OSKO: ES ANTICRISTO Y ES PAPA
UN “LEGÍTIMO” USURPADOR
Las incoherencias de los antisedevacantistas
En diversas oportunidades se ha hecho mención de las incongruencias de algunos sectores conservadores y tradicionalistas. Básicamente se trata de personas que se refieren a la figura del Papa de una manera impropia e irrespetuosa.
Digo,
objetivamente hay cosas que no se pueden hacer con el Papa, ni decirlas
del Papa, casi que ni siquiera pensarlas… pero bueno, llegado el caso,
si se llegara a pensarlas, al menos hay que callárselas con el fin, por
cierto, respetable y deseable de evitar el escándalo. Como los
hijos de Noé. Cubrir las vergüenzas de su padre. ¿Y por qué? pues,
porque ERA su padre. Si no hubiera sido Noé su padre, la verdad creo que
hubiera dado lo mismo. Pero como SÍ lo era, su deber fue cubrirlo y eso
hicieron; salvo uno, Cam, al que su conducta divertida,
irrespetuosamente divertida y maliciosa, le acarreó una maldición.
Entonces; si
yo estoy seguro de que mi padre ES mi padre, debo guardarme de ciertas
cosas. Yo no puedo mostrar sus vergüenzas y MENOS, mucho menos, cuando
de hacerlo se sigue el escándalo público.
Esto se
potencia cuando, como ahora, las vergüenzas son muchas, la confusión que
reina en el mundo entero es casi completa, y los hombres no tienen
referencias, ni señales, ni signos, ni un marco referencial adecuado
para orientarse y todos se precipitan en la más cruda ignorancia en
materia de Religión y de adhesión a la Verdad, sin la cual es
absolutamente imposible salvarse.
Lo que
quiere decir que, si yo creo que Bergoglio (a pesar de todo y de sí
mismo) ES PAPA, entonces tengo que tener para con él una determinada
conducta.
¿Eso quiere decir que NO PUEDO DECIR NADA DE BERGOGLIO?
No. Eso
querría decir que deberíamos dejar eso para los hombres mejor
preparados. Ya que los habría. Porque si Bergoglio fuera Papa, entonces
los cardenales serían cardenales, los obispos serían obispos, los curas
serían curas y la iglesia conciliar NO EXISTIRÍA, sino que todo lo que
sabemos que se encuentra bajo ese nombre sería LA IGLESIA CATOLICA…; y
ya el Buen Dios sabría encontrar el modo de purificarla de sus errores
HUMANOS, en sus aspectos HUMANOS en lo que hace a su parte defectible.
Ahora bien.
Esto es lo que pienso que señala la locura, la insensatez, lo absurdo y
monstruoso de continuar sosteniendo la posición antisedevacantista.
Para
nosotros, que sabemos que los Papas Conciliares son USURPADORES y
Anticristos; para quienes entienden que no hay amistad posible entre
Cristo y Belial; para los que no se escandalizan por el hecho evidente
de la vacancia de la Sede Apostólica, las cosas son más simples, más
sencillas y mucho menos tortuosas.
Jack Tollers del blog Wanderer acaba de publicar un artículo excelente, que lo es por varios motivos.
No comparto
la posición de Tollers; sin embargo no tengo inconveniente en decir que
es un pensador muy interesante, que escribe muy bien y muchas veces me
hace reír y que me gusta el bagaje cultural que carga.
Trascribo los dichos de Tollers y propondré en rojo mi propio pensamiento.
En el fondo…
Vosotros, humanistas modernos,
que renunciáis a la trascendencia de las cosas supremas,
conferidle siquiera este mérito y reconoced nuestro nuevo humanismo:
también nosotros—y más que nadie—somos adoradores del hombre.
Pablo VI
Discurso de clausura del Concilio Vaticano II
Pronunciado el 7 de diciembre de 1965 (n. 5).
Ya
con el título, Tollers demuestra que ve el problema. ¿En el fondo de
qué? Hay una forma de decir que no se puede estar peor en una
determinada cosa, cualquiera que ésta sea: “Estamos en el fondo del
mar”. Como si se dijera, “más abajo no se puede caer”.
Comparto. Pero, si esto ES así, convendremos entonces que Bergoglio es, POR LO MENOS, un Falso Profeta.
Además
Tollers, ve también dónde está la RAIZ DEL PROBLEMA. Para ello cita la
famosa alocución de Montini (alias Pablo VI) durante la clausura del
CVII que de forma BLASFEMA y SACRÍLEGA se proclama adorador del hombre.
Aunque
en rigor de verdad la exacta proclamación de Montini decía “Nosotros
también tenemos el culto del hombre”, lo cual se debe admitir que viene a
ser lo mismo.
Esto fue lo que dijo el judaizante Montini:
Italiano:
“…anche noi, noi più di tutti, siamo i cultori dell’uomo.”
Latín:
“…nam nos etiam, immo nos prae ceteris, hominis sumus cultores.”
Español:
“…también nosotros, nosotros más que nadie, tenemos el culto del hombre.”
Montini
afirma rendirle culto al hombre; él y otros como él porque habla en
plural y como nadie salió a decir “Yo no soy adorador del hombre”, todos
los que avalaron, aplaudieron y NO NEGARON esta declaración, lo son, al
menos hasta que aclaren. Esto involucra a todos los conciliares y no
importa lo que sepan al respecto. Deberían saber si es que no saben.
¿Conferidle?
¿Conferidle mérito? ¿A quién? Falta el sujeto de la frase (y en el
párrafo anterior no hay indicación alguna de cuál podría ser… quizás el
mismísimo Concilio…, o “la espiritualidad del Concilio” que aparece
varios párrafos atrás—pero vaya uno a saber).
Una
vez más, como siempre, estos textos procedentes del Vaticano vienen con
omisiones, errores, malas interpretaciones y estupideces que uno no
sabe si atribuir a la fuente o a los traductores. Habría que ver el
texto original en italiano, pero a mí, qué quieren que les diga, me da
fiaca.
Igual,
sobre el final, aquello de que “somos adoradores del hombre” no hay
duda alguna. Y era, claro está, lo que queríamos destacar aquí.
Si
aquello de que “somos adoradores del hombre” no le deja duda alguna y es
lo que usted quería destacar… Pues, amigo Tollers, LLEGUE DE UNA BUENA
VEZ HASTA LAS CONSECUENCIAS !!!
Porque
no se trata de una frasecita ambigua. No es un “lapsus calami”. Se
trata de una tremenda señal de apostasía y de CULTO A UN FALSO DIOS: EL
HOMBRE. Manifestado precisamente por quien debe combatir la idolatría.
Se
dirá… bueno, pero Montini lo dijo en sentido general o metafórico o
analógico o alegórico ya que el Hombre de que habla es seguramente
Cristo.
Ay.
No voy a entrar en ese tipo de planteos que pretenden llevar las cosas
al punto en el que NADA SE DIJO NUNCA. Todo puede ser puesto en duda y
todas las palabras son reinterpretables.
Todos sabemos el contexto historio actual y todos conocemos perfectamente de qué se trata aquello de Revolución Anticristiana.
Ese es el marco conceptual del Concilio Vaticano II. Además,
contra los hechos no hay argumentos, cincuenta años de culto y
adoración del hombre dan testimonio clarísimo de cuál fue la intensión
de aquellas palabras. De ello no cabe duda alguna.
Ocurre
que hace algún tiempo un amigo nos instaba a tratar de jerarquizar,
poner por orden de importancia, por orden de gravedad, todos los dichos
escandalosos, los faux pas, errores, papelones, bromas, herejías,
blasfemias, imbecilidades, contradicciones, inconsistencias y non
séquitur de nuestro Papa, infelizmente reinante.
Tollers
le adjudica a Bergoglio “dichos escandalosos, faux pas, errores,
papelones, bromas, herejías, blasfemias, imbecilidades, contradicciones,
inconsistencias, etc. etc….
Y tiene razón.
Claro
que lo de bromas… son tan malas las pocas que le he escuchado que,
francamente, me parece mejor llamarlas “grotescos y/o groseros
patetismos”.
Y todo lo demás, de lo que Bergoglio ha sido protagonista, lo dejo ahí. Todo menos sus HEREJÍAS y BLASFEMIAS.
Eso no se puede dejar ahí.
Bergoglio
BLASFEMA y es un HEREJE. Y esto último de modo contumaz, perseverante.
Él se mantiene en el error de las herejías desde mucho antes de ser
elegido para vestirse de blanco.
Ahora bien. Eso tiene consecuencias.
Porque
si a Tollers o a cualquiera le parece que el hecho de que alguien que
profiere herejías y blasfema y que está vestido como Papa, que se sienta
en el Trono de Pedro, que todo el mundo completo tiene como Papa
verdadero de la Iglesia Católica, que se proclama a sí mismo
(tácitamente lo hace) Sumo Pontífice y Vicario de Cristo en la Tierra,
puede dejarse ahí, sin más ni consecuencias…; entonces, deberá conceder
que Dios, más que un Padre bondadoso, parece un sádico que disfruta con
la angustiosa confusión de sus criaturas.
A menos que…
A
menos que Tollers esté dispuesto a admitir que el Buen Dios
Misericordioso nos ha dado las herramientas necesarias para zafar de
dicha disyuntiva, entender lo que está pasando y separarnos del monstruo
para poder HUIR de quienes son USURPADORES de los cargos eclesiásticos.
Porque,
si acaso las cosas fueran de tal modo que no pudiéramos separarnos de
ellos (y no podríamos, de tratarse de las verdaderas autoridades de la
Iglesia con poder de jurisdicción sobre nosotros), no podríamos huir,
pese al mandato existente en tal sentido.
Me
dejó pensando. Por lo pronto, por la cantidad incontable de cosas que
viene diciendo desde hace casi tres años a esta parte. El sólo número,
la sola cantidad de dichos a sopesar de sus discursos, homilías,
entrevistas y malhadadas conferencias de prensa (destácanse cuando son a
bordo de un avión), son como para intimidar a cualquiera. Y nosotros
que—por decir lo menos—no somos papólatras y que en el fino fondo de
nuestras pobres almas nos importa un rábano lo que este pardillo pueda
decir, no venimos siguiéndolo día a día, paso a paso, ni por pienso.
Eso no le haría bien a nadie. Antes, querríamos leer a Minucio Félix o a Evagrio Póntico, no sé si me hago entender.
Está
bien; guste o no es un argumento. Es algo así como decir que porque “no
somos papólatras”, nos pasamos por la galleta lo que digan los Papas.
Sobre todo, este que nos tiene podridos a todos.
Suponiendo que estuviera bien, tengo que decir que eso no basta. Es más… está mal, si el que está en Roma es un Verdadero Papa.
Nadie podrá convencerme nunca de que podemos prescindir del Papa, si es legítimo pontífice.
Si es Papa, habrá que seguirlo; le guste o no a Jack Tollers o a nosotros.
El asunto es que precisamente Dios, que es quien puso a los Papas en su puesto, los puso por algo y para algo.
Los puso para que guarden el Depósito de la FE y para que lo den a los hombres.
Otra cosa sería netamente PROTESTANTISMO.
Pero, por la fuerza de los medios masivos de comunicación, por el mal que este sujeto le hace a la pobre gente sin formación,
que quiere acertar sino que anda como ovejas sin pastor, algo de
atención le hemos prestado, a pesar de todo y muy a nuestro pesar. Por
defender a esos pobres cristianos que no tienen por qué saber que tienen por pastor a un lobo disfrazado de tal; sí, algo de atención, alguito de eso, le hemos prestado, sí señor.
¿Por
dónde empezar, pues? ¿Qué es lo más grave, qué es lo peor de este
Pontífice? ¿Qué cosas son las peores? Y entre otros asuntos: ¿lo que
hizo o lo que dijo? ¿Cuál es la nota distintiva de su pontificado, qué
cosa hay que señalar en primerísimo lugar, de dónde emanaría todo lo
demás?
Como
ven, la cuestión no es nada fácil. Más fácil, mucho más fácil— aunque
es tarea, por cierto, en modo alguno desdeñable (ni tampoco tan fácil,
no vayan a creer), la que acometen los del Denzinger-Bergoglio,
desemenuzando, palabra tras palabra, frase tras frase del Papa
Francisco, para luego cotejarla con lo que han dicho nuestros Mayores,
con lo que consta en la Tradición, o, por lo menos, en el magisterio
quod semper, quod ubique, quod ab ómnibus.
Nuevamente. Está bien. Son sus
argumentos y son respetables. Pero con eso no hacemos absolutamente
nada; el problema sigue sin siquiera un atisbo de solución o de
propuesta coherente.A partir de ahora voy a destacar ciertos términos de Tollers en azul:
Pero aquí nuestro amigo pedía síntesis. ¿Qué es, sencillamente, lo peor de este papa, lo más malo de este papado, hacia dónde apuntar para dar en el centro de su tenebroso corazón, cómo acertar con el origen mismo de sus canalladas, de su horrible falta de buen gusto, de sus gestos plebeyos, de sus macabras bromas (como
la que le hizo al chico ese que juntaba las manos en clásica pose de
oración: “¿Qué, tenés las manos pegadas?”), de los denuestos, insultos e
improperios que le encanta dedicar a la mejor gente mientras se goza
en la compañía de maricones y lesbianas, de drogadictos impenitentes,
delincuentes contumaces, políticos ladrones, frívolos periodistas e
incorregibles prostitutas orgullosas de serlo y de ser modelos para
centenares de adolescentes; éste que se destaca por sus
increíbles omisiones cuando de mártires se trata, que se dedica a
insultar a las madres de numerosa prole, que se caracteriza por un odio
invencible hacia los que luchan en contra del aborto, que se complace en ejercicios exegéticos bordeando la blasfemia cuando quiere explicar este o aquel otro pasaje de la Escritura… de dónde procede su gusto por infringir cuanta rúbrica litúrgica se le cruza en el camino, incluso
negándose a doblar las rodillas frente al Santísimo Sacramento (no así
cuando se trata de lavarle los pies a una musulmana)?
Y
así podríamos seguir y seguir: pero no hemos dado en el blanco; o
bueno, quizás debiésemos decir en el punto negro que es el centro de su
pensamiento (pero eso es una estupidez, no lo tiene); o en el centro de
su corazón (pero esa es otra estupidez, pues aquí rige aquello de “no
juzgar”).
Con todo, don Wanderer, excúseme Ud. (and I speak under correction) aquí lo que provisoriamente creo.
Yo creo que Bergoglio, el Papa Francisco I, es el anti-Mikael.
Si Tollers hubiera dicho que Bergoglio es anticristo,
hubiera sido exactamente lo mismo y se hubiera ahorrado un montón de
palabras, como todo lector despierto y honrado verá en las propias
palabras de Tollers.
No obstante,
Tollers sigue llamándolo “Papa Franciso I”. Para Jack Tollers se puede
al mismo tiempo ser ambas cosas. Y no exagero: el mismo Tollers lo
demuestra seguidamente:
¿Qué
quiero decir con esto? Bueno, resulta relativamente fácil de
comprender: si Mikael, el nombre del Primer Arcángel, quiere decir
¿Quién como Dios?, destacando la Omnipotencia, la Gloria, la Majestad,
las Prerrogativas, los Privilegios, la Magistratura, la Judicatura de
este, el Señor de los Ejércitos con sus carros y caballería, el
Esplendor de este Rey de reyes, Juez de jueces, el “totalmente Otro”
(Orígenes), el Absoluto, el Trascendente, el que está “más allá de todo”
(Agustín), ante el cual cuando aparezca en su Parusía “hasta el justo
temblará” (Tomás de Celano, secuencia del Dies Irae), ante ese Dios, ese
que le pregunta a Job dónde estaba cuando Él hacía las montañas, ese
que le dijo a los fariseos “antes que Abraham fuera, Yo soy”… ese Dios,
el Dios de nuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el
Dios verdadero de Dios verdadero… ese Dios que ensalza San Miguel
Arcángel, que alaban los nueve coros angélicos en compañía de la
Comunión de los Santos, de la Iglesia Triunfante en unión con la
Purgante y la Militante… ese Dios… el que describe el salmo 28 cuya voz
hace estallar al desierto en llamas… el que, como promete el
Apocalipsis, regirá las naciones con cetro de hierro…
Es el Dios que nos inspira temor de Dios, el principio de la sabiduría.
Ese Dios es el que esssteee infeliz, este usurpador, este ignorante y Gran Pelafustán no reconoce, no
identifica, no alaba, ante el cual no dobla su rodilla y al que se
niega a servir, ignorando sus leyes y decretos, menospreciando sus
ordenanzas y mandatos y persiguiendo a sus santos servidores.
No sé si me explico.
Pero,
¡claro que se explica, don Tollers! Se explica usted con toda claridad.
Es más, ¡¡¡GUAU!!!, difícilmente se encuentran acusaciones más pesadas
que la suya.
Dice
bien usted; y da una buena descripción del asunto. Muestra con acierto
la clase de engendro del infierno que es el que USURPA (así dice usted,
USURPADOR lo llama, por si acaso usted mismo no lo hubiese, notado se lo
remarco) el Trono de Pedro; digamos de paso que, si lo USURPA, es
solamente por UNA COSA. Porque NO ES lo que dice ser. Porque NO ES, lo
que quienes rodean a Bergoglio dicen que él es; porque NO ES lo que todo
el mundo cree.
Por eso; se explica muy bien Tollers, pero lo hace hasta llegar a cierto lugar y allí se detiene.
Se explica bien Jack Tollers; pero tengo para reclamarle alguna pequeña cosa; “tengo contra ti que toleras a esa mujer Jezabel…”
Es
decir, querido y respetado Jack Tollers; usted y otros como usted,
inconsecuentes todos, no llegan a donde deberían llegar, aunque lo
insinúan.
Resulta
insólito. Llaman USURPADOR al mismo al que reconocen LEGÍTIMO OCUPANTE
del Solio Pontificio. He aquí la eterna incoherencia en que nadan.
Deberían decidirse.
De aquí emana su relativismo, todas las religiones son iguales, segual.
De aquí que no quiere “proselitismo” (antes se llamaba evangelización) y mucho menos respecto de los judíos.
De aquí su ignorancia de las Escrituras, de la exégesis de los Padres, de aquí su menosprecio de las definiciones de los concilios, de las precisiones de los doctores.
De aquí su absoluto desprecio por las indicaciones litúrgicas, por los modos indicados para adorar, alabar y servir a Nuestro Señor.
De aquí procede su resentimiento e inclinación “democrática”
en el sentido que decía C.S. Lewis, que nunca la chica linda le dice a
la fea “te quiero decir que soy igual que vos”. No, es la fea, la que
dice cosas así…
Este tipo odia la Jerarquía: odia la Verdad, el Bien y la Belleza.
Es el plebeyo por excelencia.
Y por eso es el anti-Mikael.
Nueva interrupción que, de seguro, no molestará al amigo Jack.
De todo lo que acusa a Bergoglio, no hace falta aclarar nada. Lo comparto absolutamente, como era de esperar.
Ahora
bien; EL PLEBEYO POR EXCELENCIA, es EL ANTICRISTO. Decir que Bergoglio
ODIA LA JERAQUÍA, ODIA LA VERDAD, ODIA EL BIEN y ODIA LA BELLEZA, es
estar describiendo con precisión de relojero AL ANTICRISTO.
Y
decir que Bergoglio es el ANTI-MIKAEL, es promulgarlo. Es decir y
afirmar que Bergoglio es EL ANTICRISTO, o por lo menos su FALSO PROFETA.
Lo que Jack Tollers, por su bien y el de quienes lo leen, debería explicar es:
¿Cómo encaja todo eso con el hecho de que TODAVÍA siga afirmando que Bergoglio es el Vicario de Cristo sobre la tierra?
Por
estos días me encuentro abocado al asunto de los antisedevacantistas
Salza/Siscoe… Tollers aporta, quizás a pesar suyo, buenos argumentos en
contra de la supina incongruencia y absurdo de los que sostienen que la
Sede apostólica se encuentra bien ocupada.
De aquí procede su indiferentismo, su increíble falta de gusto, su irremediable cursilería, sus preferencias en materia estética…
De aquí también, su Papolatría (“¡No seas egoísta!”), su afán por las tapas de las revistas de moda, su sistemática pesca por el reconocimiento del mundo, por el premio Nobel (y si no, ¿por qué ir a Suecia? Allí no quedan ya Luteranos… ), su deseo de que el día de mañana, a él también lo canonicen (como a casi todos sus predecesores).
A
lo mejor sueña con una calle que lleve su nombre, o una estatua que
presida alguna plaza… qué sé yo (“Caído de Dios, te caerás de ti mismo”
decía, otra vez, San Agustín).
Pero, ¿qué era lo que pedía Pablo VI, hace cosa de 50 años atrás?
¡Ah sí! Que los “humanistas modernos” reconozcan que nosotros (nosotros, los de la Iglesia Conciliar, claro está) somos—más que ellos—“adoradores del hombre”.
Adoradores
del hombre que aprendimos de Satanás una lección allá por los
principios de su historia y que hoy constituye nuestro lema: Non
serviam.
Ante ellos, ante nosotros y ante el Papa actual, ruge San Miguel Arcángel con toda su voz:
¿Quién como Dios?
Ay ay ay… Jack, Jack. Si la burra de Baalam profetizó, no me extraña este lapsus suyo, que va entre paréntesis…
Los
lectores pueden verlo por sí mismos. Se trata de alguien que dice muchas
cosas de Bergoglio; todas ciertas; pero no concluye en la Verdad.
¿Y por qué no concluye en la Verdad?
Pues, como él mismo admite y reconoce, “nosotros, los de la Iglesia Conciliar, claro está”.
Jack
Tollers escribe esa frase en primera persona del plural. Es obvio que
hace hablar a Montini o a todos aquellos que se reconocen conciliares…;
sin embargo, ¿no le cabe a Jack Tollers ser imputado de pertenecer a
dicha iglesia conciliar?
¿No parece que Tollers mismo estuviera hablando?
Es que… ¿acaso no es así?
Tollers describe con precisión a SU ANTICRISTO, a SU FALSO PROFETA, a SU ANTI-MIKAEL, ¡pero continúa llamándolo PAPA!
¿Qué, no oyen su voz? Pues entonces lo siento mucho.
No hay peor sordo que el que no quiere oír.
Jack Tollers
Ni más ciego que el que no quiere ver, amigo Jack; y por tratarse de usted, yo también lo siento mucho.
P/S: Hay una
cosa que creo que explica un poco esta ejemplar ceguera; creo que
proviene de considerar como si fuera de menor importancia aquello que es
prioritario y esencial. Surge de palabras del mismo Jack Tollers.
En algún otro artículo de hace tiempo del mismo blog, fue dable observar esto,
“Que (Bergoglio) diga una que otra herejía cristológica, vaya y venga,
pero esto otro de los homosexuales, (etc, etc… ) ya es el colmo”.
Que ahora
aparece expresado así: “Como ven, la cuestión no es nada fácil. Más
fácil, mucho más fácil— aunque es tarea, por cierto, en modo alguno
desdeñable (ni tampoco tan fácil, no vayan a creer), la que acometen los
del Denzinger-Bergoglio, desmenuzando, palabra tras palabra, frase tras
frase del Papa Francisco, para luego cotejarla con lo que han dicho
nuestros Mayores, con lo que consta en la Tradición, o, por lo menos, en
el magisterio quod semper, quod ubique, quod ab ómnibus.”
En
definitiva, queda como flotando en el aire que en su consideración, la
Fe, la Ortodoxia Doctrinal pesan un poco menos que ciertas cuestiones
relacionadas con la moralidad y las costumbres.