domingo, 18 de octubre de 2015

VACUNAS MORTALES:ARMAS PODEROSAS PARA REDUCIR LA POBLACION MUNDIAL











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“Si hacemos un buen trabajo con nuevas vacunas, atención sanitaria y servicios de control de la reproducción (abortos y esterilizaciones masivas), podemos reducirla quizás en un 10 o 15 %.”
-Fundador de Microsoft, Bill Gates-
   En enero de 2010, participando en el Foro Económico Mundial de Davos, Gates anunció que su fundación donaría, durante la próxima década, $10 mil millones de dólares a la fabricación y entrega de nuevas vacunas para niños de países en desarrollo.La Fundación Bill & Melinda Gates es miembro fundacional de la Alianza GAVI (Alianza Global para la Vacunación e Inmunización), en asociación con el Banco Mundial, la OMS y la industria de vacunas. El objetivo de GAVI es vacunar a cada recién nacido en los países del Tercer Mundo.¿Cómo podría ser mala una cosa como esa? Suena como un noble trabajo filantrópico, ¿no? Desafortunadamente, la industria de las inoculaciones ha sido atrapada en reiteradas ocasiones forzando vacunas peligrosas (no seguras, no testeadas y dañinas) en poblaciones del Tercer Mundo. Algunas organizaciones han sugerido que el verdadero fin de las vacunas es enfermar más a las personas y hacerlas más susceptibles a la enfermedad y muerte prematura.


En mayo de 2009, el Times de Londres reportó que algunas de las “personas más ricas del mundo se reunieron en Nueva York para discutir sus causas favoritas”. El grupo, que incluyó a personas connotadas como Bill Gates, David Rockefeller, Ted Turner, Oprah Winfrey, Warren Buffet, George Soros y Michael Bloomberg, decidió durante la reunión que su dinero sería mejor gastado en la reducción de la población mundial.



El Times reportó que “la reunión tomó lugar en la casa de Sir Paul Nurse, un británico bioquímico ganador del Premio Nobel, y presidente de la Universidad Rockefeller”, y que Gates fue el organizador de la reunión.

Gates es hijo de William S. Gates padre, un hombre de 83 años que co-preside la Fundación Bill & Melinda Gates. Los detalles públicos de su vida incluyen poco más allá de su biografía oficial en la fundación, la cual indica que fue un abogado de Seattle, veterano de la Segunda Guerra Mundial, voluntario y padre de tres hijos. Lo que falta anotar es que también es un miembro fundador del movimiento de eugenesia y Planned Parenthood, en conjunción con la Fundación Rockefeller.
   
La Fundación Bill & Melinda Gates, junto a la fundación familiar de David Rockefeller y los creadores de la biotecnología de transgénicos, también están financiando un proyecto llamado Alianza por una Revolución Verde en África (AGRA), encabezada por un ex jefe de la ONU, Kofi Annan. Aceptando el rol de presidente de AGRA en junio de 2007, Annan expresó su “gratitud de la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill & Melinda Gates, y todos los otros que apoyaron nuestra campaña africana”. El panel de AGRA está dominado por personas de las fundaciones Gates y Rockefeller.

Monsanto, DuPont, Dow, Syngenta y otros gigantes del negocio agrícola transgénico están en el corazón de AGRA, usándolo como una puerta trasera para diseminar sus cultivos transgénicos patentados a lo largo de África bajo la etiqueta engañosa de la “biotecnología”, un eufemismo para semillas genéticamente modificadas. La persona de la Fundación Gates que es responsable de su trabajo con AGRA es el Dr. Robert Horsch, un veterano de 25 años de Monsanto que perteneció al equipo que desarrolló la tecnología de transgénicos del RoundUp Ready. Su trabajo es usar el dinero de Gates para introducir a la fuerza los cultivos transgénicos en África.

Expertos sostienen que si los esfuerzos de Gates son realmente para mejorar la salud y el bienestar de los africanos, los mismos cientos de millones de dólares que la fundación ha gastado en vacunas no testeadas e inseguras, podrían ser usados para proveer el suministro de agua mínima sanitaria y los sistemas de alcantarillado. Vacunar a un niño que luego bebe agua contaminada con heces, es difícilmente sano bajo cualquier consideración.

Por supuesto, limpiar los sistemas de agua y alcantarillado de África revolucionaría las condiciones de salud del continente, ¿pero quién se beneficiaría con ello?