- Por Octavio Guzzi
NCSJB: El título publicado es nuestro, a continuación el artículo como aparece en la Revista Cabildo.
El Pluralismo de la Mentalidad Clerical - Por Octavio Guzzi
La
crisis de la Iglesia, arraigada en su seno, es una cuestión arduamente
discutida. Es doloroso asumirlo, pero en circunstancias vigentes, el católico
cabal está llamado a practicar la más dura y prudente de las resistencias
contra los errores que puedan emanar de quienes deberían protegernos de ellos.
Se
suma a la confusión el periodismo, pues bien sabemos y nos lo ha dicho el Padre
Ezcurra, que “el santo patrono del periodismo es el Diablo”. Así, no pocos son
los que advierten la rauda y rapaz incumbencia de los medios periodísticos en
las cuestiones eclesiales. Con funestas consecuencias que de ello se siguen.
Pongamos
algunos ejemplos.
Con
fecha 26 de mayo del corriente año, el Diario “Clarín” publica: “El sucesor de
Bergoglio pidió no tener miedo a la variedad de ideas” (aquí).
Dicho
sucesor es Monseñor Poli, como se sabe; y en la citada homilía manifestaba que:
“debemos apostar a una comunión que no le tenga miedo a la variedad de ideas…”
¿A
qué variedad de ideas hace alusión el primado? ¿Es lo mismo la “idea” católica
de la Trinidad que la “idea” budista del nirvana? ¿Es lo mismo la “idea” de la
concordia que la de la revolución permanente? ¿No existe ya el legítimo temor
ante aquellas ideas que puedan, precisamente, hacernos perder el santo temor de
Dios?
El
periodismo capitaliza la siega, claro. Pero primero hay otros que podan la
verdad. Obispos y sacerdotes que no honran la Palabra ganan terreno dentro y
fuera de la Iglesia. Luego, los operadores de la comunicación se convierten en
agentes de la confusión y osadía clerical.
En
el mismo tenor, pude consultarse una curiosa entrevista a doble página al Pbro.
Rafael Braun, difundida por el “Gran Diario Argentino” (aquí).
Este
hombre que, alérgico a la vestidura sacerdotal, ostenta un siniestro curriculum
(distinguido con Laurel del Plata por el Rotary Club y el premio derechos
humanos B’nai B’rith, entre otras lindezas) celebra que la “Argentina es un
país pluralista, y que el mito de la nación católica concluyó hace mucho tiempo”.
Acotando que “hoy en día el nacionalismo antiliberal es un anacronismo que no
tiene fundamento; ésta es una sociedad pluralista en su propia conformación,
que ha incorporado el valor de las libertades civiles y políticas como
irrenunciables…”
¡Bien
Don Braun o Dan Brown! Tenga cuidado, esos sí; en el infierno no hay mucha
seguridad de que se respeten las libertades civiles de los felones. Y sigue
vigente la enseñanza de Lewis: “Cristo, también, de muestra amor pos su patria”.
¡Ay, de quién no lo tuviere!
A
estas alturas, no se puede decir más que esto: el clericalismo avanza hacia la
burocracia espiritual y el triunfo de la religión universal. El periodismo aplaude y el Diablo se regocija.
Luego, los hechos hablan y las palabras sobran. Quizás debamos concederle razón
a Federico Mihura Seeber, cuando en su obra “El Anticristo”, dice oportunamente:
“…es de temer que el Anticristo llegue a ser secundado por la misma Iglesia de
Cristo… porque la Iglesia oficial ha avanzado
mucho en el camino de la complicidad con esta nueva figura de Cristo,
que es la que impulsa el Anticristo” (pag. 133).
En
fin, una vez más, podemos confortarnos con un dicho de Tolkien: “No es oro todo
lo que reluce, ni toda la gente errante anda perdida”. Imploremos al Padre que nos conceda la pronta
conversión de cuanto clérigo haya abdicado de la Causa Divina y, al mismo
tiempo, vivifique “la voz del desierto” que, reconociendo tiempos postreros, no
se cansa de gritar que Cristo vuelve y vence.
Visto en: Revista Cabildo – Julio-Agosto 2013 – 3° Época –
Año XIII – N° 104
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