FRANCISCO Y EL BIG BANG
[El
“papa” Francisco ha hablado ayer, día 27 de octubre, en un acto tenido
en la Pontificia Academia de las Ciencias, sobre la Creación del mundo,
dando por buena la teoría del Big Bang, pero advirtiendo que “no contradice la intervención de Dios“.
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Afirma que no debe leerse el Génesis como si de un Dios Mago se tratara, que “con una varita mágica hubiera creado todo” pero él afirma “que no fue así”. Él afirma que “Dios creó a los seres”
(aunque no explica cómo se compone esto con la teoría del Big Bang),
sin explicar que clase de seres fueron estos: ¿moléculas, amebas,
caracoles? Y estos dotados de “leyes internas”fueron desarrollándose”.
Yo no sé si esto se limita a ser una explicación de la teoría del Big
Bang, por otra parte muy contestada en nuestros días, o si se adentra
en la teoría del ‘evolucionismo’ pero referida a seres primordiales, o
es la teoría del “diseño inteligente”. La pregunta que surge es si
estas palabras le han sido preparadas por los científicos del
Observatorio Vaticano, cuya jefatura desempeña, a lo que parece, un no
católico, no sé sí masón, nombrado por el “tradicionalista” Benedicto
XVI, o bien si los científicos vaticanos se han llevado las manos a la
cabeza, después de estas palabras de la alocución del papa, que desde
luego infalibles no parecen.
Desde luego, Francisco cada día que pasa se afirma como “un ‘papa’ de
las sorpresas” parafraseando su misma descripción de dios (no el
católico por supuesto ni el Dios Spray, que como ya nos había dicho, no
existen) como el ” dios de las sorpresas”. Pues este dios “golpea de
nuevo” lo que nos induce a pensar que es el mismo Francisco que sale al
conjuro de un dios mago (esta vez sí) de una “caja de sorpresas”.
Les avanzo la noticia que da Ia agencia Reuters. Va seguida de n
comentario de nuestro agudo comentarista y muy documentado en la
teología católica de la creación, versión escotista, Simón del Temple.
Enviado el 28/10/2014 a las 11:07
El papa afirma que teoría del Big Bang y la intervención de Dios no se contradicen
Publicado: 28 oct 2014 | 2:41 GMT Última actualización: 28 oct 2014
El papa afirma que teoría del Big Bang y la intervención de Dios no se contradicen
Publicado: 28 oct 2014 | 2:41 GMT Última actualización: 28 oct 2014
© REUTERS Max Rossi
El papa Francisco afirmó que la teoría científica del Big Bang sobre el origen del Universo “no se contradice con la intervención de Dios, sino que la exige” y que “el principio del mundo no es obra del caos”.
El papa Francisco afirmó que la teoría científica del Big Bang sobre el origen del Universo “no se contradice con la intervención de Dios, sino que la exige” y que “el principio del mundo no es obra del caos”.
“El mundo deriva directamente de un poder supremo creador del amor”,
dijo el papa este lunes durante un evento en la Pontifica Academia de
las Ciencias en el Vaticano, según informa la agencia EFE.
Francisco criticó que cuando se lee en el libro de Génesis cómo fue
el origen del mundo, se piensa “en un Dios mago, que con una varita
mágica ha creado todo, pero no es así”.
“Él creó a los seres y les dejó que se desarrollaran de acuerdo a las
leyes internas que les dio a cada uno, para que evolucionaran, para que
llegaran a su plenitud”, aseguró el Sumo Pontífice, antes de añadir que
“así es como el mundo fue avanzando siglo a siglo, milenio a milenio,
hasta llegar a lo que es hoy”.
Finalmente el papa afirmó que la responsabilidad del científico,
“sobre todo el científico cristiano, es preguntarse sobre el porvenir de
la humanidad y del mundo” para ayudar así a “preparar, preservar y
eliminar los riesgos que puedan existir, tanto naturales como por acción
del ser humano”.
“El científico debe actuar (…) para lograr alcanzar el grado de desarrollo incluido en el diseño del Creador”, concluyó.
Comentario mío: Siempre está presente en cada palabra que sale de la
boca del Embaucador, lo que dice San Juan: “habla como Dragón”. A cada
paso está la ambiguedad. Niega la perfección del Universo creado y con
ello la perfección de Adán, creado según el modelo en la Mente divina
del Verbo Encarnado, pues todo fue creado teniendo como Principio, Medio
y Fin, a Jesucristo, Centro del Universo Creado, por Quien (causa) y
para Quien (fin) fueron creadas las cosas del cielo y de la tierra, que
de no haber mediado el pecado de Adán, igualmente hubiera habido
Encarnación, porque de lo contrario, la creatura más limpia y pura, o
sea la Inmaculada no existiría, es más sería el resultado de un
reacomodamiento del plan divino de la creación trastocado y echado a
perder por la libertad de un hombre, es más Jesucristo existiría a causa
del pecado de Adán y no del Cristocentrismo en la Mente divina.
Jesucristo y Su Madre Inmaculada serían el resultado del pecado y no de
la libérrima Voluntad divina. Por tanto, niega el Impostor que Adán
cuando salió de las manos de Dios era perfecto según la participación en
las perfecciones de Jesucristo, futuro Verbo Encarnado, pero presente
eternamente en los designios divinos de la creación del universo. Por
tanto no fue necesario “dejar que se desarrollaran de acuerdo a la leyes
internas que le dio a cada uno, para que evolucionaran, para que
llegaran a la plenitud” como hereticamente blasfema Bergoglio el
Embaucador, pues Adán fue creado en Gracia, es decir ya tenía “la
plenitud” acabada y perfecta, o sea, la participación gratuita de la
misma vida de Dios en su alma. Era santo. Mayor perfección para un ser
humano no existe.
No es “el científico el que debe actuar (…) para lograr alcanzar el grado de desarrollo incluido en el diseño del Creador”, como dice el Impostor, sino la Iglesia Católica tal como la pensó Jesucristo: “Quien creyere y se bautizare se salvará”. Es a través de la Iglesia, única arca de salvación, que la creatura obtiene los frutos de la Redención, y “puede alcanzar el grado de desarrollo” que la Providencia divina le tiene asignado, según los méritos del Verbo Encarnado. Ningún científico puede obtener -en cuanto tal- que el hombre alcance “la estatura de Cristo”, y es imposible que sin subordinar su cabeza a la Teología, la reina de las ciencias, pueda ni siquiera vislumbrar “el diseño del Creador”.
Por todo lo cual, concluímos que el Embaucador no para de engañar, es digno siervo de la Serpiente.
No es “el científico el que debe actuar (…) para lograr alcanzar el grado de desarrollo incluido en el diseño del Creador”, como dice el Impostor, sino la Iglesia Católica tal como la pensó Jesucristo: “Quien creyere y se bautizare se salvará”. Es a través de la Iglesia, única arca de salvación, que la creatura obtiene los frutos de la Redención, y “puede alcanzar el grado de desarrollo” que la Providencia divina le tiene asignado, según los méritos del Verbo Encarnado. Ningún científico puede obtener -en cuanto tal- que el hombre alcance “la estatura de Cristo”, y es imposible que sin subordinar su cabeza a la Teología, la reina de las ciencias, pueda ni siquiera vislumbrar “el diseño del Creador”.
Por todo lo cual, concluímos que el Embaucador no para de engañar, es digno siervo de la Serpiente.