Confirmado nuestro anticipo: se perdieron 2852 millones de dólares en enero
Pero preocupa la ristra de chorizos.
El sábado pasado anticipamos en esta columna
que las reservas del Banco Central habían estado bastante por debajo de
los 28.100 millones de dólares que informó la entidad el viernes
pasado. Dijimos entonces que, a diferencia del anuncio del Central de
que se fueron 2499 millones de reservas, se perdieron 2700 millones.
Ayer se confirmó que finalmente en enero del 2014 el BCRA se desprendió
de 2852 millones de dólares, 152 millones más de lo que anticipamos, Y
ayer, al igual que el lunes, se fueron más de 90 millones con feriado
virtual, porque no se aprueba ninguna importación y los dólares se van
por pagos de energía del año pasado, que Mercedes Marcó del Pont pasó
para enero, febrero y marzo.
Nada de aceptar la realidad
También dijimos que la máxima autoridad monetaria ajusta dos días
después el verdadero estado de reservas y ayer pasaron a tres días
después, como informó en la edición de Ámbito Financiero el
periodista Ignacio Olivera Doll, y tan es así que ayer se supo que las
reservas quedaron en 27.908 millones, a los cuales hay que restarles
otros 448 millones de dólares. De modo que, si autorizan el pago de
importaciones el jueves y viernes, las reservas bajarán de los 27.000
millones de dólares, pero se estima que seguirá indefinidamente el cuasi
feriado cambiario durante toda esta semana. El problema es que ningún
exportador, no sólo los productores agropecuarios sino el que exporta
cualquier tipo de mercadería, quiere vender sus divisas, porque espera
una devaluación mayor, como lo anticipó el Wall Street Journal,
el diario financiero más importante de los Estados Unidos, al revés de
lo que piensan Jorge Capitanich y Alex Kicillof, que piensan que el tipo
de cambio de 8 pesos es de convergencia. Si fuera así, no habría
motivos para que todos los días nadie liquide dólares y se vayan 200
millones por día. De ahí que de miércoles a viernes de la semana pasada
se postergaron los pagos de importaciones y desde este lunes, como
dijimos, rige un virtual feriado cambiario en el mercado mayorista
oficial. O sea, en donde se transa el dólar de $ 8, mientras en el
contado con liqui -que la presidente criticó ayer con dureza- se mueven
muchos millones. Esto es, con pesos se compran acciones en bonos para
que se depositen en una cuenta en el exterior, índice de la desconfianza
en el gobierno.
Ayer reapareció la presidente en la Casa Rosada, en donde anunció un
módico aumento del 11% para los jubilados para que lo cobren en los
primeros días de abril, cuando ya se lo habrá comido la inflación, ya
que se prevé entre un 10 y 12% de inflación en el primer trimestre. Pero
lo más grave es que en su discurso demostró su negacionismo persistente
de la realidad al señalar que todo anda fenómeno y hablar del aumento
del empleo en los últimos años, de los beneficios sociales. Pero no
habló de la inflación, del aumento de la inseguridad, y sí se refirió al
aumento del dólar, que no se debe trasladar a los precios, lo cual está
probado que siempre ocurre. Y además, la emisión monetaria espuria
desata una inflación mayor, pero es posible que la presidente sea
informada por Kicillof, quien tiene en claro que la situación es muy
complicada y seguramente se lo dijo a Cristina pero ella, en su discurso
de tono enojado, le enrostró a la sociedad todo lo bueno que hizo el
gobierno en estos diez años y que la dirigencia sindical y empresaria y
el pueblo en general no valora. Y varias veces aludió a una tapa de Página 12
donde unos pobres misioneros comían una ristra de chorizos mientras la
mayoría de los argentinos trabajadores pueden comprar dólares por la
política económica del modelo, mientras esos desamparados aparentemente
sólo comen chorizos.