22 de agosto y la mentira de “la masacre de Trelew”. Por Nicolás Márquez
En agosto de 1971, el connotado
terrorista y líder del ERP Mario Roberto Santucho y otros guerrilleros
de esa organización (entre ellos el homicida confeso Gorriarán Merlo[1])
fueron detenidos en la ciudad de Córdoba, en donde se encontraban
estableciendo contactos para afianzar la guerra revolucionaria y
coordinar actividades con el contacto local Agustín Tosco. Santucho
llevaba DNI falso bajo el nombre “Enrique Orozco”. Los terroristas
fueron detenidos en la cárcel de Villa Urquiza. En represalia por las
detenciones, el ERP asesinó de inmediato a cinco Guardiacárceles[2] y se
fugaron 16 guerrilleros del establecimiento penitenciario. Algunos de
los fugados fueron recapturados y para mayor seguridad Santucho y otros
fueron trasladados a la Cárcel de Villa Devoto, en Buenos Aires.
Durante
su estadía en el penal, Santucho reforzó los vínculos políticos con
miembros de otras organizaciones guerrilleras que también estaban
encarcelados (como Montoneros, las FAR y las FAP). Muchos de los
guerrilleros detenidos (entre ellos se encontraban la mujer de Santucho,
Ana Villarreal) el 5 de abril fueron trasladados al Penal de Rawson
(Provincia de Chubut), considerado el más seguro; sin embargo, Santucho
encontraba auspicioso el traslado porque allí había unos 200 terroristas
alojados y por ende, habría caldo de cultivo interno como para
planificar una fuga en conjunto.
Lo cierto, es que tras varios
preparativos y tareas coordinadas y pensadas, el 15 de agosto de 1972,
se produce la rimbombante fuga de guerrilleros detenidos en el citado
penal de Rawson, durante la cual asesinaron a un guardiacárcel y
escaparon a toda velocidad rumbo al aeropuerto con autos que los estaban
esperando. Otros fugitivos no tuvieron igual suerte, pues fueron
apresados la misma noche de la fuga. El ex guerrillero del ERP Pedro
Cazes Camarero, quien participó de la fuga pero formó parte del grupo
que no pudo escapar recuerda: “logramos lanzar la operación después de
convencer a los compañeros, pero el marmota que estaba en la puerta con
el camión con el que teníamos que huir se escapó creyendo que se había
podrido todo y nos dejó a pie en medio dela Patagonia”[3]. El
contingente de seis terroristas con mejor suerte, escapó en automóvil
rumbo al Aeropuerto de Trelew, donde advirtiendo un avión comercial que
estaba en la pista a punto del despegue, lograron frenarlo, asaltarlo
con la tripulación dentro, e increpar al piloto para que tuerza el
destino previsto y se dirija a Chile. El piloto del avión secuestrado,
intentó resistirse. Dijo: “No hay combustible para llegar a Puerto
Montt” (Chile). Encañonándolo, Santucho respondió: ´Pues habrá que
llegar igual`”[4]. Los terroristas que huyeron, además de Santucho
fueron delincuentes relevantes como Roberto Quieto (FAR), Marcos
Osatinsky (FAR), Fernando Vaca Narvaja (Montoneros), Domingo Menna (ERP)
y Enrique Gorriarán Merlo (ERP). Una vez en Chile, recibieron una
afectuosa bienvenida (se hospedaron en dependencias gubernamentales) por
parte del régimen marxista de Salvador Allende. Fue allí donde Allende
le regaló un arma de fuego a Santucho, para que prosiga en su hidalga
tarea de asesinar opositores[5]. El apoyo y devoción de Allende a los
guerrilleros era tan enfático, que éste mismo “había dispuesto el
suministro regular de fondos para las guerrillas argentinas y
uruguayas”[6]. Incluso, el MIR (organización terrorista chilena que
forjaría una alianza con el ERP y posteriormente enviaría tropas de
apoyo a Tucumán), por pedido del dictador chileno formaría parte de su
custodia personal en 1970[7].
Ya
en Chile, los terroristas debieron pasar varias horas de incertidumbre,
pues le solicitaron a Allende que los enviara a Cuba (país en donde el
ERP y el MIR recibían entrenamiento y logística), mientras que el
gobierno argentino había pedido al de Chile la extradición de los
terroristas. El dictador Allende se vio en la encrucijada de apañarlos y
afectar las relaciones bilaterales con Argentina, o entregarlos y
contrariar sus simpatías ideológicas para con el terrorismo marxista.
Pudo más lo segundo, y los fugitivos viajaron al totalitarismo de Cuba,
donde los esperaba alborozado uno de sus principales aliados del orden
local, el inefable Eduardo Luis Duhalde, que en los años 80` fuera
fundador de la organización homicida MTP[8] (Movimiento Todos porla
Patria) que atentara contra la democracia en 1989 asesinando a 12
soldados y hasta su deceso en el 2012 fue Secretario de DDHH del
kirchnerismo.
Lo cierto es que el día 22 de agosto de
1972 (una semana después de la mencionada fuga a Chile), 19 terroristas
que seguían detenidos en Trelew pretendieron un renovado intento de
huida, en cuyo contexto cayeron abatidos 16 de los 19 guerrilleros.
Sectores partidarios del terrorismo por
su parte, fabricaron otra versión de los hechos y alegaron que no hubo
tal intento de fuga sino que los “16 terroristas fueron ejecutados”.
Relato curioso, dado que los presuntos “fusiladores” llevaron tres
sobrevivientes del enfrentamiento al Hospital Militar, y así estos
pudieron salvar sus vidas tras quedar heridos en el combate. Vale
señalar que de los 16 guerrilleros abatidos, 13 pertenecían al ERP y el
resto a Montoneros y FAP.
Pero más allá de especulaciones
historiográficas (o historietísticas), vale efectuar algunas
consideraciones en torno a las irregularidades gravísimas del “juicio” y
la consiguiente condena que se impuso contra los custodios del penal:
Los guerrilleros que escaparon y
viajaron a Cuba apañados por el dictador Salvador Allende, tras
entrenarse y conseguir respaldos, regresaron al país en noviembre de
1972 para proseguir sus planes revolucionarios y homicidas (entre 1969 y
1979 se computan 21.665 atentados o hechos terroristas por parte de ERP
y Montoneros solamente [9]).
De esos 25 casos (entre los 6 que
escaparon a Chile y los 19 restantes de los cuales murieron 16 en el
segundo intento de fuga), al día de la fecha solo vive el ex terrorista
montonero Fernando Vaca Narvaja, que no solo no está preso sino que fue
indultado por Carlos Menem y luego fue funcionario kirchnerista.
Resulta más que evidente que en la
Argentina se ha juzgado y escrito la historia con el mismo rigor y la
misma seriedad institucional con la que durante la última década se
calculó la inflación.
Esperemos que en estos tiempos de cambios las cosas poco a poco empiecen a estar en su justo lugar.
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NOTAS:
[1] Gorriarán también dirigió en los años 80´ el copamiento al cuartel de La Tablada bajo la presidencia de Raúl Alfonsín.
[2] Ver María Seoane: Todo o nada. La historia secreta y pública de Mario Roberto Santucho, el jefe guerrillero de los años setenta. Editorial Sudamericana. 2003. Página 144.
[3] Gaviotas Blindadas, Historias del PRT-ERP, Mascaró Cine Americano, Filme Documental, primera parte.
[4] Citado en María Seoane; Todo o nada.
La historia secreta y pública de Mario Roberto Santucho, el jefe
guerrillero de los años setenta. Editorial Sudamericana. 2003. Página
173.
[5] Ver María Seoane; Todo o nada. La historia secreta y pública de Mario Roberto Santucho, el jefe guerrillero de los años setenta. Editorial Sudamericana, 2003. Página 178, ver también Julio Santucho, Los Últimos Guevaristas.
[6] Carlos Manuel Acuña, Por amor al Odio, T II, Ediciones del Pórtico, página 358.
[7] Ver María Seoane; Todo o nada. La historia secreta y pública de Mario Roberto Santucho, el jefe guerrillero de los años setenta. Editorial Sudamericana, 2003. Página 185.
[8] Ver Enrique Gorriarán Merlo: Memorias de Gorriarán Merlo. De los Setenta a La Tablada. Editorial Planeta.
[9] Así lo confirmó la Cámara Federalal alfonsinista en 1985 en el famoso Juicio a los Comandantes..