Hermenéutica de la Conspiración
Casi me da un ataque de risa cuando he leído la nueva intervención
del Papa en el Sínodo este pasado jueves. Con todos los respetos, el
Santo Padre parece que no se fía mucho de lo que se vaya a decir por
allí y no quiere que nadie se salga del marco establecido. Nunca antes
un Pontífice estaba tan metido en el Sínodo mañana, tarde y noche.
Aunque se ha insistido tanto en que los Obispos deben hablar con
naturalidad y libertad, y que esta es una Asamblea de hermanos que
investigan para ayudar, incluir, respetar, no agredir e impulsar a la
Familia… parece que no obstante, anda por allí merodeando para que se
sepa que el Jefe está cerca. No vaya a ser que algún discursito se salga
del guión.
La sola contemplación de la cara del cardenal Baldisseri,
infunde miedo a perder el cargo o a ser enviado de Obispo a Groenlandia,
a la Diócesis de Pingüinland. Si encima está por allí Francisco (que
todo el mundo sabe que no es autoritario en absoluto), pues entonces ya
ni les cuento.
Pero digo que me dio un ataque de risa cuando Francisco habló de la hermenéutica de la conspiración.
Parece ser que hay gente mala por ahí que está queriendo imponer sus
criterios en contra del Sínodo y no hacen mas que hablar sospechosamente
sobre él. Que si la Familia va a quedar afectada, que si los
divorciados van a comulgar, que si las mujeres van a diaconear, que si
patatín y que si patatán. Son profetas de desgracias. Desfachatez,
desvergüenza y descaro es lo que tienen estos conspiradores, que quieren
evitar una conspiración aperturista. Todo el mundo
sabe que el Sínodo está ni más ni menos que en manos del Espíritu Santo,
y todos los conservadores andan por ahí metiendo baza para impedir que
el Espíritu se exprese sobre la destrucción del matrimonio express, e
inspire a los Obispos que están de acuerdo con esto.
Ahora resulta que los que conspiran, son los pobrecitos cuatro gatos
que han expresado que la Doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio es
de origen divino, y han alertado sobre el peligro de abandonar las
exigencias de la Revelación. Y hay que llamarles la atención para que
se callen. Cosa que yo creo es innecesaria, porque ya de por sí no es
que hablen mucho. Y aunque vayan diciendo algo en los tres minutos de
intervenciones, las reuniones de jesuítas antes del Sínodo y otros
Pre-sínodos paralelos ya se encargarán de acallarlos cuando todo esto
acabe.
Los que conspiran no son los Kasper, ni los Marx, ni los Maradiaga,
ni los Chaput, ni los Baldisseri. Son los Burke (que ni está ni se le
oye), algunos africanos y los carcas de todos los confines (otros tres
gatos más). Total, unos poquitos que son los realmente responsables de
que no haya libertad, pues ellos al hablar de ese modo, impiden que el
Espíritu se exprese con libertad. Van a estropear el Sínodo y mucho ojo
con esto. Incluso algunos se han atrevido -¿cuántos?-, a criticar los
sistemas empleados (nuevos en este Sínodo), que acaban con cualquiera
que quisiera sacar la cabeza.
A mí me da igual lo que vaya a pasar. En primer lugar porque acabará
el Sínodo, se empezará a dar la comunión a los divorciados, se acogerá
generosamente a los homosexuales aparejados en una Prelatura Personal y
se hará Prelado a Monseñor Sarasa (o como se diga). Y al final habrá una
Exhortación Apostólica diciendo que la Familia es el germen de la vida
cristiana y hay que cuidarla, pero que tampoco hay que despreciar a los
que no se someten a lo que nosotros llamamos familia convencional.
Y en segundo lugar, porque para entonces, y al ritmo que vamos de
escándalos, actitudes, misericordias y gestos diarios de todo color y de
todo tipo (sobre todo de color arco iris), ya nadie se acordará del
Sínodo ni de las intervenciones de unos y otros. Nos colarán lo que
quieran en la praxis, aunque ya nos lo han colado bajo la manta de Motu
Proprio o de Decisión Personal.
Respecto al resto, y a todo el que se mueva lo más mínimo, habrá que ponerle el brazalete-san-benito de hermenéutico conspirativo, conspirador o conspiranoide.
Lo mismo uno de estos días el P. Lombardi me expulsa de la Orden por
ser un Gerundio Conspirativo, nueva forma verbal de los nuevos tiempos.
Me acogeré a su comprensión, en este bendito año de la misericordia.
Fray Gerundio