Para el Guinness World Records de los disparates
Frase (sic): “Si me pasa algo, no miren hacia Oriente, miren hacia el
Norte”. Por supuesto que, y como no podía ser de otra manera, la frase
pertenece a “Ella”.
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Le aclaro que en lo personal no me asombra este nuevo delirium tremens
de La Señora. Sí me preocupa, y mucho, que se trate de la frutilla que
le faltaba al postre de la insensatez, la malicia, la destrucción
definitiva de una Argentina agonizante.
A nadie escapará que “la frase” es una grave afrenta dirigida a los
Estados Unidos de Norteamérica. Igualmente, a nadie escapará que este
país tiene gravísimos problemas internacionales que resolver como para
ocuparse de “Ella” o del resto de los argentinos, cuando tenemos la
capacidad de hacernos mierda entre nosotros.
Sin embargo, la tribuna donde estaban instalados los viejos y nuevos
jóvenes imberbes estalló como si se hubiera tratado de los dos goles que
nos faltaron para derrotar en la final de fulbo a Alemania.
Cambio de enfoque. Inglaterra, o el Reino Unido, es considerado
nuestro enemigo natural. Con Alemania las cosas no están del todo bien
o, si prefiere, para el carajo. Holanda y los Países Bajos tienen una
reina nacida en nuestro país que reconoce a una sola reina… “Ella”. Con
Chile no simpatizamos del todo, y en cuanto surja algún problema
limítrofe, nos hacen “de goma”. España no es la excepción, debido a las
secuelas que quedaran luego del affaire Repsol y otras yerbas. A los italianos no les cayó del todo bien el que se fletara de una patada en el toor
el monumento a Cristóbal. Con Israel, mejor ni hablar. Como para no
extenderme en la lista, echo mano a mi capacidad de síntesis y le digo:
sólo andamos de maravillas con Venezuela y Cuba, así esta última nos
deba una importante suma de dinero que mal no nos vendría, consecuencia
de un préstamo de antaño que le hicimos llegar, así le suene a joda.
¿Sigo? ¡No! ¡No sigo! Mejor sígala Ud. y me cuenta.