viernes, 7 de febrero de 2014

LA LEGION NECESITA PRONUNCIARSE SOBRE LA FIGURA DEL DEL FUNDADOR

La Legión necesita pronunciarse sobre

 la figura del fundador

Reproducimos hoy un artículo interesante con el que no estamos en todo de acuerdo. En primer lugar, porque pensamos que la Legión de Cristo no tiene "carisma" en sentido estricto, aunque pudiera tenerlo en un sentido amplio (=fin, misión, cometido apostólico); y porque carisma es un término que convendría no usar para esta singular congregación, a menos que se procediera a reformarla radicalmente cambiándole hasta el nombre. En segundo lugar, porque compartimos la opinión que Marcial Maciel no fue propiamente un fundador sino un simple organizador material. Y en tercer lugar, porque llamar "obra de Dios" a esta congregación -de institución eclesiástica y no divina- resulta inconveniente habida cuenta de los turbios orígenes del instituto. A pesar de nuestro desacuerdo, el artículo de Gaxiola tiene algunos puntos interesantes y supera en contenido y estilo las habituales apologías voluntaristas de otros legionarios.
P.S.: parece que hay alguna novedad de parte de la L.C.
(Javier Gaxiola, LC).- La gente como yo aprende con el tiempo a tragarse palabras. Me explico. Por personalidad, tendemos a decir lo primero que se nos viene a la mente. A menudo decimos cosas que no pretendíamos decir. A lo largo del tiempo vas aprendiendo que la mejor forma de mejorarlo es callarte una que otra vez. Nunca llegas a lograr el absoluto control, pero por lo menos aprendes a pensar dos veces antes de hablar.
La lectura de un artículo reciente me ha animado a compartir mi punto de vista sobre la Legión. Confieso que este escrito es en parte desahogo de muchos años de silencio, pero creo que es mejor así. El tiempo me ha permitido discernir mejor y hacer una lectura de la historia desde Dios, liberándome de juicios parciales y fáciles, no siempre constructivos y sanos. Lo hago desde dentro, como uno más que ha vivido todo esto en primera fila. Comparto las reflexiones que han ido madurando a lo largo de los últimos años de historia de mi Congregación. Repito: soy un legionario más, que nadie conoce o por lo menos muy pocos. Soy un religioso con votos perpetuos y ni siquiera soy sacerdote aún.
¿Qué hay en mi corazón? Ahora paz y descanso después de tantos años de borrasca y tensión. Escribo después de momentos de sufrimiento, confusión e incertezas. Quisiera decir tantas cosas, y que a la vez todo esto tuviera un cierto orden. Lo hago sin pretender dar una opinión institucional sino personal, y en un contexto de Capítulo General que está siendo celebrado actualmente en la ciudad de Roma. Tampoco soy un experto en el tema de los carismas en la Iglesia, sino todo lo contrario. Comienzo sin más la lista, esperando que pueda expresar lo que ha ido creciendo dentro de mí en estos últimos años.
1) Perdón: yo también pido perdón. Lo hicieron algunos superiores, lo hizo recientemente el Padre Juan Sabadell, padre capitular,y lo hago también yo. Primero porque sé que el fundador no lo hizo con quienes ofendió y a quienes abusó, y había gente que lo esperaba. Segundo porque yo también soy parte de una Legión pecadora, a la que he contribuido con mi pecado personal y mis actitudes poco cristianas en tantas ocasiones. Créanme que me esfuerzo por vivir el Evangelio todos los días, busco con sincero corazón reparar mis pecados y desagraviar el Corazón de Cristo y de tantos hermanos míos que han sufrido y siguen sufriendo por nuestra causa. Perdón por no creerles a tiempo, perdón por criticarles en el pasado, perdón por mis favoritismos y mi poco espíritu evangélico que en ocasiones reflejé en la pastoral vocacional y juvenil.
2) Pronunciamiento sobre el fundador: estoy también de acuerdo con la opinión de que la Legión necesita pronunciarse sobre la figura del fundador y tomar una postura institucional clara. La Legión necesita iluminar la oscuridad que existe sobre su historia y a la vez disponerse a cerrar el tema para poder seguir avanzando en su proceso. En parte lo ha hecho, pero no es suficiente. Personalmente confío esta tarea al Capítulo General en el que toda la congregación participa a través de sus representantes elegidos por votación. Tengo esperanza en que Dios nos ayudará a arrojar luz sobre el tema, pues hasta ahora estuvimos en años de silencio al respecto: en parte por la investigación, por la obvia complejidad del caso y en parte también por un evidente estancamiento inicial debido a fuertes tensiones entre nosotros, que defendíamos diferentes puntos de vista sobre el tema. Hoy siento que, en general, los legionarios coincidimos en este punto concreto, y de hecho ya ha sido anunciado como primer punto de análisis del capítulo, en la parte del examen de conciencia y el compromiso penitencial. Me consta que muchos padres capitulares lo llevaban como punto de partida en sus anotaciones personales, en parte por petición de la base.
3) El carisma existe: me permito hacer unas observaciones a un artículo reciente que sostiene como tesis que el carisma de la Legión de Cristo es un enigma. Entiendo que el fundador haya hecho sufrir a mucha gente y me apena profundamente. Entiendo también que la Legión cometió muchos errores, que los legionarios cometimos y seguimos cometiendo errores. Pero el salto de ahí a la deducción de que no hay carisma es mortal yno tiene fundamento.
4) La palabra carisma no se usa en el derecho canónico: la afirmación sobre el carisma del Cardenal De Paolis, delegado del Papa para el proceso de renovación de la congregación, en su entrevista sobre el capítulo, no es incorrecta: el derecho canónico actual no menciona la palabra carisma cuando habla de los institutos de vida religiosa. Decir que prefiere hablar de patrimonio espiritual en lugar de carisma no es necesariamente porque crea que la Legión no lo tiene, sino que simplemente habla como un canonista. Otra razón obvia es que la palabra carisma se suele usar para referirse a los fundadores, lo cual en la Legión no sólo es dañino, sino que es lo contrario a lo que se busca. En el fondo los términos son intercambiables.
5) La Legión sí tiene carisma. El hecho de que no hayamos llegado a la redefinición exacta no quiere decir que no lo haya. La dificultad es grande porque la definición del carisma y la vivencia del mismo se tenía y tiene que purificar de desviaciones, vicios, psicopatías y pecados del fundador y de tantos legionarios que han y hemos contribuido a esa desviación. Pero una cosa es la redefinición del carisma y muy distinta su existencia. Más aún: me atrevería a decir que hay que distinguir entre carisma fundacional y carisma del fundador. En la Legión el carisma del fundador no existió. Sin embargo se coló en las estructuras. El proceso de renovación y purificación no ha sido otra cosa que buscar detectar con sinceridad y espíritu evangélico aquellos puntos en los que el carisma fundacional de la orden fue contaminado por el fundador y distanciarse de ellos. No ha sido fácil. El discernimiento también produce tensiones. Considero un milagro que hayamos llegado a un cierto consenso sobre el tema.
6) El carisma no es estático: no nos debe sorprender que la formulación del carisma cambie. De hecho los grupos carismáticos pasan a lo largo de su vida por un proceso de identificación que no siempre es lineal y progresivo. La evolución de un carisma fundacional que se extiende en el tiempo es un fenómeno normal en la Iglesia. Los capítulos Generales son precisamente para adecuar el carisma a los tiempos y lugares. Posteriormente, la Iglesia universal y local tiene la autoridad dada por Cristo para discernir si un carisma le es evangélicamente útil en un momento concreto. El caso de la Legión es obviamente distinto y el capítulo actual es de hecho extraordinario. La Legión ha sido acompañada por la Iglesia para renovarse y la Iglesia misma discernirá la utilidad evangélica de la nueva Legión.
7) Para ser carisma no se necesita novedad doctrinal. El hecho de que una congregación tenga como carisma un aspecto ya existente en la espiritualidad de la Iglesia, no quiere decir que no es un auténtico carisma. De hecho, el carisma de las congregaciones no se inventa nada. Es un don que el Espíritu da a su Iglesia para enriquecerla, resaltando un modo de vivir el Evangelio y la vida cristiana que surge de alguno de los misterios revelados de Cristo.
8) Caso sin precedentes. Efectivamente, como ha dicho más de alguno, estamos ante un caso sin precedentes (al menos de lo que yo conozco) en la Iglesia. Estamos ante una congregación que ve la necesidad de desvincularse de la figura de su fundador por todo lo que se sabe, y que en ese mismo distanciamiento busca descubrir con más pureza el propio carisma. No lo considero tan problemático, si entendemos que el carisma fundacional es distinto al del fundador, y que una obra puede seguir adelante mientras Dios así lo quiera, manifestándose a través de la tradición legítima de la Congregación y el discernimiento de la Iglesia universal o local.
9) Espíritu nuevo y nueva Legión: el Card.De Paolis nunca dijo que los problemas de la Legión se resolverían con el Capítulo General extraordinario, ni con las nuevas Constituciones o los nuevos superiores. Sería una aberración teológica, y pretender una perfección imposible en la contingencia de una obra conformada por hombres. De hecho, en su última homilía a la comunidad de Roma, se atrevió a afirmar que no era suficiente para renovarnos tener nuevas Constituciones y nuevo gobierno y que era necesario que los legionarios viviéramos esta nueva etapa con un espíritu nuevo. Dijo también que nuestra memoria histórica se debía remontar no a la época del fundador (por razones que ya sabemos) sino al proceso de renovación que hemos vivido, con todo lo que hemos descubierto, con las heridas que han sido expuestas, las víctimas que han sufrido, la reparación y la acción purificadora y renovadora de Dios de la que hemos sido testigos los que la hemos vivido y experimentado.
10) Libertad interior y ejercicio de la autoridad: es mentira que nos manipulan y nos esconden información. Sé que antes se hizo, y está muy mal, aunque hay que entender los contextos (no justifico; sólo digo que era comprensible por la estructura que había creado el P. Maciel). Ya no es así, tenemos acceso a la información necesaria, libertad de expresar las opiniones que queramos y de confrontarnos en fraternidad y verdad. La autoridad está siendo también ejercida de un modo diferente. Se respetan las indicaciones de la división de fueros y se promueve un espacio de libertad interior y discernimiento personal. El proceso es lento pero sí se ha avanzado y veo con mucha esperanza el comienzo de un ejercicio de una autoridad más caritativa y más pastoral.
11) Obra de Dios: Yo sí me atrevo a afirmar con certeza que la Legión es una obra de Dios. Primero porqué veo un claro carisma. Como dije antes, el Capítulo General en el que nos encontramos se encargará de formularla. Después de estarlo reflexionando comunitaria mente durante los últimos 4 años, para mí (no soy el único) es vivir el Misterio de Jesús que anuncia el Reino, un Reino que se instaura desde la humildad de la Cruz. Ante ese Jesús los legionarios y miembros del Reino cerramos filas.
No soy ingenuo. Sé que hay muchos retos por delante, muchos problemas que resolver y muchas heridas que cicatrizar. Sé que el proceso de cambio de mentalidad en la praxis será lento y a muchos nos gustaría que se acelerara un poco el ritmo. Independientemente de las opiniones sobre la velocidad del proceso, tengo esperanza en Dios. Soy de los que creen que Dios actúa en la historia, que Él puede levantar al caído y que su Misericordia no se cansa de perdonarnos. Por ello me lanzo con entusiasmo al futuro, aceptando mi pasado, nuestro pasado, confiándolo en las manos de Dios y poniendo los medios para disponernos a recibir de Él una verdadera conversión. Confío en que la gracia prevalecerá sobre el pecado y el mal mientras en la Legión haya frutos de santidad y corazones que lo busquen con sincero corazón.
Fuente:
http://bit.ly/1mfw51K