EE.UU dice no querer enfrentarse a Rusia por crisis ucraniana
El secretario de Estado
norteamericano, John Kerry, expresó este martes que su país no desea
enfrentarse a Rusia como consecuencia de la situación en Ucrania, nación
europea que atraviesa una crisis política y social que llevó a
violentas protestas -con balance cercano al centenar de muertos- y la
posterior destitución del presidente Viktor Yanukovich.
“No es un juego de suma cero, del Oeste
contra el Este, éste no debería ser el caso. No se trata de Rusia o
Estados Unidos o de otras opciones, se trata del pueblo de Ucrania y la
opción de futuro de los ucranianos”, señaló Kerry.
Igualmente, el jefe de la diplomacia
estadounidense sostiene que su Gobierno “quiere trabajar con Rusia, con
otros países, con todas los que están disponibles para asegurar que (la
situación) no se desplome después de este día”.
Durante una conferencia de prensa
conjunta con su par británico, William Hague, Kerry confirmó que
Washington mantiene una posición antagónica a la de Moscú, en referencia
al caso ucraniano. Por un lado, EE.UU. y sus aliados europeos apoyan a
la oposición ucraniana, mientras que Moscú aboga por el depuesto
presidente Víctor Yanukóvich.
Por su parte, el Canciller británico
enfatizó que Ucrania “es un país que necesita asistencia financiera de
varias fuentes, incluyendo Rusia. No se trata de apartarlo de Rusia. Se
trata de permitirles (a los ucranianos) que pueden tomar sus propias
decisiones”.
En ese sentido, Hague adelantó que se
reunirá este miércoles con los líderes del Fondo Monetario Internacional
(FMI), ente que considera es el mejor posicionado para proporcionar el
“apoyo técnico y financiero” inmediato que necesita Ucrania.
En tanto, el ministro de Exteriores
ruso, Serguei Lavrov, lamentó que la oposición ucraniana haya
irrespetado los acuerdos suscritos el pasado viernes, encaminados a una
solución pacífica de la crisis política en el país.
Denunció también que la oposición
promueva nuevas demandas y se coloque al lado de los extremistas armados
y vándalos, cuyas acciones representan una amenaza directa a la
soberanía y el orden institucional de Ucrania.
El presidente Víktor Yanukóvich
consideró un golpe de Estado el curso de los acontecimientos en su país
en las últimas horas, ejecutado por la oposición desde el Parlamento,
tras declarar, entre otras disposiciones, la destitución del gobernante.