Los gallegos ya decidimos: no queremos que nos gobiernen los totalitarios del BNG
Este domingo el nacionalismo gallego volvió a exhibir su
condición de mero imitador del nacionalismo catalán, convocando a sus
acólitos a una manifestación en la que reclamó la “soberanía”. Personalmente me pregunto qué entienden por soberanía unos
totalitarios que niegan a los gallegos derechos tan elementales como el
de elegir el idioma de escolarización de sus hijos o la lengua en la
que desean hacer sus negocios.
Tras años atacando nuestras libertades, el BNG invoca el ‘derecho de Galicia a decidir’
El BNG se niega a condenar a Resistencia Galega en 58 localidades y el PSOE en 24
AGE y el BNG apoyan a los violentos que agredieron a la Policía y a Galicia Bilingüe
El BNG y sus peligrosa condescendencia con el nacionalismo violento
Son los mismos totalitarios que el año pasado salían en apoyo de los violentos que agredieron a manifestantes de Galicia Bilingüe en 2009 y que esta semana negaban que haya terrorismo en Galicia
horas después de que una sentencia judicial constante -una vez más- que
sí lo hay y, para más señas, que es terrorismo de signo nacionalista.
Lejos de disimular, hoy en la manifestación del BNG se han exhibido apoyos a los terroristas recién condenados.
Condenas que se han dictado, hay que recordarlo, por delitos como el de
posesión de explosivos y pertenencia a banda terrorista. Con esta
actitud de condescendencia hacia los nacionalistas violentos, ¿qué esperan obtener estos radicales en una Galicia plagada de sentidiño, sino el rechazo de la amplia mayoría de los gallegos, que somos demócratas y gente pacífica?
Los bloqueiros se quitan el disfraz de moderación que les hizo ganar votos
Hay que recordar que el BNG empezó su andadura en los 80 de
la mano de Herri Batasuna, y luego se fue poniendo la careta de moderado
con el fin de captar votos. La cosa no le salió del todo mal:
de un 4,23% de los votos y sólo 1 escaño en las elecciones gallegas de
1985, ese disfraz le sirvió al Bloque para llegar al 25,11% de los votos
y 18 escaños en 1997, cuando se convirtió en segunda fuerza. Seis años
después sus aliados del PSOE les catapultaban al poder, entregando al
BNG la vicepresidencia de la Xunta de Galicia y varias consejerías. Fue
entonces, con el Bloque en el gobierno, cuando muchos gallegos vieron,
por fin, qué era en realidad el BNG: una formación extremista y
liberticida, que no tiene reparos en apoyar a dictaduras como la cubana,
y que está dispuesta a pasar como una apisonadora por encima de los
derechos y libertades de los gallegos para imponernos lo que el BNG cree
que debería ser Galicia. Una tierra que el Bloque es incapaz de
concebir como la mayoría de los gallegos, que sabemos convivir con dos
lenguas, con distintas formas de pensar y, ante todo, sin renunciar a
nuestra condición de españoles, algo que no soportan ciertos fanáticos
que tienen el odio a España por bandera.
El primer movimiento separatista que se descalabra en España
Tras el paso del BNG por el poder, en 2009 los gallegos
demostraron lo hartos que se habían quedado de esos fanáticos: sólo
obtuvieron un 16,28% de los votos y 12 escaños. En las elecciones gallegas de 2012 la cosa les fue aún peor: un 10,16% de los votos y 7 escaños. Es la primera vez que una comunidad española ve descalabrarse de esta forma a un movimiento separatista,
algo que me parece digno de celebración, porque tener en el poder a
esos fans de Fidel Castro supone retroceder el libertades, igual que han
retrocedido en Cataluña, en el País Vasco y en Baleares de la mano de
los nacionalistas. Los gallegos ya hemos decidido repetidas veces que no queremos ser gobernados por los fanáticos del BNG.
Que éstos vengan ahora a hablarnos de “soberanía” suena a chiste malo.
Los gallegos somos soberanos por cuanto somos españoles y nuestra soberanía radica precisamente en nuestra españolidad.
La mayoría de los gallegos nos sentimos españoles: el BNG odia a España
Galicia, como comunidad española, disfruta de una vida en democracia
de la que doy por seguro que careceríamos si fuésemos una república
comunista al estilo de las que les gustan a los totalitarios de la
estrella roja y el puño en alto. La única alternativa que parece tener el BNG para llegar al poder es precisamente a costa de la voluntad de los gallegos,
que en todas las convocatorias electorales hemos mostrado un rechazo
muy mayoritario hacia esos extremistas. Dicho sea a modo de resumen: el Bloque no representa a los gallegos. Los gallegos somos y queremos ser españoles,
como hemos demostrado por activa y por pasiva. Así que agradezco a
ciertos medios que cuando se refieran a las manifestaciones y exigencias
de esos nacionalistas totalitarios, no lo hagan poniendo a Galicia como
sujeto de sus tesis ideológicas. Galicia no es el BNG: Galicia es todo lo contrario de aquello a lo que aspira el Bloque.
