“Resulta
harto difícil determinar por dónde pasa la frontera entre una verdadera
soberanía, capaz de subyugarlo todo, de crear un mundo o destruirlo, una
soberanía viva, grande, aunque a veces sea terrible, y la apariencia del poder,
la pantomima vacía de su ejercicio, cuando un monarca se convierte en mero
espectador de sí mismo, cuando sólo juega el papel de rey, pendiente únicamente
de su actuación, sin ver ni oír lo que sucede a su alrededor. Más difícil aún
resulta delimitar el momento en que se produce el paso de la omnipotencia a la
impotencia, de la buena fortuna a la adversidad, de lo brillante a lo
enmohecido”. Ryszard Kapuścińki
En la
industria del perfume, lo más cotizado es “la nariz”, es decir, aquellas
personas que, por su desarrollado olfato, son capaces de mezclar las más
distintas materias primas –flores, frutas, maderas, etc.- hasta conseguir la
fórmula que garantice el éxito de la nueva fragancia. Entre nosotros, hay
quienes tienen ese sentido mucho más sensible aún: los “barones” del Conurbano y
los gobernadores peronistas, que utilizan las suyas como alerta temprana para
cambiar sus lealtades en la puerta del cementerio en el cual el líder de turno
será enterrado.
Sólo
hay en el mundo una especie que supera a todo lo conocido en la materia: los
jueces argentinos, sobre todo los del fuero Criminal Federal. Como siempre he
sostenido, éstos nunca se venden; sólo se alquilan a quien ocupa, en cada
momento, la Casa Rosada. Desde este ángulo, resulta por supuesto llamativo que
la Cámara de Apelaciones, que ha ratificado sentencias absurdas cuando los
fallos atendían a las necesidades de los Kirchner, haya cambiado de proceder y
haya convalidado, días atrás, las pruebas colectadas contra Guita-rrita, que servirán para meterlo
preso y dejarlo otra vez pobre cuando deba abandonar la Vicepresidencia de la
República. En el mismo sentido, la condena a Felisa Miceli, tan protegida por
doña Hebe Bonafini, también marca un hito, y la Corte Suprema, por su parte, ha
enterrado todas las posibilidades de Sanatella de hacerse de una rápida
victoria en el tema Clarín. Evidentemente, algo está cambiando en la Justicia, y
nuestra inefable “abogada exitosa” está comenzando a preocuparse.
El
abismo al cual nos está llevando la señora Presidente está cada vez más cerca, y
el Poder Ejecutivo continuará avanzando a paso redoblado hacia el precipicio
aprovechando el receso judicial y legislativo. La intimación a la Sociedad Rural Argentina
a desalojar el predio de Palermo antes del día 20 es, precisamente, un
estropicio que confirma ese aserto. Tal vez olvidan los personeros –en especial,
el indescriptible Luis D’Elía- que la entidad pedirá la habilitación de la
feria, apelará el fallo que le negó la medida cautelar y, con alta probabilidad,
obtenga esa protección, convirtiendo al 20E en un nuevo 7D, el desembarco que no
fue.
Antes
de esa fecha, otro hito de esta absurda épica cristinista se dará el 9, cuando
arribe al puerto de Mar del Plata la fragata “Libertad”; será presentada como
una epopeya libertadora lo que fue, en realidad, la peor humillación de la
bandera nacional, sin que los reales culpables de la misma hayan sido expuestos
y sancionados. Será un día complicado, porque se verán allí las caras los
militantes convocados –y rentados- por el Gobierno con los espontáneos que están
siendo llamados por las redes sociales a expresar su repudio, reeditando el
8N.
Doña
Cristina comenzará este nuevo año sentada sobre un polvorín y rodeada sólo de
sus incondicionales, es decir, por los dos sectores que la necesitan
imperiosamente para sobrevivir. Uno es la pata ideológica, encabezada por el Chino Zanini e integrada por tipos como
Parrilli, el Matón Kunkel, el Pendeviejo Kiciloff, el barbado Pérsico,
Milagro Sala y algunos otros que, como diría Jorge Asís, caben en la Kombi, aún
cuando puedan seguirla algunos militantes aguerridos; esos son los que, en los
70’s y empuñando las armas, intentaron cambiar la Argentina para transformarla
en Cuba. Se les ha ido la vida en ese proyecto, se han jugado mucho por él, por
primera vez han llegado al Gobierno y, con seguridad, harán lo que sea, todo,
para no perder el poder.
La otra
es la pata ladrona. Conformada por impresentables como Guita-rrita Boudou, el joven Recalde y
tantos otros nuevos vecinos de Puerto Madero, que han lucrado sin vergüenza
durante estos años; a ellos se suman, obviamente, los empresarios amigos del
kirchnerismo y de la ajeno, como Cristóbal López, el ahora descartado Rudy Ulloa
Igor, Lázaro Báez, los dueños de Electroingeniería, Spolsky, Moneta, Manzano,
Vila, Garfunkel y muchos más que han conseguido, al calor oficial, convertirse
en dueños del país a través de sus empresas. Tampoco éstos estarán dispuestos a
que la viuda de don Néstor (q.e.p.d.) abandone el poder, pues perderán ipso facto la fortuna y la
libertad.
Pero
esas patas tienen un problema básico y esencial: no suman votos. Y nuestra
egregia Presidente se ha ocupado de pelearse con quienes la auparon nuevamente
al sillón de Rivadavia. Se han ido, para no volver, las clases medias urbanas y
rurales, las fuerzas armadas y de seguridad, los sindicatos, la Iglesia, la
AMIA, muchas organizaciones verdaderamente sociales, los que viven en la pobreza
y la miseria, el campo, los partidos políticos aliados y, más recientemente, el
propio PJ, acusado hoy de todos los males. En este último punto, sería
interesantísimo que doña Cristina expusiera ante la Justicia quiénes fueron,
concretamente, los que complotaron para derrocar a Alfonsín y a De la Rúa, como
aseguró saber desde su insoportable atril, que olvidó por unos días cuando los
saqueos produjeron cuatro muertos en Rosario.
Una
fuente muy bien informada me contó que, mientras se encontraba en Bariloche con
400 gendarmes para controlar los saqueos, Super Berni llamó al Ministro de
Seguridad porteño para informarle que había dado instrucciones a la Policía
Federal de ponerse a las órdenes de éste si esos episodios se replicaban en la
ciudad de Buenos Aires sin darle tiempo a regresar; en el diálogo, el
funcionario nacional habría deslizado una terrible confesión –“Se nos fue de las manos”- que confirmaría
la autoría intelectual del proceder de los primarios vándalos.
La
inseguridad, al tope de las preocupaciones ciudadanas según todas las encuestas,
seguirá en alza, sin que el Poder Ejecutivo, afectado por la torpeza, la
inexistente gestión y la ideología, acierte con una solución; será difícil que
la encuentre, desde que ha preferido ignorar –o ser cómplice- del inusitado
tráfico de drogas y blanqueo de capitales que se está dando en nuestro país.
En el
camino hacia octubre, cuando será enterrado definitivamente el sueño
reeleccionista, deberá enfrentar nuestra soñada arquitecta egipcia algunas
dificultades económicas serias. En febrero, será el turno del Juez Griesa y de
la Corte de Apelaciones de Nueva York, que deberán fallar en el tema de los holdouts (curiosamente, y pese a su
negativa pública a reabrir el canje, la ocupante de la Casa Rosada nada dijo
cuando la Argentina ofreció el Día de los Inocentes esa posibilidad).
La
energía traerá su importantísima cuota de problemas, ya que será necesario
dedicar a su importación todos los dólares que genere la soja, que serán menos
que los esperados; si se produjeran problemas en Medio Oriente –y la casi segura
reelección de Benjamín Netanyahu en Israel puede ser definitoria en la materia-
el precio del petróleo ascenderá a las estrellas, complicando aún más la vida de
doña Cristina.
En un
año electoral, como éste que iniciamos, las posibilidades de que Sonrisa Marcó del Pont emita a un ritmo
menor al 40% registrado en el que se fue son más que remotas. Con la economía
aún trabada, también la inflación estará instalada en un cohete interestelar. Y
el crecimiento menor al esperado de Brasil, habitual tractor de nuestra
economía, complicará aún más el panorama.
Pero,
tal vez, el peor problema de Cristina Fernández Wilhem de Kirchner sean sus
padecimientos físicos y neurológicos; al respecto, algunos médicos han afirmado
que padece una rara enfermedad, el mal de Pisk, perfectamente descripto en la
web y cuyos síntomas se adecúan como un guante a la imagen que la señora
Presidente proyecta.
En fin;
nada será fácil en este 2013 recién estrenado. Sólo nos resta organizarnos para
impedir que pueda concretarse una reforma constitucional que, dado el triste
panorama que aún presenta el arco opositor, permita prolongar la ya artificial
vida de este “modelo” que tanto nos ha costado. El resto correrá por cuenta del
propio cristinismo, que siempre opta por los tiros en el propio
pie.
Bs.As.,
2 Ene 13
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. +54 (11) 4807 4401/02
Abogado
Tel. +54 (11) 4807 4401/02