A 1 año del inicio del declive (13-S), el kirchnerismo descafeinado no
frena la caída
Muy tarde han recordado los del Frente para la Victoria que en las
elecciones 2013 ya no hay marketing del luto ni otras necrofilias. Muy
tarde han recordado que los votos hay que ganarlos. Muy tarde han
recordado que desde diciembre dee 2011 venían perdiendo voluntad
popular. Ahora, ellos intentan recuperar el tiempo perdido, con Cristina
Fernández de Kirchner al frente pero ni el prestigio de su líder es el
de otrora, ni la credulidad de los electores puede volver a engañarse.
Para muchos, todo comenzó el 13-S, y en un homenaje a todos aquellos
artífices de la pacífica rebeldía, Claudio Chiaruttini arrancó su
editorial dominical por Radio El Mundo:
A 42 días de las elecciones legislativas, los esfuerzos de Cristina
Fernández por revertir lo que anticipan las encuestas parece una tarea
compleja y todos intentos realizados, han fracasado. Tal como un barco
que no puede cambiar su rumbo para evitar un choque, el Gobierno se
encamina a una derrota electoral. Sin embargo, de algo pueden estar
seguros: no falló el relato, sino la acción política. AFP PHOTO/Aizar
RALDES.
por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
. El 13 de Septiembre de 2012, más de 1 millón de personas salieron de
sus casas, abarrotaron los alrededores del Obelisco y produjeron una de
las movilizaciones sociales más grandes de la historia argentina. Cuando
la inmensa columna que avanzaba por la Avenida Santa Fe ingresó a la
avenida 9 de Julio (por entonces sin Metrobus,más ancha), el golpe para
el Gobierno fue demoledor, nunca más pudo recuperar la iniciativa
política y la sensación de que es posible derrotar al kirchnerismo y
poner fin del ciclo cristinista se hizo realidad.
Desde entonces, la Casa Rosada ha intentado una y mil veces evitar la
sensación de derrota, de fin de ciclo; pero la aparición de Sergio
Massa, como emergente de un proyecto opositor que germina dentro del
peronismo, sólo sembró de mayor incertidumbre al Gobierno. Así, en las
urnas, el intendente de Tigre, junto con Hermes Binner en Santa Fe,
Julio Cleto Cobos en Mendoza, y Juan Carlos Schiaretti, entre otros,
corporizaron en las urnas del domingo 11/08 el rechazo a Cristina
Fernández de parte de más 70% de la población.
Desde que Néstor Kirchner asumió en 2003, la administración kirchnerista
funciona como compartimientos estancos. Ese proceso se profundizó con
el ingreso de Cristina Fernández y creció aún más desde la derrota de
electoral de Julio. Para intentar revertir el resultado de las
elecciones de Octubre que preven las encuestas, se lanzó el
“kirchnerismo light”, el “kirchnerismo descafeinado”, el “kirchnerismo
bajas calorías” que intenta evitar lo inevitable.
Sin embargo, en vez de convencer votantes para que regresen a los brazos
cristinista, la estrategia electoral profundiza las incoherencias
inherentes al kirchnerismo y lo hace cometer graves errores que
confirman que no existe un catecismo ideológico que defender en la
decadencia, sólo es instrumentalismo barato para crear y retener poder.
El cristinismo progre tiembla ante esta revelación. Que el primer
candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria, Martín
Insaurralde, insista con la baja de la imputabilidad de los menores; y
la elección del ex Intendente de Ezeiza, Alejandro Granados (padre),
como nuevo hombre fuerte de la seguridad en la Provincia de Buenos Aires
hacen olvidar tantas demostraciones de fe, tanto perdón de denuncias de
corrupción, y tantos espacios de poder (y caja) ganados en estos años.
Las organizaciones de derechos humanos fueron un blindaje contra las
denuncias de corrupción que inundaron al kirchnerismo. Hoy, se han
convertido en un chaleco de fuerza para la Casa Rosada, que limita el
proceso de reperonización que requiere Cristina Fernández para evitar
una catástrofe electoral en la Provincia de Buenos Aires que termine por
sepultar las fantasías de permanencia que unos pocos tienen en el
Gobierno.
Si bien Cristina Fernández comenzó a separar su imagen de Martín
Insaurralde para no compartir los efectos de su derrota, ella no quiere
abandonarlo a la horda de cristinistas progres que lo atacaron cuando él
lanzó su propuesta de bajar la edad de imputabilidad para los menores
de edad que delinquen. Por eso ella envió al Jefe de Gabinetede
Ministros de la Nación, Juan Manuel Abal Medina (hijo), para rescatar el
debate lanzado por el candidato oficialista y que no se derrumbara en
las encuestas. Pero el hijo homónimo de Juan Manuel Abal Medina (padre)
carece de peso e importancia, y menos sin Nilda Garré en el equipo de
Cristina.
Para la Casa Rosada, la elección de Alejandro Granados (padre) por parte
de Daniel Scioli es un guiño hacia los Barones del Conurbano, claves
para evitar que los pases a Sergio Massa sean masivos y que el peronismo
avance en un proceso de independencia respecto del Frente para la
Victoria. Además, su estrategia para combatir la inseguridad (el viejo
sistema de cuadrícula, creado por el ex intendente de Almirante Brown,
Jorge Villaverde), termina por ser previsible y suele generar excelentes
oportunidades para que actúen los delincuentes que se aprenden los
horarios de recorrido de los patrulleros.
Hoy, Sergio Massa está polarizando el foco opositor. Con una campaña
electoral de muy baja intensidad en lo público (muy intensa en lo
privado), él refuerza su presencia en los distritos donde no tuvo los
resultados esperados, espera los llamados/visitas de todo referente
peronista y, con un excelente manejo político, ya se muestra como la
2da. fuerza política más importante en el Legislativo bonaerense,
condicionando los próximos 2 años de Daniel Scioli, y resultando una
amenaza potencial creciente en el Congreso Nacional.
Frente a estos resultados, la Casa Rosada sólo apuesta a retener los
votos obtenidos el 11/08. Si bien algunas medidas buscan volver a
seducir a ciertos nichos electorales (por ejemplo, el ajuste del Mínimo
no Imponible), las encuestas que circulan en los despachos oficiales
muestran que 70% de los votantes saben que son medidas electoralistas y
que 80% no cambiará su voto en las PASO.
Para peor, las encuestas aseguran que del 20% que podría cambiar su voto
del 11/08, más de la mitad se iría detrás de Sergio Massa, lo que
implica que, con sus medidas improvisadas, la Casa Rosada le está
haciendo la campaña al intendente de Tigre. Sin duda, el Frente para la
Victoria está cometiendo uno de los mayores errores políticos que se han
visto en 10 años de kirchnerismo.
La etapa de cristinismo light también incluyó una entrevista televisiva
amañada, complaciente y menor que concedió Cristina Fernández a través
de la televisión estatal (¿por qué se la llama “televisión pública”
cuando no es de la gente, ni de los ciudadanos, sino que su programación
es monopolizada por el Frente para la Victoria?), el 1er. reportaje que
ella aceptó luego de 4 años y uno de los pocos concedidos en casi 6
años en el poder (salvo las 2 o 3 iniciales, las restantes siempre
fueron ante circunstancias apremiantes para la Presidente de la Nación).
No ocurrieron novedades durante la entrevista. Fueron las mismas
palabras, las mismas afirmaciones, el mismo relato que ya no alcanzó
para seducir votantes el 11/08. ¿Por qué lo harán ahora, en Septiembre?
Existe una discusión entre los politólogos y sociólogos, ¿es el relato
el que condiciona los hechos o son los hechos los que permiten
estructurar el relato? Quizás una respuesta la encontremos en el
insólito proyecto de Presupuesto 2014 presentado durante la semana que
pasó.
Siguiendo las enseñanzas de Néstor Kirchner y de Roberto Lavagna (que no
lo olvide Sergio Massa), el proyecto que ingresó al Congreso pronostica
un dólar irreal, un crecimiento exagerado, un gasto subestimado, una
inflación que sigue siendo dibujada y una perspectiva de nivel de
inversión privada increíble. Pero nada dice del excedente recaudador que
tendrá la Casa Rosada el año que viene y que podría superar los
$100.000 millones.
El proyecto de Presupuesto 2014 anticipa un déficit fiscal para este año
de casi $47.000 millones, algo que no fue anticipado cuando el Congreso
aprobó el Presupuesto 2013. Pero hace 1 año, tampoco figuraba en el
Presupuesto la estatización de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento, ni
la actualización del Mínimo no Imponible, ni la emisión de los Cedines y
BAADEs, ni el blanqueo fiscal, ni otra decena de medidas económicas
tomadas a las apurados, improvisando.
Los presupuestos kirchneristas muestran un país que no existe, que tiene
un Poder Ejecutivo que actúa en forma cortoplacista y que inventa
supuestas soluciones que se convierten en fracasos rotundo y dañan a la
gestión. Entonces, no hay relato que aguante.
Y por fin llegamos a la respuesta que buscábamos: por más entrevistas
que otorgue Cristina Fernández, ya sea con medios oficialistas u
opositores, con periodistas “militontos” o miembros de la “corpo”, no
importa, son los hechos que produce la gestión kirchnerista los que
destrozan el relato, una y otra vez. Así, la derrota electoral del 11/08
no es por lo que se dijo, sino por lo que se hizo mal todos estos años.
Pero no sólo los resultados electorales son efectos de los actos de
gobierno y errores cometidos en estos años, los deseos de independencia
que cruzan al peronismo son fruto del ahogo y abuso que produjo el
kirchnerismo en su proceso de colonización del partido fundado por Juan
Domingo Perón. La rebelión, se viene incubando desde hace años.
Sin embargo, salvo el caso de Sergio Massa, una veintena de intendentes
bonaerenses y gobernadores tales como Daniel Peralta, de Santa Cruz; o
José Manuel de la Sota, pocos pueden animarse a afrontar los costos y
las consecuencias de una ruptura por la dependencia económica y
financiera que tienen de la Casa Rosada. Hasta Daniel Scioli blanqueó
que su sometimiento voluntario a los planes y deseos de la Presidente
de la Nación se deben a la necesitad de aportes gubernamentales para
pagar sueldos y aguinaldos.
Por eso el Presupuesto 2014 no prevé la renegociación de deudas que las
provincias tienen con la Nación, pese a que vence el Programa de
Financiamiento Ordenado que permitió a 16 provincias renegociar sus
pasivos. Sin una extensión del programa, ese grupo deberá cancelar
$65.000 millones que vencen a partir de enero.
La Casa Rosada, en conversaciones privadas, reconoció que no habrá una
refinanciación masiva, sino caso por caso, negociándose con cada
gobernador face to face. Sin duda, la mejor forma que tiene la Casa
Rosada para mantener sometido al grupo y neutralizar cualquier intento
de resucitar al Partido Justicialista o como se llame lo que viene
después.
Hace 2 semanas, Daniel Scioli pretendió resucitar el Consejo Nacional
del Partido Justicialista, que él preside desde la muerte de Néstor
Kirchner, y Cristina Fernández le ordenó congelar el intento. En La
Plata se rumoreó que el gobernador de Buenos Aires quería darle vida al
viejo partido y lanzar un proyecto electoral independiente del Frente
para la Victoria en el 2015. Eso no implicaba romper la alianza con la
Casa Rosada, sino sacar el peronismo de las manos del kirchnerismo. Pero
no se pudo.
A 42 días de las elecciones legislativas, los esfuerzos de Cristina
Fernández por revertir lo que anticipan las encuestas parece una tarea
compleja y todos intentos realizados, han fracasado. Tal como un barco
que no puede cambiar su rumbo para evitar un choque, el Gobierno se
encamina a una derrota electoral. Sin embargo, de algo pueden estar
seguros: no falló el relato, sino la acción política. Tal como se ha
dicho, ningún relato se puede sostener sin las medidas correctas tomadas
en el momento oportuno. Y ya se sabe: los atenienses decían que la
oportunidad es calva...

