miércoles, 24 de agosto de 2016

Turquía bombardea al Estado Islámico y a las milicias kurdas en Siria

Turquía bombardea al Estado Islámico y a las milicias kurdas en Siria

Turquía bombardea al Estado Islámico y a las milicias kurdas en Siria
Turquía bombardea al Estado Islámico y a las milicias kurdas en Siria
Turquía redobla su ofensiva contra kurdos sirios y militantes del autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) a las puertas de una nueva ofensiva rebelde en el norte de Siria. El Ejército turco ha lanzado este martes unos 60 proyectiles sobre posiciones yihadistas en un enclave fronterizo sirio como respuesta al mortero que ha caído en las últimas horas sobre la ciudad turca de Karkam, según han informado los medios locales.
El objetivo de la artillería turca ha sido la ciudad siria de Jarablus, una villa situada en la orilla occidental del río Éufrates y la última plaza importante en manos de los yihadistas en la frontera de Siria con Turquía. 


En las inmediaciones de Karkam, se están reuniendo en los últimos días cientos de rebeldes sirios bajo la enseña del Ejército Libre Sirio en la antesala de un ataque respaldado por Ankara para arrebatar Jarablus a las huestes el califato proclamado a caballo de Siria e Irak y anticiparse a los movimientos de los kurdos sirios.
La ofensiva rebelde busca frustrar el asalto a Jarablus de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza integrada por kurdos y árabes con apoyo de la coalición internacional que lidera Estados Unidos. El grupo capturó el pasado 6 de agosto la villa de Manbij, a unos 30 kilómetros al sur de la nueva zona en litigio. Turquía considera a las Unidades de Defensa Popular (YPG), el principal integrante de las FDS, como la sucursal en suelo sirio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con el que libra batalla tras el fin en julio de 2015 de dos años de alto el fuego.
Precisamente, la aviación turca ha bombardeado este martes posiciones kurdas en Manbij en un intento de detener un avance que preocupa en Ankara y que está provocando un cambio de su estrategia tras un lustro de guerra civil en el país árabe. “En los últimos cinco años su política se ha centrado en derrocar a Asad. Ahora, en cambio, Ankara ve a los kurdos como una amenaza mayor que Asad. Turquía apoyó a fuerzas yihadistas sirias contra los kurdos pero fracasó, como demuestra el respaldo estadounidense. No sería una sorpresa que Damasco y Ankara llegaran a un entendimiento para aplastar a los kurdos. Es lo que ha sucedido históricamente”, indica a EL MUNDO Yerevan Said, investigador del Instituto de los Estados del Golfo árabe en Washington.
El Gobierno turco, que ha prometido desempeñar un papel más activo en Siria en los próximos seis meses para evitar la fragmentación del país, insiste en que no tolerará que los milicianos kurdos tomen zonas fronterizas de Siria. Entretanto, Turquía sigue investigando el ataque suicida contra una boda kurda que el pasado domingo segó la vida de al menos 54 personas, en su mayoría menores de edad y mujeres, en Gaziantep. Aunque inicialmente se había apuntado hacia un niño de entre 12 y 14 años reclutado por el IS como el responsable de la carnicería, el primer ministro turco Binali Yildirim ha calificado en las últimas horas la pesquisa de “incorrecta” y ha reconocido que se desconoce la identidad del kamikaze.
Entretanto, el otro foco de la contienda sigue instalado en Al Hasaka, una ciudad en el noreste de Siria controlada por las fuerzas kurdas. El jueves, por primera vez desde 2011, la aviación del régimen de Bashar Asad atacó la villa y desde entonces se han librado duras escaramuzas entre constantes rumores de tregua. En una vuelta de tuerca al laberinto que involucra a un sinfín de actores, la coalición que encabeza Washington anunció el viernes el envío de aviones a las inmediaciones de Al Hasaka para proteger a las fuerzas especiales estadounidenses desplegadas en el área después de que dos cazas sirios efectuaran ataques cercanos.