EE.UU admite que el cultivo de OMG es preocupante
El último estudio realizado por
EE.UU. revela la tasa real de penetración de los organismo modificados
genéticamente (OMG) en el país y levanta la cuestión de su impacto
económico y medioambiental.
Hace unos 15 años se introdujeron en
EE.UU los primeros cultivos modificados genéticamente. Desde entonces y
hasta septiembre de 2013 más de 12.000 diferentes modificaciones
genéticas han sido aprobadas por el Departamento de Agricultura de los
EE.UU. (USDA), según su último informe. La mayoría de las modificaciones
fueron realizadas para maíz (7.800) y la compañia que más
modificaciones ha introducido es Monsanto (6.782).
En el año 2013 cerca de la mitad de los
cultivos de cereales de EE.UU. correspondían a semillas modificadas
genéticamente de una u otra manera. Por ejemplo el 93% de la soja
cultivada por agricultores estadounidenses en 2013 era modificada
genéticamente para ser tolerante a los herbicidas más fuertes y tóxicos.
El 85% del maíz y el 82% del algodón cultivados son tolerantes a los
herbicidas y el 76% del maíz y el 75% del algodón son cultivos
modificados para resistir a los insectos.
La autores de la investigación pusieron
de relieve que el cultivo de cereales resistentes a los insectos en
general mitiga las pérdidas por insectos, pero los beneficios del uso de
los cereales tolerantes a los herbicidas no son tan evidentes. El mayor
problema es que el uso de semillas resistentes a los herbicidas permite
utilizar productos más fuertes y en mayores cantidades, algo cuyos
efectos negativos potenciales son objeto de preocupación.
Además aún está pendiente una
investigación profunda sobre los impactos económicos y medioambientales
del creciente cultivo de maíz, soja y algodón modificados genéticamente.
Entre otras cuestiones no resueltas, los autores del reporte mencionan
la evolución de la resistencia a los herbicidas de la maleza y
finalmente la aceptación por los consumidores.
El informe añade que en los países
industrializados los consumidores prefieren pagar más por la comida no
modificada genéticamente, pero en los países emergentes la situación es
más compleja. Mientras unos consumidores prefieren la comida modificada
genéticamente incluso si es más costosa que la comida convencional,
otros prefieren pagar más por la comida que no contiene OMG. En este
sentido, la mayoría de los estudios citados por el USDA insiste en que
la mayor cantidad de los que prefieren pagar más por los alimentos no
modificados proviene de la Unión Europea.
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