martes, 18 de febrero de 2014

ESTOY HARTO DE MENTIRAS

Estoy harto de mentiras

febrero 18, 2014
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relato k en ruinas
No hay duda alguna de que la capacidad de asombro de los argentinos es puesta a prueba en forma constante. Y si cada vez que uno cree haber llegado al límite supusiera que ya no habrá nada que lo sobresalte… pues se equivocaría de medio a medio.
En los últimos días hemos escuchado fantasiosas declaraciones de distintos integrantes del gabinete o poderes del Estado que demuestran que el límite que creemos haber tocado, como si fuera la línea del horizonte, se aleja pese a nuestra ilusión de llegar a él.
Ya resulta redundante y de un infantil facilismo hacer crítica de los dichos y desdichos del Jefe de Gabinete, sometido mansamente a la inmolación pública; pero la afirmación de que la inflación y el desabastecimiento tienen como únicos culpables a los comerciantes, fabricantes y empresarios que suben los precios de puro capricho, sin causa alguna que lo motive, causaría mucha gracia si fueran los libretos de algún sainete, pero el que está diciendo semejante barrabasada es el Jefe de los Ministros intentando vanamente evadir responsabilidad en los penosos resultados de la gestión económica. Y esta acusación nos retrotrae al relato de la última década en el sentido de que este gobierno “sacó al país del incendio” al que lo habían llevado anteriores administraciones. Eso referido, justamente a similares índices de inflación y desabastecimiento que sufríamos en el 2001, pero jamás una cita a que en el 2003 el Dr. Duhalde y su ministro de Economía les habían entregado el país con el incendio apagado. Pensar que durante diez años hemos sido informados, con la soberbia y desenfado que caracteriza a nuestros actuales funcionarios, que los únicos culpables de la debacle habían sido pura y exclusivamente los gobernantes que los antecedieron. Nunca hubo cita alguna a que los comerciantes, los fabricantes y los empresarios hubieran participado, aunque sea tangencialmente, en la crisis económica, todo lo contrario, ellos la habían sufrido con el conjunto de la ciudadanía. Pero llegaron los Kirchner y el relato debía nutrirse de fantasías. Al punto que hoy se nos informa quiénes son los verdaderos causantes de nuestros pesares. Ayer la oposición, hoy los formadores de precios, nunca ellos.
¿Algún día reconocerán siquiera una mínima cuota de responsabilidad luego de diez años de relato triunfalista?