EE.UU.: Una serie de 20 terremotos en un día desconcierta a los sismólogos
Los científicos del Servicio
Geológico de EE.UU. intentan averiguar la causa de una serie de 20
terremotos ocurridos el 15 de febrero cuyo epicentro se situó a 70
kilómetros de la capital de Oklahoma, un estado donde este fenómeno poco
frecuente.
Los habitantes de Oklahoma estuvieron
aturdidos durante una semana después de que una serie de 20 terremotos
de 3,5 de magnitud sacudiera la parte central del estado el sábado. En
temblor se notó también en las zonas septentrionales de la capital del
estado, Oklahoma City, donde estuvo acompañado de estruendosos sonidos
parecidos a explosiones, según afirman los ciudadanos.
“Fue como el estallido de una bomba.
Luego una temblor sacudió mi casa”, cuenta Nancy York, residente del
condado de Logan, que experimentó 8 sismos en un día.
Aunque los sismólogos todavía no tienen
ninguna respuesta certera, especulan que los sismos podrían tener una
explicación geológica: “Hay muchas fallas preexistentes en Oklahoma”,
asevera el sismólogo Austin Holland citado por MailOnline. De todos
modos, la zona ha sido escenario de muy poca actividad sísmica hasta
ahora, por lo que no se sabe a ciencia cierta por qué los temblores se
han vuelto tan frecuentes últimamente.
Otra de las causas sobre las que
especulan los sismólogos es la elevación del nivel de las aguas del lago
Liberty, donde se detectó el epicentro de la actividad sísmica el
sábado. Una tercera teoría sobre el origen de los temblores apunta a
algunos polémicos proyectos de fracturamiento hidráulico (‘fracking’) en
la zona, que mandan grandes cantidades de agua, arena y productos
químicos al subsuelo.
Lo que es cierto es que los temblores
siguen intensificándose. Desde 1975 hasta 2008 el estado fue escenario
de unos pocos sismos de magnitud 3 o superior. Pero el promedio aumentó
hasta 40 terremotos anuales desde 2009 hasta 2013, afirman sismólogos
del Servicio Geológico de los Estados Unidos en su estudio.
El terremoto más fuerte que ha sacudido
Oklahoma tuvo una magnitud de 5,6. Ocurrió en otoño de 2011 cerca de la
localidad de Prague y causó daños en 200 edificios.
Los últimos temblores afortunadamente
tuvieron consecuencias mínimas: nadie resultó muerto, ni se sufrieron
serios daños materiales.