“Los extremistas en Venezuela y en Ucrania reciben fondos de una misma fuente”
Las protestas en Venezuela y
Ucrania tienen mucho en común, ya que los extremistas que las agitan
reciben el dinero y apoyo de las mismas fuentes, asegura el analista
político Orlando Labrador.
“En ambos casos, la minoría habla en
nombre de la mayoría. ¿Por qué tienen éxito? Porque son generosamente
financiados desde el extranjero. Los extremistas, tanto en Venezuela
como en Ucrania, viven de las mismas fuentes. La única diferencia entre
los dos países es hasta cuánto han sumergido al país en el caos. En
Ucrania se puede hablar con seguridad de golpe de Estado, mientras que
en Venezuela los manifestantes tratan de desestabilizar la situación”,
explica Labrador a la radio La Voz de Rusia.
¿Quién está detrás?
“Son la Unión Europea y EE.UU. Sus
emisarios se han instalado, literalmente, en Ucrania. Es la misma vieja
táctica: fuertes declaraciones sobre presuntas violaciones de los
derechos humanos y presuntos ataques contra los opositores, amenazas de
sanciones económicas, y ni una sola palabra sobre los cócteles molotov
que ‘la gente oprimida’ lanzaba contra las fuerzas de la seguridad”,
destacó el analista político.
“Su meta principal es llegar lo más
cerca posible a la frontera con Rusia. Sin duda, la OTAN tiene planes de
desplegar armas de defensa de misiles en Ucrania. Y mira el potencial
agrícola de Ucrania. Es un país capaz de alimentar a toda Europa. Y hay
una cosa más: el Mar Negro puede ser rico en petróleo y gas”, afirma
Labrador.
Qué busca Rusia en Ucrania
“Rusia quiere estabilidad y seguridad,
pero eso depende de cómo a su vez se desarrollen los acontecimientos en
Ucrania. Por ahora las cosas han tomado un giro muy negativo. Es
sorprendente la cantidad de propaganda anti-rusa que hay ahora en
Ucrania y cómo Occidente distorsiona los hechos. Uno podría pensar que
han vuelto los tiempos de Guerra Fría. Por supuesto, esto es una
venganza contra Rusia, una venganza por sus éxitos económicos y el temor
a que, junto con China, Rusia, tarde o temprano, represente una fuerte
competencia para los centros a nivel mundial, para EE.UU. y la UE”,
opinó el experto.