corporaciones como Monsanto o Pfizer, no queda más "remedio" que estar atentos y vigilantes. Argentina necesita con urgencia dotar de una nueva política de estado a las Fuerzas Armadas para que puedan cumplir con eficacia su deber constitucional. Es la garantía de nuestra supervivencia como nación independiente. Y bajo ninguna circunstancia el pueblo debe entregar sus armas de fuego.
Diego Ignacio Mur
Twitter: @DiegoMur
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