Publicado por Revista Cabildo Nº44
Mes de Marzo 2005.3era-Época
REVISTA CABILDO Nº44-
MES DE MARZO DE 2005-
MIRANDO PASAR LOS HECHOS-
por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ
LAS DERROTAS DE KlRCHNER
SANTIAGO QUERIDO
ESTE gobierno es básicamente mediático -expresión que bien podría traducirse como farsante- y, en tal carácter, convierte los logros parciales y precarios en éxitos totales y definitivos y las derrotas si no las puede disimular u ocultar, en episodios sin importancia. Es lo que hizo en Santiago del Estero. Allí, en las elecciones que convocó el interventor designado por el poder nacional, venció la oposición radical por un porcentaje no demasiado amplio pero indudable y elocuente; lo que podría ser considerado como una de las alternativas legítimas de la democracia. Pero sucede que el que mordió el polvo fue el matrimonio Juárez que es tanto la sobrevivencia grotesca como el símbolo de un populismo clientelista amoral, parodia funambulesca de los heroicos caudillajes del siglo XIX. Si el peronismo es una tragicomedia nacional (al igual que su par, el radicalismo) en esas provincias pequeñas resume todos sus rasgos y los peores vicios.
No importa en modo alguno que la pareja hasta hace poco reinante en la jurisdicción haya emprendido el camino hacia el olvido, lo que es positivo en sí mismo; por su parte ni el más romántico o estólido de los radicales podrá ver en este triunfo un punto de recuperación de su poderío de antaño. Lo que cabe destacar -cosa que muy pocos hicieron- es que junto con ellos sufrió el percance el peronismo oficial, ya que antes de las elecciones tanto el presidente Kirchner como el vice Scioli visitaron la provincia en apoyo de Figueroa, el candidato de los Juárez. Lo hicieron en pago a que en el 2003 éstos también habían hecho lo mismo con él en oposición a Menem (recuérdese que unos otro fueron, durante la gestión liberal-peronista de los '90 su agentes solidarios en sus respectivos territorios) Por supuesto este cuestiones de lealtad no tiene sentido ni cabida en la práctica política de nuestros días ya que todo se trata de un grueso toma y daca de favores, pero vale la pena registrar el dato. Importa, en cambio, señalar que Kirchner fue vencido en esta primera confrontación de votos, a pesar de la bochinchera euforia que pretendía imponer para edulcorar su gestión. Más allá de las amañadas encuestas (que sus buenos dineros reservados le costará) el primer magistrado no consigue imponer "institucionalmente" su imagen, los resultados de Santiago deben ser considerados una señal y un indicio de cierta desconfianza e una opinión pública desorientada la peronista, porque no termina de comprender a este irascible perscnaje que a cada rato levanta banderas que el justicialista medio no entiende, la independiente porque no termina de confiar ni tiene razones para creer en un político tan cambiante y con síntomas de desgaste mental.
MEMEZ EN CATAMARCÁ
No le fue mejor al oficialismo en Catamarca, el 6 de marzo. Ganó el Frente Cívico (con un ausentismo del 50% del padrón) de entraña radical y grupos menores, que consiguió sumar casi clandestinamente a dos diputados kirchneristas; curiosa cabriola porque esa alianza tácita entre la "oposición" y el gobierno central se llevó a cabo precisamente el día siguiente al que Raúl Alfonsín afirmaba que la UCR era la única oposición posible. Estos confusos enjuagues -aunque, si se quiere, de menor cuantía- ya dejan ver cómo se están reagrupando las fuerzas políticas, por encima de la división peronismo-radicalismo. Es que ambos se deformaron tanto que se los debe considerar virtualmente desaparecidos por irreconocibles. Lo que hay que esperar es que la partidocracia argentina sea capaz -mientras perdure el régimen de la democracia- de generar nuevas alternativas para superar este anquilosamiento, detrás del cual se viene gestando un proceso sórdido de uniones y acercamientos en el que el así llamado progresismo se va instalando sin definirse, multifacético y polivalente para ocupar todo el espacio del poder, de todos los poderes.
EL GORDO MOYANO
El esperpéntico dirigente Hugo Moyano consiguió, aun cuando no alcanzara de inmediato sus declamados propósitos, lo que buscaba: a saber, adquirir un protagonismo excluyante que le asegurara el unicato futuro de la CGT.
Para eso no vaciló en crear un conflicto artificial con una empresa (tratándose, en todo caso, de un litigio intersindical), ponerse una vez más como víctima y reivindicador de supuestas conquistas. Contó con una aceitada disciplina de matones que sin saber a ciencia cierta de qué se trataba, agredieron a la policía y pusieron otra vez en cuestión la vigencia del orden legal, tan manoseado en estos tiempos democráticos. Evidentemente no lo acompañaron a Moyano los demás "gordos" por lo que no logró una dimensión nacional y todo quedó reducido a un choque con una empresa que se perjudicó innecesariamente. Para completar el estrago, y tanto como para ponerse a tono con el régimen de impunidad que está imponiendo el go-bierno, el sindicato de camioneros interpuso un pedido de juicio político contra el fiscal que ordenó la muy legítima represión policial contra los ocupantes de la empresa. De esta manera y de prosperar tal recurso se conseguirá amedrentar a los funcionarios judiciales que se decidan a comportarse según la ley, pretensión verdaderamente enojosa para este sistema que busca manejar los resortes tribunalicios según su conveniencia y voluntad. El país se desploma bajo los golpes que los más revoltosos le aplican día a día sin que se permita reacción alguna.
CINISMO
El kirchnerismo no tiene capacidad para arrepentirse ni para rectificarse. La "primera dama" clausuró un ritual congreso sobre los derechos humanos -una insoportable remake de la vieja película que se viene filmando desde hace casi un cuarto de siglo- reclamando generosidad para todos y que el museo de la memoria incluya a unos y a otros para que "no se nos acuse de tener una mitad de la memoria". No se sabe si uno se encuentra ante un habitual acto de cinismo, tan propio de la gente de este gobierno, o ante un acto fallido del subconsciente que lleva a los dueños del poder a morigerar las culpas; o, más probablemente, a una especulación política para no abrir nuevos frentes para lo cual resultaría conveniente abandonar la tan simplista línea que coloca a los buenos de un lado y a los malos del otro. Por supuesto que esta declaración de la señora Cristina Fernández no implica de ningún modo renunciar a la política de persecución contra los militares para lo que cuentan con jueces tan aptos para la venganza como los que tenemos.
UN LOCO EN LA ROSADA
Por ciertos acontecimientos nos vemos obligados a temer por la salud mental del primer magistrado. Veamos.
1) Atosigado el gobierno por el escándalo de las extrañas valijas que se desplazan solas a través del Atlántico, decidió aprovecharlo para volver a descabezar a la Fuerza Aérea, en la certeza de que los brigadieres recién ascendidos y pasados a pasividad sin más, no tenían en absoluto nada que ver con el tráfico de drogas. Lo hizo en primer lugar para desviar la atención de los principales sospe-chados (el secretario de Transporte Ricardo Jaime y el embajador en España Carlos Betini, curioso producto éste del hampa que se mueve entre lo peor del capitalismo financiero y del terrorismo de los 70) dejando en la conciencia pública la sombra de que aquellos altos oficiales alguna culpa cargaban. Y de paso le sirvió para despuntar su inextinguible odio a los militares. Se trató de una maniobra miserable y humillante de la que, no obstante su perversidad, se olvidó enseguida porque a los pocos días calificó al hecho como "simplemente policial" Si es así ¿por qué echó a casi dos decenas de brigadieres sin fundamento alguno? Y, sobre todo ¿por qué y hasta cuándo nuestros uniformados seguirán tolerando estas prepotencias progresistas, mezcla de rabia mal contenida y de astucia tosca, bajo la inspiración del fauno detrás del trono, Horacio Verbistky?
2) En tanto todas las miradas se dirigen con toda razón a sus propios funcionarios (la empresa SW no cumplió con el propósito que justificaba su creación, la de absorber a los empleados desocupados de LAPA y se trata de una empresa subsidiada casi integramente con fondos del Estado y
sobre la cual nadie ejercía control fuera de los burócratas del gobierno) el presidente y su chirolita oficial el ministro Fernández, defendieron a Jaime y a Bettini antes que el cansino y complaciente juez Liporace se pronunciara en algún sentido. Esto se llama tapar el cielo con un harnero.
3) El presidente salió a desmentir implícitamente a su ministro abortista Ginés González García cuando afirmó que su gobierno no lo es ¿A qué dejarlo, pues?
Por mucho menos echó a otros colaboradores en su afán de imponer y asegurar un hegemonismo férreo y sin fisuras. ¡En cambio de eso pidió el alejamiento del obispo castrense, Mons. Antonio Baseotto por haber criticado al susodicho ideólogo de los asesinatos masivos de inocentes! ¿No
hay en su círculo de Santa Cruz alguien que, además de manejarle la preciosa caja, le dé consejos de lógica elemental que le evite estas desagradables transgresiones al sentido común?
4) En fiera reacción contra la SIP -que lo acusó de distribuir millones de pesos del erario nacional en diarios pequeños o de escasa circulación- fustigó a su ex presidente de colaborador de la "tiranía" uruguaya. Lo que cal fue que ese abundante dinero público era provisto a la insignificate prensa adicta (Página 12, Rad 10...) como precio a su colabor cionismo. Lo lógico es, obvíamente, que los actos del gobierno bu quen difusión especialmente pi los medios con más llegada, r con los cómplices.
5) El canciller Bielsa no le \ en zaga a su presidente en mat ria de alienación; pretender redi cir el episodio del tráfico de dn gas mediante una compañía de aviación subsidiada por el Estado y creada para eso, a un problema de "tres valijas", como dijo, es inpensable en una inteligencia no mal que puede estar dispuesta a mentir o a confundir pero que no puede recurrir a engañifas propias de vendedores de buzones, de cualquier cosa y recurrir a cualquier simplicidad porque es ofender a quien se dirige, el pueblo a gentino. En lo que se refiere al sugestivo "blooper" en que incurrír el presidente teórico de WS, que llamó a Jaime "mi jefe", se puede decir que equivale a una virtud de confesión de parte. He aquí a los que tienen el poder y sus allegados.
BOLIVIA EN SU LÍMITE
Bolivia, nuestro hermoso vecino, está -dicho sin dramatismo pero con exactitud- al borde de su extinción si es que no consigue superar su actual crisis interna. Condenada a una dolorosa sobrevivencia desde que fuera privada de la salida al mar, viene sufriendo desde su nacimiento como nación soberana un cruento proceso de segregación y balcanización que no parece haberse interrumpido; por el contrario todo indica que imprevistamente se ha reabierto como en un asalto final a cualquier nacionalista la desaparición por extinción o secesión de una comunidad nacional no puede dejar de lastimarlo y, también, de alarmarlo. Porque tal vez esa agresión que presenciamos sobre nuestras fronteras pueda ampliarse con muy graves consecuencias de todo tipo, en especial geopolíticas e ideológicas. Cualquier teórico sabe la importancia que en aquel sentido tiene el espacio boliviano a los efectos de resguardar el equilibrio en la región. Pero, además, la próspera Santa Cruz en el oriente, es pieza degustada desde hace generaciones por el expansionismo brasileño. Por su parte el subterráneo Evo Morales -histórico dirigente cocacolero, vinculado con los peores intereses de la subversión colombiana- es el instrumento del marxistoide Chavez en el país. Mientras tanto el gobierno argentino ha asumido una actitud lejana como si el litigio le fuera ajeno. Es que la política exterior de los montoneros en el poder -los mismos que intentaron crear junto con sus aliados del ERP un Estado separado durante los 70 en Tucumán- no tiene programa ni fines ni proyección y no va más allá de apoyar a la Cuba de Castro y de acomodarse con la mayor discreción posible a los reclamos de Estados Unidos, permitiéndose de vez en cuando algún rezongo verbal.
La Argentina debiera seguir muy de cerca esta crisis que tiene rasgos de terminal e, incluso, decidirse a adoptar una intervención activa porque no es justo ni conveniente que una comunidad tan digna como Bolivia desaparezca en beneficio de su vecino más poderoso (de producirse el altiplano caerá en lo que se puede llamar la zona de influencia de Brasil y significará un acercamiento al ansiado Pacífico, núcleo de las preocupaciones geopolíticas de Itamaraty) Chavez y Lula -probablemente con la aquiescencia de Kirchner y la indiferencia de Lagos- han pactado la partición -uno en función de una política histórica y otro por premuras ideológicas- que repercutirá en la distribución del poder internacional de Sudamérica Todo nuestro siglo XXI ha de quedar marcado por este reacomodamiento territorial. •
MEMEZ EN CATAMARCÁ
No le fue mejor al oficialismo en Catamarca, el 6 de marzo. Ganó el Frente Cívico (con un ausentismo del 50% del padrón) de entraña radical y grupos menores, que consiguió sumar casi clandestinamente a dos diputados kirchneristas; curiosa cabriola porque esa alianza tácita entre la "oposición" y el gobierno central se llevó a cabo precisamente el día siguiente al que Raúl Alfonsín afirmaba que la UCR era la única oposición posible. Estos confusos enjuagues -aunque, si se quiere, de menor cuantía- ya dejan ver cómo se están reagrupando las fuerzas políticas, por encima de la división peronismo-radicalismo. Es que ambos se deformaron tanto que se los debe considerar virtualmente desaparecidos por irreconocibles. Lo que hay que esperar es que la partidocracia argentina sea capaz -mientras perdure el régimen de la democracia- de generar nuevas alternativas para superar este anquilosamiento, detrás del cual se viene gestando un proceso sórdido de uniones y acercamientos en el que el así llamado progresismo se va instalando sin definirse, multifacético y polivalente para ocupar todo el espacio del poder, de todos los poderes.
EL GORDO MOYANO
El esperpéntico dirigente Hugo Moyano consiguió, aun cuando no alcanzara de inmediato sus declamados propósitos, lo que buscaba: a saber, adquirir un protagonismo excluyante que le asegurara el unicato futuro de la CGT.
Para eso no vaciló en crear un conflicto artificial con una empresa (tratándose, en todo caso, de un litigio intersindical), ponerse una vez más como víctima y reivindicador de supuestas conquistas. Contó con una aceitada disciplina de matones que sin saber a ciencia cierta de qué se trataba, agredieron a la policía y pusieron otra vez en cuestión la vigencia del orden legal, tan manoseado en estos tiempos democráticos. Evidentemente no lo acompañaron a Moyano los demás "gordos" por lo que no logró una dimensión nacional y todo quedó reducido a un choque con una empresa que se perjudicó innecesariamente. Para completar el estrago, y tanto como para ponerse a tono con el régimen de impunidad que está imponiendo el go-bierno, el sindicato de camioneros interpuso un pedido de juicio político contra el fiscal que ordenó la muy legítima represión policial contra los ocupantes de la empresa. De esta manera y de prosperar tal recurso se conseguirá amedrentar a los funcionarios judiciales que se decidan a comportarse según la ley, pretensión verdaderamente enojosa para este sistema que busca manejar los resortes tribunalicios según su conveniencia y voluntad. El país se desploma bajo los golpes que los más revoltosos le aplican día a día sin que se permita reacción alguna.
CINISMO
El kirchnerismo no tiene capacidad para arrepentirse ni para rectificarse. La "primera dama" clausuró un ritual congreso sobre los derechos humanos -una insoportable remake de la vieja película que se viene filmando desde hace casi un cuarto de siglo- reclamando generosidad para todos y que el museo de la memoria incluya a unos y a otros para que "no se nos acuse de tener una mitad de la memoria". No se sabe si uno se encuentra ante un habitual acto de cinismo, tan propio de la gente de este gobierno, o ante un acto fallido del subconsciente que lleva a los dueños del poder a morigerar las culpas; o, más probablemente, a una especulación política para no abrir nuevos frentes para lo cual resultaría conveniente abandonar la tan simplista línea que coloca a los buenos de un lado y a los malos del otro. Por supuesto que esta declaración de la señora Cristina Fernández no implica de ningún modo renunciar a la política de persecución contra los militares para lo que cuentan con jueces tan aptos para la venganza como los que tenemos.
UN LOCO EN LA ROSADA
Por ciertos acontecimientos nos vemos obligados a temer por la salud mental del primer magistrado. Veamos.
1) Atosigado el gobierno por el escándalo de las extrañas valijas que se desplazan solas a través del Atlántico, decidió aprovecharlo para volver a descabezar a la Fuerza Aérea, en la certeza de que los brigadieres recién ascendidos y pasados a pasividad sin más, no tenían en absoluto nada que ver con el tráfico de drogas. Lo hizo en primer lugar para desviar la atención de los principales sospe-chados (el secretario de Transporte Ricardo Jaime y el embajador en España Carlos Betini, curioso producto éste del hampa que se mueve entre lo peor del capitalismo financiero y del terrorismo de los 70) dejando en la conciencia pública la sombra de que aquellos altos oficiales alguna culpa cargaban. Y de paso le sirvió para despuntar su inextinguible odio a los militares. Se trató de una maniobra miserable y humillante de la que, no obstante su perversidad, se olvidó enseguida porque a los pocos días calificó al hecho como "simplemente policial" Si es así ¿por qué echó a casi dos decenas de brigadieres sin fundamento alguno? Y, sobre todo ¿por qué y hasta cuándo nuestros uniformados seguirán tolerando estas prepotencias progresistas, mezcla de rabia mal contenida y de astucia tosca, bajo la inspiración del fauno detrás del trono, Horacio Verbistky?
2) En tanto todas las miradas se dirigen con toda razón a sus propios funcionarios (la empresa SW no cumplió con el propósito que justificaba su creación, la de absorber a los empleados desocupados de LAPA y se trata de una empresa subsidiada casi integramente con fondos del Estado y
sobre la cual nadie ejercía control fuera de los burócratas del gobierno) el presidente y su chirolita oficial el ministro Fernández, defendieron a Jaime y a Bettini antes que el cansino y complaciente juez Liporace se pronunciara en algún sentido. Esto se llama tapar el cielo con un harnero.
3) El presidente salió a desmentir implícitamente a su ministro abortista Ginés González García cuando afirmó que su gobierno no lo es ¿A qué dejarlo, pues?
Por mucho menos echó a otros colaboradores en su afán de imponer y asegurar un hegemonismo férreo y sin fisuras. ¡En cambio de eso pidió el alejamiento del obispo castrense, Mons. Antonio Baseotto por haber criticado al susodicho ideólogo de los asesinatos masivos de inocentes! ¿No
hay en su círculo de Santa Cruz alguien que, además de manejarle la preciosa caja, le dé consejos de lógica elemental que le evite estas desagradables transgresiones al sentido común?
4) En fiera reacción contra la SIP -que lo acusó de distribuir millones de pesos del erario nacional en diarios pequeños o de escasa circulación- fustigó a su ex presidente de colaborador de la "tiranía" uruguaya. Lo que cal fue que ese abundante dinero público era provisto a la insignificate prensa adicta (Página 12, Rad 10...) como precio a su colabor cionismo. Lo lógico es, obvíamente, que los actos del gobierno bu quen difusión especialmente pi los medios con más llegada, r con los cómplices.
5) El canciller Bielsa no le \ en zaga a su presidente en mat ria de alienación; pretender redi cir el episodio del tráfico de dn gas mediante una compañía de aviación subsidiada por el Estado y creada para eso, a un problema de "tres valijas", como dijo, es inpensable en una inteligencia no mal que puede estar dispuesta a mentir o a confundir pero que no puede recurrir a engañifas propias de vendedores de buzones, de cualquier cosa y recurrir a cualquier simplicidad porque es ofender a quien se dirige, el pueblo a gentino. En lo que se refiere al sugestivo "blooper" en que incurrír el presidente teórico de WS, que llamó a Jaime "mi jefe", se puede decir que equivale a una virtud de confesión de parte. He aquí a los que tienen el poder y sus allegados.
BOLIVIA EN SU LÍMITE
Bolivia, nuestro hermoso vecino, está -dicho sin dramatismo pero con exactitud- al borde de su extinción si es que no consigue superar su actual crisis interna. Condenada a una dolorosa sobrevivencia desde que fuera privada de la salida al mar, viene sufriendo desde su nacimiento como nación soberana un cruento proceso de segregación y balcanización que no parece haberse interrumpido; por el contrario todo indica que imprevistamente se ha reabierto como en un asalto final a cualquier nacionalista la desaparición por extinción o secesión de una comunidad nacional no puede dejar de lastimarlo y, también, de alarmarlo. Porque tal vez esa agresión que presenciamos sobre nuestras fronteras pueda ampliarse con muy graves consecuencias de todo tipo, en especial geopolíticas e ideológicas. Cualquier teórico sabe la importancia que en aquel sentido tiene el espacio boliviano a los efectos de resguardar el equilibrio en la región. Pero, además, la próspera Santa Cruz en el oriente, es pieza degustada desde hace generaciones por el expansionismo brasileño. Por su parte el subterráneo Evo Morales -histórico dirigente cocacolero, vinculado con los peores intereses de la subversión colombiana- es el instrumento del marxistoide Chavez en el país. Mientras tanto el gobierno argentino ha asumido una actitud lejana como si el litigio le fuera ajeno. Es que la política exterior de los montoneros en el poder -los mismos que intentaron crear junto con sus aliados del ERP un Estado separado durante los 70 en Tucumán- no tiene programa ni fines ni proyección y no va más allá de apoyar a la Cuba de Castro y de acomodarse con la mayor discreción posible a los reclamos de Estados Unidos, permitiéndose de vez en cuando algún rezongo verbal.
La Argentina debiera seguir muy de cerca esta crisis que tiene rasgos de terminal e, incluso, decidirse a adoptar una intervención activa porque no es justo ni conveniente que una comunidad tan digna como Bolivia desaparezca en beneficio de su vecino más poderoso (de producirse el altiplano caerá en lo que se puede llamar la zona de influencia de Brasil y significará un acercamiento al ansiado Pacífico, núcleo de las preocupaciones geopolíticas de Itamaraty) Chavez y Lula -probablemente con la aquiescencia de Kirchner y la indiferencia de Lagos- han pactado la partición -uno en función de una política histórica y otro por premuras ideológicas- que repercutirá en la distribución del poder internacional de Sudamérica Todo nuestro siglo XXI ha de quedar marcado por este reacomodamiento territorial. •