Negocios en la plana mayor de la cúpula de Gendarmería Nacional. Los
nexos con el ex Secretario de Seguridad, Sergio Berni y las razones por
las que la corrupción volvió a matar. La relación de las fuerzas de
seguridad con los hermanos Zacarías y el negocio de la efedrina.
Durante años, Gendarmería Nacional no pudo sacarse el estigma de la
represión del 14 de diciembre de 1999 que les costó la vida a dos
personas. Ese día forma parte de una de las páginas más tristes de la
historia reciente de la provincia de Corrientes. Los docentes y los
estatales autoconvocados no comprendían la feroz respuesta de las
fuerzas de seguridad apostadas allí. Así comenzaba el gobierno de
Fernando De la Rúa. Con el pie izquierda. Terminaría peor.
Un integrante de los servicios de inteligencia le recordó la historia
a un allegado al flamante Presidente Mauricio Macri. El gobernador
jujeño, Gerardo Morales, temía saqueos de la organización paraestatal
comandada por Milagro Sala. Es más, en una entrevista radial afirmó que
tenían informes reservados de que ello ocurriría. Quería justificar su
pedido de tres colectivos con gendarmes, provenientes de Santiago del
Estero en la madrugada del lunes 14 de diciembre que les costó la vida a
43 jóvenes integrantes de la fuerza que debería custodiar las
fronteras. Luego de la desafortunada explicación, Morales no habló más.
Sala se manifestó en la capital jujeña en paz. ¿Quién se hace cargo del
accidente fatal en la ruta 34 en el sur de Salta?
El negocio de las ruedas. De Once a Salta. La corrupción mata. Nuevo capítulo
En las últimas horas, Mauricio Arriagada, letrado que representa a
los familiares de las víctimas de Gendarmería aseguró que “un colectivo
que pertenece a la fuerza debe ser verificado por el área logística de
Gendarmería”. Aseguró que hay indicios de que “no se cumplía con las
condiciones mínimas por no tener las habilitaciones exigidas por ley”.
Está comprobado que una cubierta delantera estalló y el chofer no pudo
controlar el colectivo que llevaba a los gendarmes. “Estaba recapada”
aseguró tres fuentes en exclusiva a Perfil.com, dos de ellas integrantes
de Gendarmería y la restante de un servicio de inteligencia. El costo
de una cubierta de estas características varía entre los 15 mil a 16 mil
pesos. Cada ómnibus necesita 8 a 10 cubiertas. En Mercado Libre se
consiguen cubiertas recapadas, esto es, no nuevas. En Gendarmería están
esperando ansiosos el resultado de las pericias.
“El negocio siempre existió pero en los últimos años no se compraban
ni las delanteras” explica la fuente a Perfil.com. El 21 de agosto del
2015, tras la represión en Panamericana de los trabajadores de la línea
60 de colectivos, Cristina Fernández de Kirchner cambió la cúpula de
Gendarmería. Dio de baja al Comandante General Enrique Alberto Zach y
ascendió a su tercero, Gerardo José Otero. Otero había sido jefe de
Compras de la fuerza y ex Director de Operaciones Lógisticas. Se lo
vinculaba directamente a la ex Ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez.
Pero su relación era con Sergio Berni. Según fuentes consultadas,
hombres de confianza de Otero “reportaban directamente al ex secretario
de Seguridad y le entregaban las ganancias semanales”. Ante la
repregunta la fuente explica que la tragedia en Salta equivaldría a la
ocurrida en la estación ferroviaria de Once pero vinculada con las
fuerzas de seguridad.
El General Otero siempre estuvo apadrinado por los Caserotto. Rubén
Caserotto fue Director de Contaduría, su hermano mayor –médico- fue
procesado por delitos de lesa humanidad. Era íntimo de Néstor Kirchner.
Fueron los encargados de colocar a personas de confianza y
recomendárselas a la ex pareja presidencial. Las andanzas sentimentales
de Roberto Caserotto –alias Chocho- rozan lo mitológico en Santa Cruz.
En el Diario Perfil, Jorge Lanata, recordó que “Chocho” fue uno de los
“felices propietarios de tierras fiscales en El Calafate”. En el 2005 lo
sacaron de la provincia tras chocar, en estado de ebriedad, una columna
de alambrado. Regresaría poco después. “Chocho” hubiese merecido un
capítulo en el recordado libro de Franco Lindler, “Los Amores de
Cristina”.
Lo cierto es que “Chocho” aparece en fotografías que accedió
PeriodismoYPunto en un balcón de Casa Rosada. Lo acompañan Miguel
Zacarías, investigado por el tráfico de efedrina e íntimo de los
Kirchner.
La jueza Servini de Cubría sospechaba que los Zacarías desembarcaron
en el Sedronar del procesado José Luis Granero, ex odontólogo de Néstor
Kirchner, a través de un grupo de gendarmes de confianza. El mismo grupo
de poder que hacía negocios con los ómnibus que llevaron a la muerte a
43 personas esta semana.
Por Luis Gasulla
@luisgasulla