Estado Islámico: creado y apoyado por los Estados Unidos e Israel
El Estado Islámico de Irak y
Levante (EIIL), auto nombrado "Califato" universal, es sin duda la más
grande operación de bandera falsa por parte del sionismo anglo-israelí.
Una bandera falsa consiste en crear
un aparente "enemigo" para poder justificar, ante la opinión pública,
una agresión que alcanza un objetivo fijado con anterioridad.
Maestros en esa estratagema fueron
los emperadores romanos: Nerón mandó quemar la ciudad de Roma y acusó
falsamente a los cristianos, con lo cual tuvo el pretexto para poder
perseguirlos. Lo mismo hizo después el emperador Diocleciano.
También lo hizo Hitler en febrero de 1933, cuando mandó quemar en
secreto el palacio del Reichstag. Les echó la culpa a los comunistas, y
eso le facilitó perseguirlos y tomar el poder.
Pero los grandes expertos en la táctica de "bandera falsa" son Israel
y los Estados Unidos. Éstos últimos la utilizaron por primera vez en
1898, cuando hundieron ellos mismos su propio barco USS Maine, echándole
la culpa a España de haberle lanzado un misil, para tener la
justificación de entrar en guerra contra ella. Años después, cuando se
encontró el Maine en el fondo del mar, se encontró que la explosión vino
de adentro, y no de un misil externo. Para lograr ese objetivo
sacrificaron a 266 soldados estadounidenses.
Esa misma estrategia la usaron, el 7 de diciembre de 1941, en el
ataque a Pearl Harbor. Ese operativo de bandera falsa estuvo basado en
el llamado Memorandum McCollum, un documento elaborado por el teniente
coronel Arthur McCollum quien se desempeñaba como director de la Oficina
Naval de Inteligencia en la Sección del Este Asiático.
El Memorandum, redactado el 7 de octubre de 1940 y dirigido al
presidente Roosevelt, consiste en ocho acciones a tomar para provocar
que Japón atacara intereses estadounidenses, y así justificar ante la
opinión mundial entrar a la Segunda Guerra Mundial contra Japón.
Sacrificaron entonces a 2,471 estadounidenses.
El operativo de bandera falsa más sofisticado fue el auto ataque
contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, cuando agentes
de una estructura paralela a los servicios secretos de la CIA, el Mossad
israelí y el ISI paquistaní, con cómplices en el Pentágono y en el
gobierno estadounidense, organizaron un acontecimiento mediático que
justificó la posterior embestida militar contra Iraq y Afganistán, así
como la "guerra mundial contra el terrorismo". El 11 de septiembre de
2001 sacrificaron cerca de 3,000 civiles estadounidenses. A los judíos
se les advirtió de no presentarse a trabajar ese día.
Hoy se sabe que Al-Qaeda es una mera fabricación de propaganda para
justificar el control global "antiterrorista", que Bin Laden era un
agente doble de la CIA, y que, como declaró el ex ministro inglés
Michael Meacher, lo sucedido el 11 de septiembre de 2001 fue un "trabajo
interno" de la inteligencia occidental.
Las siguientes son palabras de Robin Cook, quien fuera ministro de
Asuntos Exteriores del Reino Unido: "La verdad es que no existe ningún
grupo islámico o terrorista llamado Al Qaeda. Cualquier funcionario de
inteligencia bien informado lo sabe. Pero existe una campaña de
propaganda para hacer creer al público que hay una entidad de ese tipo
identificada con "el mal", sólo para llevar a que el televidente acepte
un liderazgo en la guerra contra el terrorismo. El país detrás de esta
propaganda son los Estados Unidos". Lo mismo reconoció la ex secretaria
de Estado Hilary Clinton (dar click aquí).
De la misma manera, el Mossad israelí y la CIA crearon en 2012 el
grupo terrorista Al Nusra, para derribar el gobierno sirio, y en 2013 el
Estado Islámico, para involucrar en el conflicto a Siria e Irán,
provocando un "choque de civilizaciones" entre el fundamentalismo
islámico y el Occidente, de donde estalle un conflicto global que al
final otorgue a Israel una supremacía medio oriental y mundial.
En diversas ocasiones, Hilary Clinton también ha admitido
abiertamente que los Estados Unidos están implicados en la creación y
financiamiento del Estado Islámico. Obama está preso de los intereses
anglo-israelíes y llevará la nación al suicidio, en apoyo de Israel (dar click aquí).
Lo misma estrategia de bandera falsa utilizó Israel para ir ocupando
gradualmente Palestina, creando al grupo terrorista Hamás. La idea,
concebida por la primer ministro Golda Meir, era crear y utilizar a
Hamás contra Yasser Arafat, por el hecho de que éste y la Autoridad
Nacional Palestina buscaban la paz y la convivencia entre dos Estados.
Posteriormente, Israel ha usado a Hamás para justificar el holocausto de
Gaza. En agosto de 2014, masacraron a más de dos mil palestinos tomando
como justificación la muerte de tres jóvenes israelíes, lo cual fue
otra bandera falsa, de la que el mismo director del Mossad, Tarim Pardo,
sembró la desviación del caso al declarar que si se encontrasen muertos
a esos tres jóvenes secuestrados, se atacaría inmediatamente a Hamás
por ser los autores. Increíble profeta. El congresista Ron Paul ha
reclamado, en la tribuna del Congreso estadounidense, que los impuestos
de los estadounidenses estén siendo usados para financiar ese grupo
terrorista (dar click aquí).
El Estado Islámico es la mas grande bandera falsa, un enemigo
artificialmente creado para justificar la agenda anglo-israelí. Se sabe,
para comenzar, que el líder del Estado Islámico, el "Califa" Abu Bark
Al-Baghdadi, es en realidad un agente doble del Mossad cuyo nombre
verdadero es Simon Elliot. Se han publicado fotos en las que aparece con
sus padres judíos, y se conoce el entrenamiento específico recibido por
el Mossad para llevar a cabo esa tarea.
Según información publicada por el
ex agente de la NSA Edward Snowden, en la creación del Estado Islámico
han colaborado el Mossad israelí, el MI6 del Reino Unido y la CIA.
De acuerdo al diario turco Aydinlik, cerca de 20 oficiales del Mossad
israelí asesoran y dan apoyo de inteligencia militar al Estado
Islámico.
Cabe resaltar que la constante es la expulsión, martirio y crucifixión de cristianos.
El plan de Israel y su dependiente
Estados Unidos es balcanizar el Oriente Medio atrayendo terroristas
extremistas de todo el mundo, para infiltrar el corazón militar de los
países que representan una amenaza para Israel y luego poder
destruirlos, facilitando la apropiación de los territorios y lograr así
el proyecto de la "Gran Israel".
Ese plan está estrechamente relacionado con los acontecimientos en
Ucrania, los cuales constituyen una provocación a Rusia para
involucrarla en el conflicto y abrir una guerra de alcance mundial.
La idea de Estado Islámico es crear un violento torbellino que
implique a Siria, Irán y Rusia, para posteriormente lanzar contra estas
naciones a los Estados Unidos y la OTAN, pero menguando la fuerza de
Rusia con el conflicto de Ucrania.
Esta guerra, la tercera mundial, es el último paso para establecer un
nuevo orden mundial bajo un gobierno mundial. Problemas globales
justifican la creación de soluciones globales. Este conflicto
justificará la transformación hacia un estado global, una policía única
global, una economía global centralizada, un gobierno mundial
centralizado.
El Estado Islámico, diseñado y sostenido por los servicios decretos
del Mossad israelí, la CIA y el MI6, tiene por finalidad próxima crear
un conflicto explosivo entre los musulmanes sunitas y los musulmanes
chiitas. Y por finalidad remota entre árabes y judíos, entre occidente y
el eje Rusia-China.
El proyecto es muy antiguo, y se ha transmitido
transgeneracionalmente entre las dinastías Illuminati. Los pasos de esa
ocupación global fueron claramente definidos por Albert Pike, Gran
Soberano del Antiguo y Aceptado Rito de la Francmasonería, en una carta
que dirigió, el 15 de agosto de 1871, a Giuseppe Mazzini, Gran Soberano
de los Illuminati después de Weishaupt, su fundador.
En ese documento establecía las tres guerras mundiales que habrían de
provocar para poder implantar un gobierno mundial fascista. La Primera
Guerra, para derrocar a los zares rusos y establecer el bastión
iluminista en Rusia. La Segunda, enfrentando a ésta contra el
nacionalismo germano. Y respecto a la Tercera Guerra Mundial establece
que la suscitarán "exasperando las diferencias entre judíos y árabes
para provocar un formidable cataclismo social". Así lo describe el
periodista David Ike: dar click aquí
