Lo que conocemos con el nombre de modernidad y post-modernidad son
franjas de la historia llenas de principios equívocos y de falsas
doctrinas que buscan marginar, cuando no denigrar épocas de explendor,
gloria y sabiduría como fue la Edad Media.
Los enemigos de la Cristiandad no descansan en manipular los hechos históricos, de desacreditar cristianas filosofías o de vilipendiar una profunda teología nacida de la pluma de los santos e inspirada por el Espíritu Santo.
Eudaldo Forment, catedrático de Metafísica, desmiente la acusación tan mañida y difundida en escuelas, universidades o centros filosóficos, aún eclesiásticos, de que la Edad Media fue una edad oscura, marginal y bárbara. El papel de la Iglesia Católica en el mundo ha sido siempre la de elevar al hombre no solo al progreso material sino espiritual.
Los enemigos de la Cristiandad no descansan en manipular los hechos históricos, de desacreditar cristianas filosofías o de vilipendiar una profunda teología nacida de la pluma de los santos e inspirada por el Espíritu Santo.
Eudaldo Forment, catedrático de Metafísica, desmiente la acusación tan mañida y difundida en escuelas, universidades o centros filosóficos, aún eclesiásticos, de que la Edad Media fue una edad oscura, marginal y bárbara. El papel de la Iglesia Católica en el mundo ha sido siempre la de elevar al hombre no solo al progreso material sino espiritual.