AVERIADAS
LOS KIRCHNER EN PROBLEMAS
Alicia en caída y Cristina sin destino
¿Santa Cruz va camino a una intervención federal luego de la posible
cesación de pagos? Los números no cierran por ningún lado y al Frente
para la Victoria se le hace difícil mantener el control de la situación,
algo que condiciona mucho los proyectos de Cristina Fernández de
Kirchner y Máximo Kirchner. El final de Cristina no está lejano sino
todo lo contrario.
Aquí 2 reflexiones que fundamentan esta observación: Alicia Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner: Ambas están ingresando al pasado del PJ. Faltan horas para el Partido Justicialista desnude la pérdida de poder de Cristina Fernández de Kirchner. El deterioro del liderazgo de la ex Presidente tiene fundamentos. Aquí al menos 2: En OPI Santa Cruz, Rubén Lasagno explicó desde Río Gallegos la crisis del kirchnerismo: "(...) Todo lo que vino inmediatamente después, como la infantil actitud de la ex presidenta de no entregar el bastón de mando y la banda al nuevo mandatario y hasta la estúpida resistencia de Sabatella a salir de las oficinas de la AFCA, solo por poner aislados ejemplos, es un síntoma del síndrome de la “pérdida del sillón”. Junto con esta actitud de apropiación que desarrolló el kirchnerismo en 12 años, todos sus integrantes no pudieron deglutir la pérdida no solo del poder político, sino de las cajas. Y la reacción fue propia a la del niño a quien le quitan el chupetín. Como esta debacle política nunca estuvo en los planes K, es que jamás existió un “Plan B”; no era necesario, porque el continuismo que Daniel Scioli le iba a dar vida al gran proyecto de seguir con los negocios, apropiándose de los fondos públicos y los negociados en marcha, le permitiría concentrar poder alrededor de la figura en retiro de CFK, quien seguiría ordenando los patitos desde El Calafate, con el invalorable apoyo del indestructible Zanini al lado del inefable Daniel Scioli, a quien le dolió más perder la presidencia que la amputación de su brazo. Si todo estaba controlado ¿Para qué considerar un escenario que no se podría dar? Y se dio. (...) Como resultado de esta falta de Plan B, todos los negocios que seguían aceitados en Santa Cruz, cayeron ante el “parate” que operó sobre fondos que drenaban sin control y de alguna manera, una especie de venganza pública se instrumentó desde el gobierno de Macri, sobre la provincia que en 12 años fue la que más fondos recibió por habitante en el país y a pesar de todo, se encuentra en la miseria. Es que tampoco Macri piensa en los poquísimos 300 mil habitantes de Santa Cruz, irrelevantes en el voto y casi constituidos, a imagen y semejanza de la lacra política que avanzó inexorablemente, sobre el poder (...). Caído el imperio, abandonadas las cajas y sin poder para doblar la luz, el kirchnerismo se replegó hacia el único reducto de vida que le quedaba, la placenta donde había sido concebido: Santa Cruz. Pero no le fue fácil. Para ello, CFK, Alicia Kirchner y los diputados provinciales del palo, debieron defecar sobre la Constitución provincial y aprobar una ilegal Ley de Lemas para gobernador. Concluido el nuevo ilícito, al que tan bien ha respondido la Corte Suprema de Justicia (de la Nación) que supo guardar un apreciable silencio sobre la inconstitucionalidad de la medida, solo restaba movilizar las bases, la militancia y recibir los favores del propio Peralta, que abonó con su caudal de 25/30 mil votos, la esperanza de que Alicia se quedara con Santa Cruz, como tantas veces había querido. (...) Es así como el kirchnerismo entró en Santa Cruz, desnudo y sin margen de maniobra. Se le terminaron los discursos altisonantes y es una de las explicaciones para entender por qué el “triunfo” de Alicia Kirchner no se vivió desde adentro del mundo K, como una victoria que merecía múltiples actos y relatos épicos por parte de la gobernadora electa, quien llegó a casa de gobierno, montada en los recuerdos de su hermano y lo bien que dejaron la provincia, en manos de impresentables como Acevedo, Sancho, Peralta y asociados, que bien tratan de desconocer cuando pueden, pero haciendo abstracción del pequeño detalle que fueron gobernadores puestos, acompañados, apoyados y apañados por ellos mismos. A Lázaro Báez se le cayó la obra pública y los propios amigos que mandaban la plata le negaron los últimos millones, porque no había repartido bien las partidas que entraron por el Banco Nación en los últimos 8 meses. (...) A YCRT se le vino la noche. Como era de esperar la Intervención cambió de mano, se destacó una auditoría, empezaron a encontrar miles de irregularidades, negocios, negociados, kioscos de los más variados, corrupción por donde se mire, millonarios contratos con la UTN, una Unidad Básica K y al detenerse, una empresa que ya estaba detenida hacía más de un año, porque no produce ni un kilo de carbón (...) La Termousina, otra obra eterna, sumidero de miles de millones de pesos, con una constructora aliada a los negocios del kirchnerismo (Isolux Corsán), de pronto se encontró que alguien advirtió que allí había negocios espurios y sencillamente cortó los fondos de las últimas certificaciones pedidas por la empresa española y ¿Qué hizo la multinacional?; simple y concreto: desactivó la obra, y puso en la calle más de 1.200 personas. Las represas sobre el río Santa Cruz, era tal vez la joya de la familia (Kirchner) y constituía la gran caja que, lamentablemente, el kirchnerismo debió compartir con los chinos, porque su construcción superaba ampliamente las posibilidades operativas del amigo Lázaro, aunque muchos esfuerzos hicieron en ese sentido, alterando, forzando, simulando y falseando documentación y licitaciones sucesivas, para ver si con alguna maniobra magistral de los líderes de la banda K (léase Julio de Vido, Zanini, etc) la megaobra podía ser controlada, en su mayoría, por “capitales nacionales”; Ergo: las empresas amigas que se nutrían del gobierno y al cual le aportaban los convenientes retornos (Austral Construcciones, Electroingeniería, empresas de Cristóbal López, etc). A pesar de las transas y las cláusulas secretas y de haberse “comido” unos 400 millones de dólares, aproximadamente, la decisión del gobierno nacional de congelar los fondos hasta que se revisen los contratos binacionales, es más que una acción fundada en el criterio y la normalidad. (...)". En tanto, Carlos Salvador La Rosa, en Los Andes (Mendoza) elaboró una reflexión que Urgente24 comparte por completo: "(...) Néstor quiso quedarse con el peronismo para destruirlo desde adentro o para transformarlo en una continuación de su personalidad. Pero, peronista al fin, se dio cuenta de que el peronismo era inconquistable, no por rebeldía de sus miembros sino por inercia disfrazada de sumisión al poderoso del día. El peronista ortodoxo dice siempre que sí al que tiene coyunturalmente el bastón de mando del movimiento, pero se prepara para continuar en contra de aquel al que le dijo sí cuando éste empieza a perder poder. Como Kirchner eso lo supo siempre, murió intentando la única posibilidad de perpetuidad que le quedaba: proseguirse indefinidamente en la presidencia con su esposa, como los Rodríguez Saá en San Luis. Pero se murió y con él, su intento. Quedó un jardín artificial que su esposa regó con fruición. Cristina fue la heredera flor de invernadero de Néstor, el que llegó a la cima sin merecimiento ni esfuerzo propio algunos. Cristina avanzó aún más en esa línea y entonces inventó La Cámpora, la flor de invernadero más grande jamás vista, creada solamente desde la prebenda estatal. Cuando a la flor de invernadero le falta el agua y los cuidados del jardín artificial, comienza a morir porque afuera no puede respirar. Eso es lo que está pasando con el invento más artificioso que ideó la democracia argentina, el kirchnerismo, del cual se registran pocos antecedentes, porque casi todos los otros presidentes representaban una parte de la realidad social, mejor o peor. Buenos o malos representantes pero representaban algo desde antes de llegar al poder, mientras que los kirchneristas subieron por otros, no por sí mismos. Eso no implica que Néstor haya sido un tonto, porque al llegar al gobierno lo supo transformar en poder con gran talento, primero recuperando la autoridad política perdida, su gran e innegable mérito histórico, pero también por ser extremadamente hábil al convertir los pecados argentinos en la materia prima con la cual construir su “virtud” política. Fue talentoso por demás en crear poder a través de la ilusión de un falso hiperconsumo mediante el subsidio y la inflación, dos cosas que le encantan a la parte mala de los argentinos. El kirchnerismo es un fruto de los privilegios del Estado. Del Estado adonde se llega por el esfuerzo de otros y después se lo usufructúa solo para ellos mismos. Esa mezcla de caudillismo feudal y de progresismo populista es algo que llegó por Kirchner, que se apoderó de un PJ sin ideas y sin más vocación de poder que permanecer en él a costa de lo que fuera, y que luego quiso colonizar el Estado mediante la militancia rentada de La Cámpora, Justicia Legítima y varias creaciones artificiales que no pueden sobrevivir fuera del Estado. Para ellos el empleo público es como para el pez el agua. Sin él se mueren. El peronismo clásico pudo haber tenido muchos defectos, pero fue un drama histórico con basamentos sociales reales, mientras que lo que vivimos esta última década fue una estudiantina que se la pasó tirando manteca al techo con la plata de los buenos precios internacionales y cuando éstos se acabaron, la estudiantina se acabó con ellos. Y entonces volvemos a la cruda realidad, algo insoportable para los miles de miles que subsidiados con el empleo público vivieron esta década como una benemérita y benéfica revolución sin riesgos, con infinitos privilegios porque no tuvieron ningún enemigo enfrente contra el cual luchar en serio, pese a que trataron de inventarlos todos los días para justificar su revolución de historieta. Mientras ésta sea la oposición, Macri no tiene más destino que crecer, porque hasta sus errores serán tapados por esta Armada Brancaleone que el día que deje de contar con el apoyo del peronismo territorial pasará a ser nada más que un fenómeno que convoca gente en recitales musicales y en algunas asambleas en las facultades de ciencias sociales. (...) En fin, si el kirchnerismo hubiera transformado seriamente al peronismo en una variante racional de centro izquierda hoy vería al macrismo como una variante de centro derecha a la cual oponerse racionalmente. Pero al haberse creído que eran lo que decían, al haberse creído revolucionarios en curso, hoy ven al macrismo no como una oposición ideológica democrática, sino como su contracara aterradora. Si ellos fueron los santos -que no lo fueron- los macristas son los demonios, que no lo son. Por lo tanto, como sólo lograron ser la mera caricatura de un progresismo o una izquierda en serio, ahora ven al macrismo como una caricatura invertida de ellos mismos."