TERRORISMO
No entiendo lo que sucede en mi Patria; pido por favor que alguien me ilustre
por Juan Manuel Otero
Hace un par de años, la
Corte Suprema de Justicia de la Nación sobreseyó definitivamente a un grupo de
ex montoneros, entre ellos a Mario Firmenich y a Horacio Verbitsky, por la
grave responsabilidad que pudo haberles correspondido en el sanguinario
atentado perpetrado en el comedor del edificio de la Policía Federal, en 1976. En aquel ataque fueron
asesinadas 23 personas y un centenar de hombres y mujeres que allí estaban
circunstancialmente resultaron heridos, en muchos casos de gravedad.
Este terrible atentado
-apenas uno de tantos de los “jóvenes maravillosos”- contra inocentes y su
conclusión sin consecuencias para sus responsables es otra muestra de la
justicia prevaricadora que se instaló hace años en nuestra Nación. Podríamos
hablar también de niños destrozados por bombas instaladas bajo su cama por
“valientes” terroristas o soldados de la Patria secuestrados por largo tiempo
en cuevas llamadas “cárceles del pueblo” y torturados hasta morir, pero
centrémonos en este atentado para mejor comprensión de mis dudas.
El fundamento de este
caso irresuelto es muy simple, el paso del tiempo sin que se llegue a sentencia
ocasiona la prescripción del delito imputado.
Dejando de lado los
años y años que esta causa “durmió” apilada juntando polvo, se trata de una
conclusión jurídicamente -no moral ni éticamente- justa. Así lo establecen las
leyes penales. Pero la gran diferencia es que en este país de prevaricadores
jueces tuertos, a los terroristas asesinos que se alzaron en armas contra la
Nación sembrando muerte y terror a su paso, les prescriben sus aberrantes
delitos. En cambio a los integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad que
cumplieron órdenes del Presidente de la Nación, enfrentando y derrotando a los
traidores a la Patria, les cabe la tipificación de delitos de Lesa Humanidad y
como tales, imprescriptibles.
Ahora bien, es
universalmente sabido que cada imputación criminal debe ser juzgada conforme la
Ley vigente al momento del hecho. Una Ley posterior no puede ni debe aplicarse
para su juzgamiento. Esto es muy claro, la ley penal no es retroactiva, salvo
la única excepción en que su aplicación favorezca la posición del imputado
frente al Tribunal.
El 17 de Julio de 1998
se aprobó el Estatuto de Roma que tipificó, ergo creó, los delitos de Genocidio
y Lesa Humanidad. Soportó media docena de enmiendas y finalmente entró en vigor
el 1º de julio de 2002.
En su Art. 7º define
como “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando
se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una
población civil y con conocimiento de dicho ataque. Y en algunos de sus incisos
cita:
a) Asesinato;
b) Exterminio;
e) Encarcelación u otra
privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de
derecho internacional;
f) Tortura;
h) Persecución de un
grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos,
raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el
párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con
arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado en
el presente párrafo o con cualquier crimen de la competencia de la Corte;
i) Desaparición forzada
de personas;
k) Otros actos
inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos
o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.
Como vemos, se trata de
delitos muy conocidos y sufridos por los argentinos en múltiples oportunidades
cometidos por las organizaciones terroristas a través de sus integrantes
entrenados, equipados y financiados en paraísos comunistas.
Es de aclarar que a
estas organizaciones el mismo Estatuto las incluye como responsables, es decir
que indefectiblemente serán pasibles de juzgamiento por la comisión de
tales delitos.
Además, conforme los
principios universales del derecho penal, el Estatuto es muy claro respecto de
la vigencia temporal de la ley penal.
“Nulla poena sine lege”
Artículo 23: Quien sea
declarado culpable por la Corte únicamente podrá ser penado de conformidad con
el presente Estatuto.
Irretroactividad ratione personae
Artículo 24:
- Nadie será penalmente responsable de conformidad con el presente Estatuto por una conducta anterior a su entrada en vigor.
- De modificarse el derecho aplicable a una causa antes de que se dicte la sentencia definitiva, se aplicarán las disposiciones más favorables a la persona objeto de la investigación, el enjuiciamiento o la condena”.
Y así llegamos
finalmente al interrogante que ningún juez, legislador, funcionario o
interesado en el tema nos ha podido responder.
Hemos referido, en uno
y otro caso a crímenes cometidos en el siglo pasado cuando no existían los
delitos de “Genocidio” ni de “Lesa Humanidad”, es decir que, independientemente
de la pena que corresponda, el paso del tiempo prescribe la acción.
¿Por qué, entonces, se
aplica la ley en forma retroactiva declarando imprescriptible sólo la represión
de los integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad?
¿Por qué los crímenes de
alzarse en armas contra la Nación, repelidos por las FFAA, son considerados
prescriptos si les corresponde el mismo tratamiento?
Si la ley no es
retroactiva ni unos ni otros deberían estar imputados. Y si se concede, con
fundamentos contundentes, en aplicar la excepción de retroactividad, los
imputados deberían ser también los terroristas junto a los integrantes de las
FFAA que hubieran cometido los crímenes tipificados.
Pero atenta contra la
moral y choca contra la justicia que quienes se alzaron en armas como cobardes
Traidores a la Patria sean premiados con dineros públicos, ensalzadas sus
gestas asesinas, elevados a cargos públicos y asesorías presidenciales y
quienes cumplieron justas órdenes de combatirlos sufran cárceles inhumanas por
años y años, sin sentencia, sin pruebas, sin derechos de excarcelación por
avanzada edad, falta de resolución, estado de precaria salud, en fin por falta
de DERECHOS HUMANOS.
Invito finalmente al
Secretario de Derechos Humanos, a los jueces de la Nación, a Fiscales, a Legisladores
y a tantos periodistas de renombre que se dedican a ensalzar a los terroristas
y denostar a quienes nos defendieron del peligro comunista, a que me
ilustren porque no comprendo lo que sucede en mi querida Patria.
MI OPINIÓN A SU
PREGUNTA: Tratando de ser lo más sintético posible, lo que sucede en la
Argentina es que estamos llenos de argentinos. El argentino medio es un
individuo egoísta, desmemoriado, oportunista, pagado de si mismo, ingrato,
vanidoso en extremo que cree que todo el mundo debe considerarlo, el típico
ventajero que se las cree todas y en estos últimos tiempos hace gala de un
panquequismo “made in house” que los hace más condenables. Por esos vicios
enumerados, los argentinos permitieron que aquellos que nos defendieron y salvaron
de las hordas comunistas, paguen la cobardía de una dirigencia corrompida hasta
el tuétano que se amancebó con los poderes de turno, esos que antaño querían la
destrucción de la guerrilla, pero como en política siempre hay intereses
cambiantes, una vez que lo hicieron, los vientos fueron en otras
direcciones y los buenos ya no eran buenos y los malos ya no eran malos. Por lo
tanto las reglas fueron otras, algo así como con el flautista de Hamelin o si
se quiere más folclórico, el típico caso del profiláctico, que se usa y luego
se desecha. Por eso es que estamos cuesta abajo en la rodada como cantaba
Gardel y no pararemos hasta que este pueblo vuelva a ser heroico y valiente.
Mientras tanto, que se sigan muriendo los soldados que nos defendieron, es un
tema menor, los problemas de este pueblo son la inflación, la inseguridad, el
ajuste salarial, no pagar ganancias y las vacaciones, lo demás le importa un
rábano.
Para muestra
basta un botón, qué se puede pretender de este pueblo si quien supuestamente sería
el Vicario de Cristo en la tierra, argentino también él, se desgañita
“misericordiando” por los derechos de los homosexuales, de los adúlteros, de
los musulmanes, de los ateos, de los comunistas, de la madre tierra y el verso
de la ecología mundialista, pide por la liberación de una delincuente que carga
sobre sus espaldas todos los delitos que la ley pena, narcotraficante, jefe de
una asociación ilícita de terroristas marxistas, ladrona que ha robado
centenares de millones de pesos en complicidad con un gobierno corrupto que ha
desmembrado la República, extorsionadora y mafiosa profesional, y no ha abierto
su boca por esos pobres ancianos víctimas de la venganza de los terroristas
derrotados en la guerra de la subversión de los setenta.
Mi amigo, este pueblo
no tiene cura y el que se hace pasar por uno es un farsante.