De las primeras no voy a hablar, habida cuenta que todo el
mundo sabe, se trata de una exitosa obra de teatro de Arthur Miller, estrenada
allá por el 1952.
En nuestro caso particular, y en cuanto a las que ya han
entrado, repare en se las han ingeniado lo más bien como para hacernos pelota.
Por supuesto que la cita tiene que ver con Doña Isabel Martínez de Perón, y
Cristina Fernández de Kirchner, ésta última todavía con dos años por delante, y
unos cuanto más por detrás. Pero, y como para que las sobrevivientes del sexo
femenino no se sientan atacadas, cabe recordar que ambas, fueron diseñadas y
promovidas a la condición de Primeros Mandatarios, por Juan Domingo Perón y
Néstor Carlos Kirchner (q.e.p.d. ambos). En éste caso no puedo hablar de
sobrevivientes del sexo masculino, sino de aquellos que supuestamente hicieron
honor a él, características e intenciones al margen.
Lo de “sobrevivientes” para uno y otro sexo, es también una
obviedad que entiendo me exime de cualquiera explicación. Hoy por hoy, las
lesbianas y los gays, otrora denominados “tortilleras” y “putos” se multiplican
sin solución de continuidad, y todos, al son de la banda dirigida por algún o
algunos terribles hijos de puta, vamos camino al nacimiento del tercer sexo,
que es lo mismo, para los cristianos, que cagarse en Dios y en la Virgen.
Me voy; me voy en el relato fiel a mi costumbre, no obstante
el receso que suponía me iba a permitir ser más preciso, sin andarme con chicanas.
Como excusa solo puedo recurrir a la faltas de timing.
La definición de “chicana”, según el lunfardo argentino,
tiene que ver con el enredo, la mentira, el embrollo, el sofisma, y hasta la
adulteración maliciosa de la verdad. También la palabrita, tiene que ver con el
“subterfugio” en trámites judiciales para alargar el pleito, y el abuso de formalidades judiciales de mala fe. De lo
último, cualquiera lector podrá recurrir al Dr. Miguel Angel Pierri, quien de esto
sabe un rato largo. En lo personal, solo asumo la definición, en cuanto tiene
que ver con el “enredo”. Ocurre que modestia aparte, me sé un bien parido, a quien
no anima otra intención que la de llegar a Ud., con características propias.
Chass graciasss.
Hablar de isabelita resulta por demás extemporáneo, de modo
que no lo voy a hacer. Sí en cambio le voy a dedicar mi atención a “la Cristina”,
quien como ya le dijera y como si fuera poco, cuenta por delante con dos año de
gestión, a la que el lector podrá denominar de la manera que le quede más cómoda,
por sobre todo teniendo en cuenta “como le vá”, sin tener en cuenta la vida y
muerte del semejante – léase inseguridad, hoy asumida como tal sin anteponerle
el sustantivo femenino “sensación” -.
Pero veamos. A una bruja, habitualmente se le asocia con la
lechuza, como para no adentrarme en definiciones y conceptos que ni Ud., ni yo
estamos en capacidad de interpretar. La lechuza, no obstante, es un animalito
de Dios que poco jode así se le atribuyan responsabilidades propias de la
superchería. ¡Mire si una lechuza puede llegar a tener la facultad de provocar una
desgracia!. Y acá es donde la cosa se encarajina un poco, motivo por el cual el
pido me preste debida atención. La brujería y la superchería, sí son afines,
¿comprende?. Y la primera definición que nos ofrecen el diccionario respecto a
la superchería, es: “engaño que se hace para sacar provecho o beneficio,
especialmente si se perjudica a una persona o grupo de personas”. Ahora dígame
una cosa…¿acaso no la empieza a asociar con La Señora?. Sea honesto; póngase
una mano en el corazón y deje de tocarse con ella los genitales…¡¿la empieza a
asociar o no la empieza a asociar?!. ¡Vió!. Le recuerdo además, que
Superchería, es el nombre de un grupo musical de rock alternativo (???), de la
Ciudad de Buenos Aires, formada a principios del 2007. Y Ud., me podrá decir
que se trata de una simple casualidad el que La Señora haya asumido en ese
mismo año…¡ahora me dice que no cree en brujas, pero que las hay, las hay!. ¿Por
qué no se deja de joder con frases hechas, recontra hechas, viejas y pelotudas,
y asume la realidad tal cual se presenta?. ¡Como Ud., sistemáticamente se
niega, la corto acá, no sin antes decirle que como viene la mano, en dos años
más, no quedarán vestigios suyos ni míos.
Ricardo Jorge Pareja